Debbie y Rodrigo: “No vamos a tirar la toalla”

b Debbie y Rodrigo son una pareja de esposos que hace tres años apostaron por la instalación de un gimnasio en el que el crossfit es el plato fuerte. La emergencia por el COVID-19 ha puesto su negocio en jaque, pero no están dispuestos a rendirse y han preparado sesiones virtuales para seguir activos.

La emergencia por el COVID-19 ha puesto su negocio en jaque, pero no están dispuestos a rendirse y han preparado sesiones virtuales para seguir activos.

Por Tania Urías

2020-04-01 5:45:12

Debbie Pineda tiene 31 años y el entusiasmo propio de quien es amante del ejercicio. Propietaria junto a su esposo Rodrigo Beltrán, de 32, del gimnasio RD Crossfit se las ingenian a diario para mantenerse a flote, luego que desde hace más de una semana y por mandato del Ejecutivo tuvieran que cerrar las puertas de su negocio.

Ambos administradores de empresas se conocieron en una universidad privada cuando estudiaban la carrera. Ella trabajaba como asesora de riesgo en un banco y él como coordinador de proyectos en una empresa privada.

En el gimnasio de la compañía donde laboraba, Rodrigo conoció y aprendió de crossfit y tanto le gustó que tomó la decisión de fundar junto a Debbie el gimnasio.

“Nos ha costado mantenernos a flote, pero al final la afluencia de las personas y ver cómo les ayudamos a otros a que su estilo de vida mejore, nos da la razón de continuar”, cuenta Rodrigo.

El gimnasio lo fundaron con fondos propios y el apoyo de la familia, y Rodrigo asegura que el cuidado y disciplina que Debbie ha puesto en las finanzas los prepararon para lo que ocurrió el pasado 16 de marzo, cuando cerraron las puertas de su emprendimiento.

Ellos sabían que a medida la pandemia aumentaba y se endurecían las restricciones vendría una crisis, así que comenzaron a reducir a grupos de 10 las clases y colocaron materiales de higiene para proteger a los clientes. Un día antes del cierre ya estaban pensando en un plan B.

Cuando el Gobierno anunció el cierre de gimnasios despacharon a cuatro de sus cinco empleados, a quienes les siguen pagando sus salarios; solo el vigilante se quedó, e invitaron a sus clientes a llevarse algo del gym a casa.

“Cada cliente se llevó un pedacito del gym a casa, la idea es que siguieran entrenando”, cuenta Debbie.
“Solo podían llevarse una cosa, tomaron una pesa, una mancuerna, un salta cuerdas. Fue duro, pero no vamos a tirar la toalla, rápido empezamos a pensar cómo seguir adelante”, agregó.

El gimnasio virtual
Cuando el último cliente se marchó, Debbie y Rodrigo estaban listos para el segundo paso: mantener a sus clientes activos y conectados, como una comunidad que son. Por eso idearon una especie de gimnasio virtual que todos los días ofrecen rutinas gratuitas para sus clientes y para quien quiera aprovecharlas.

A diario en la cuenta de Instagram: rdcrossfitsv, colocan un entreno y si la gente se llevó algo del gimnasio lo usa, sino la emprendedora asegura que se las ingenian para seguir moviéndose.

“Para la gente que haga o no ejercicio pero está en cuarentena domiciliar es un alivio enfocarse en estar activo, les ayuda a liberar tensión y eso nos llena de mucho entusiasmo”, dice la emprendedora.

Más tarde, fueron los mismos clientes quienes comenzaron a pedirles más. “Hay algunos que no pueden dejar de moverse y para ellos se nos ocurrió crear las rutinas personalizadas”, explicó Rodrigo.

Ahora por un costo simbólico todos los días ofrecen entrenamiento personalizado y ya tienen inscritas a 20 personas.“Hemos dejado de percibir ingresos, pero estamos optimistas que esto pasará. Hemos tomado dos caminos, mantener a la gente activa a través de entrenamientos gratuitos para todo el mundo y un entrenamiento en línea, uno a uno, se trabaja con la gente del gimnasio y con eso estamos sosteniéndonos un poquito”, cuenta Rodrigo.

Los esposos dicen estar listos para sostenerse por tres meses aunque el gimnasio esté cerrado. Las rutinas que graban y en la que tienen inscritos unos 20 clientes les permiten percibir apenas el 10% del total de ingresos en un mes normal, pero siguen positivos.

“Tenemos un fondo de emergencia y podemos cubrir tres meses y luego de ese tiempo, pensaremos en medidas, pero estamos optimistas, sino sigue la crisis pensaremos en otro plan”, comentó Rodrigo.
Rodrigo y Debbie reconocen que vienen tiempos aún duros, pero lo importante es mantenerse de pie.

“Nos ha tocado reinventarnos, la vida lastimosamente no siempre es lo que uno quiere pero se trata de seguir luchando, nosotros tratamos de reinventar lo que ya tenemos, por ejemplo con planes personalizados y hemos tenido tanta aceptación que queremos seguir haciéndolo, cuando todo vuelva a la normalidad”, concluyó Rodrigo.