“Irremplazables... Viven en nuestros corazones” es el slogan de la campaña mundial que busca visibilizar el sacrificio y la situación que viven los trabajadores de salud en el contexto de la pandemia.
Ayer, la Plaza de la Salud mostró 56 rostros de trabajadores de salud, de entre los más de 200 empleados sanitarios, que ofrendaron su vida brindando atención durante la pandemia de COVID-19.
La falta de mascarilla y equipo de protección adecuado son dos factores que pudieron salvar las vidas de los trabajadores de salud, coinciden los familiares del anestesiólogo, Jeremías Ramos, de Ana Vilma Mejía, médica de la unidad de Salud de Santo Tomas y de la enfermera comunitaria de la Isla de Méndez, Olga Esperanza Ramos de Aguilar.
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“Ellos dieron la vida porque se expusieron en la pandemia sin mayor protección, porque todo lo que se oía era solo política, no tuvieron mayor protección. Cuando fue abierta la zona de COVID en el Rosales, el solo portaba una careta que tuvo que conseguir, con una mascarilla quirúrgica, un traje de pura manta, entonces que protección es esa si ya estaba en la zona del COVID”, lamenta Beatriz de Ramos, viuda del anestesista del hospital Rosales, quien falleció en julio de 2020.
El anestesista tenía una enfermedad crónica de base y aunque el presidente de la República, Nayib Bukele, ya había mencionado el resguardo para esta población, el doctor Ramos aún no había recibido una constancia de resguardo y se le asignó los primeros turnos en el área de COVID, relató la esposa.
“A él le tocó los primeros quince días que el covidario estuvo funcionando, el día 12 ya lo empecé a ver mal, yo le decía renuncia, no vale la pena, el decía que no. Él amaba su hospital Rosales, le encantaba formar a los demás médicos. Es una pérdida muy irreparable, nunca habrá sustituto de esa persona”, expresó de Ramos.
En el segundo nivel de atención, en la Unidad de Santo Tomás, la médico Ana Vilma Mejía, de 56 años, ofrendó su vida al estar expuesta al virus al dar atención clínica. “Una mascarilla y par de guantes. Sabemos que para alguien que esta totalmente expuesto, dando consultas, la carga viral es demasiado grande, no era el equipo suficiente para poder protegerse; sin embargo la vocación era demasiado grande. Eran personas que no dejaron de atender pacientes, no es posible que no se quiera reconocer cuando se ha ofrecido algo tan valioso como lo es la vida, el hecho que no se le reconozca a través de actos simbólicos. Van 33 fallecidos en lo que va del año, esto no ha bajado y las medidas se siguen relajando. Es necesario exigir a la población que se cuide y seguir protegiendo a nuestro personal de salud”, manifestó Karina Artiga, sobrina de la médica fallecida.
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La falta de mascarilla también cobró la vida de la enfermera comunitaria de lsla de Méndez, Olga Esperanza Ramos de Aguilar.
“Ella siendo enfermera, nunca nos imaginamos que podía ser COVID, porque se tomaban todas la medidas. Sin embargo, el Ministerio de Salud no dio nada, yo no voy a buscar culpables, pero se cometen tantos errores en las instituciones y en estos países con el nivel de desarrollo que tenemos, que yo me quedo sorprendido. Si se sabía que era un virus, no se le proporcionó al personal las medidas necesarias y más en las comunidades donde las personas no le tomaban importancia. En las unidades de salud de la ciudad he oído quejas, imaginase en el área rural que siempre los servicios son escasos”, lamentó José Donaldo Aguilar, viudo de la enfermera.
Piden dignificar la profesión sanitaria
El Movimiento por la Salud “Dr. Salvador Allende” y la Asociación Latinoamericana de Medicina Social (Alames) junto fundación Share realizan la campaña que se solidariza con la realidad del personal de salud a nivel mundial, que busca que visibilizar la entrega del personal de sanidad en combate a la pandemia, por los cual piden que el Estado reconozca el sacrificio de vida de sector profesional y piden al Gobierno que se unifique un registro oficial sobre los decesos de los trabajadores de salud, con la participación de actores sociales y de las familias dolientes.
“A un año de haberse identificado el primer caso de COVID en el país, ante la valiosa pérdida y la máxima entrega del personal de salud que falleció atendiendo la pandemia por COVID-19, queremos expresar que reconocemos el valor de la entrega del personal de salud. El reconocimiento por parte del Estado no debe hacerse esperar, incluyendo una verificación de las cifras oficiales, proponemos que se realice un estado único oficial. Consideramos que un merecido homenaje sería designar una plaza conmemorativa pública con visión ecológica, pedimos una ampliación ecológica de la Plaza de la Salud, que se destine sembrar un árbol por cada personal de salud fallecido”, mencionó Fátima Alas, miembro de Alames.
Según los registros del movimiento por la salud, hay 200 trabajadores de salud que ofrendaron su vida en el combate de la pandemia, de los cuales 68 eran mujeres y 132 hombres.
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Al clasificarlos por su profesión hay 91 decesos de médicos, 40 personal de enfermería, 34 decesos de personal de servicios generales y administrativos, mientras que en otras profesiones son 33 y 2 estudiantes de Medicina.
En el ámbito laboral 169 decesos corresponden a personal de salud del sector público y 28 del sector privado y 2 no identificados.
En cuanto a los decesos por año, para el 2020 se contabilizan 177 y 33 fallecimientos de personal de salud en lo que va del 2021.
“Estamos expectantes de decretos legislativos 723 y 625 que refieren a la compensación económica y al seguro de vida para el personal de salud que ha fallecido por COVID-19 esperamos que puedan cumplir los decreto en beneficio de las familias”, comentó Alas sobre la compensación económica que las familias dolientes aún no han recibido.
El movimiento atribuyó los decesos del personal de salud, a la alta exposición y recarga viral de la COVID-19 por su profesión, pocos insumos de protección con los que cuenta la institución, además de la falta de pruebas para una adecuada detección rutinaria del virus para una adecuada atención en los casos positivos y un adecuado tratamiento en personal con enfermedades crónicas en los trabajadores de la salud.
“Tenemos conocimientos que en las últimas entregas de equipo de protección personal ha bajado en la calidad... Nos refieren que ven un material mucho más sencillo del que esta hecho el EPP (Equipo de Protección Personal)”, denunció Alas.
La exposición fotográfica permanecerá ahora en la Plaza de la Salud, mientras que para el próximo lunes se realizarán un homenaje en la Universidad de El Salvador.
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