Empresas urgen liquidez para recuperar 50,000 empleos

Fusades estima que el impacto de la pandemia ha provocado la pérdida de esa cantidad de empleos y para recuperarlos es necesario más financiamiento.

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Propietarios de pequeños negocios hacen fila afuera de Bandesal para solicitar créditos. El financiamiento es necesario para reactivar la economía.

Por Karen Molina

2020-12-14 10:20:53

El sector financiero ha sido el más sólido durante la pandemia y será, por mucho, el que propiciará la recuperación de los más de 50,000 empleos que se estima que se han perdido por el cierre económico, según explica Pedro Argumedo, analista del Departamento Económico de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).

De acuerdo al economista, al contar con más créditos y beneficios bancarios, las empresas tendrán más liquidez y, por lo tanto, podrán hacer más contrataciones.

“La empresa privada necesita más financiamiento, más liquidez”, dijo Argumedo al señalar la necesidad de recursos que en estos momentos se mantienen sólidos en la banca local.

La disponibilidad de más dinero en el sistema bancario para créditos productivos, apoyo temporal a deudores y subsidios para empresas y trabajadores son solo algunas de las medidas que a juicio de Argumedo podrían dinamizar con más rapidez la economía, que por ahora sigue avanzando de forma lenta pese que la economía retomó sus actividades desde junio.

Las largas filas que propietarios de micro y pequeños negocios han hecho afuera de Bandesal (Banco de Desarrollo de El Salvador) en las últimas semanas para acceder a créditos y subsidios de planilla son una muestra de la necesidad que tienen los comerciantes de financiar sus proyectos. Según datos del presidente de la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype) Paul Steiner, cada semana se inscriben un promedio de 2,000 pequeñas empresas al registro de esa institución, pues este es un requisito para solicitar los préstamos en Bandesal.

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Por su parte, la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa) también ha mostrado un incremento en la colocación de créditos empresariales. A octubre, la tasa de crecimiento interanual (de octubre 2019 a 2020) había crecido 2.4 % con más créditos productivos y son el sector comercio y de servicios los que más demandan financiamiento.

Para Argumedo, la recuperación económica va muy lenta, sobre todo por tres factores importantes: ha habido una caída en la demanda interna debido al cierre de empresas y un menor turismo, las exportaciones han caído y la inversión sigue deprimida.

Una larga cuarentena y una polarización interna que ha generado más incertidumbre son, además, factores que han retrasado más la reactivación económica.

Según los datos del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), a septiembre habían 810,889 trabajadores, una cifra inferior en 54,329 trabajadores comparado con febrero (865,225) antes de la cuarentena, mientras que los datos de cotizantes a las AFP cayeron en más de 37,041 trabajadores en octubre, respecto a los datos de febrero de este año.

Liquidez para empresas

Entre tanto, el Banco Central de Reserva extendió hasta marzo 2021 las reservas de liquidez con la cual el sistema financiero puede tener más fondos para otorgar créditos.

Sin embargo, Argumedo señala que este financiamiento debe estar dirigido al sector empresarial y no al sector público, que en los últimos meses se ha beneficiado de este margen de liquidez bancaria para colocar Letras del Tesoro (Letes) y Certificados del Tesoro (Cetes), que son adquiridos por los bancos locales.

“Todo ese financiamiento disponible debe ir para las empresas pues son ellas las que van a generar más productividad”, reiteró el economista.

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La polarización sigue alejando la inversión

De acuerdo al análisis de Pedro Argumedo, la reactivación va muy lenta, y de acuerdo al Banco Mundial, CEPAL y FMI, El Salvador será el país de Centroamérica que experimentará la mayor contracción en 2020.
Para él, esto se debe a dos importantes problemas que han pasado por políticas públicas ineficaces.

La primera de ellas ha sido la cuarentena más larga de la región y con amplios sectores restringidos, que limitaron el trabajo a empresas que cuentan con protocolos internacionales más exhaustivos de bioseguridad por los mercados externos que atienden. “Esto afectó, ya que 12 grandes empresas exportadoras, no estaban comercializando sus productos a octubre de 2020, comparado con octubre 2019; esto redujo el empleo de manera importante. No haber privilegiado el conocimiento y las buenas prácticas internacionales, para detectar donde se origina el contagio a través de un amplio testeo, trazabilidad y aislamiento llevó a las autoridades a encuarentenar innecesariamente a todos, incluyendo a cadenas de valor que disponían de normas de bioseguridad internacionales”, explicó.

Y la segunda ha sido la alta polarización interna que genera incertidumbre en las reglas del juego, y los empresarios congelan sus decisiones de inversión, y esto limita la creación de nuevos empleos. La inversión es una variable que permite acelerar la economía o desacelerarlas. Es importante, comparar cómo fue la evolución de la crisis financiera internacional de 2008 y 2009, que se unió al cambio de gobierno en el país en 2009.
“En aquella época, la incertidumbre financiera se sumó la incertidumbre que generó la llegada del nuevo gobierno, que creó una polarización con el sector privado, y la inversión se detuvo”, señaló el economista.