La embajada de Alemania en el país financió e inauguró una nueva obra, esta vez en la comunidad Villa Venecia, donde construyó una casa comunal con el apoyo de la Fundación Salvadoreña de Desarrollo y Vivienda Mínima (Fundasal) y la alcaldía de Soyapango.
La apertura de la casa comuna la hizo de forma simbólica el jefe de cooperación, Norbert Eichler, quien informó que su país financio un aproximado de $28,000. La obra fue construida por los mismos habitantes de la comunidad.
“Estamos convencidos que en esta casa comunal se van a construir más ideas, habrán más visiones y se realizarán más proyectos”, expresó.
Explicó que las gestiones para la obra en Villa Venecia se realizaron desde enero de este año y aplaudió el trabajo que realizó la comunidad.
La embajada lanza cada año una convocatoria para la ejecución de proyectos y si son escogidos pueden ser recibir una “inyección financiera” de hasta $28,000, la mano de obra debe ser cubierta por la comunidad o la alcaldía del municipio a la que pertenece.
El alcalde de Soyapango, Juan Pablo Álvarez, felicitó a la comunidad por su organización y la ardua labor que realizaron desde que llegaron a la zona para mejorar sus condiciones de vida en la zona.
La directora ejecutiva de Fundasal, Claudia Blanco, explicó que ayudaron a la villa desde 2017 con la búsqueda de un terreno habitable en Soyapango, con la asistencia técnica “que necesita una urbanización” y el acompañamiento en la construcción para que sea segura.
“La embajada de Alemania introdujo agua potable el año pasado, con la inversión de una organización internacional, Selavip, se logró instalar el alumbrado público. Es decir que era un terreno que aunque estaba en la ciudad no tenía ningún servicio básico, pero poco a poco se han ido brindando”, indicó la ejecutiva de Fundasal.
El nacimiento de Villa Venecia
La presidenta de la junta directiva de Villa Venecia, Sandra Pérez, explicó que su comunidad nació en mayo de 2017, cuando 32 familias fueron desalojadas de la Hacienda Venecia luego de vivir ahí por años.
Comentó que les dieron tres días para desalojar y cuando llegaron a la zona que ahora habitan no tenían ningún tipo de servicio (agua, luz y sistema de alcantarillados) y había un poco de inseguridad.
“Uno de los problemas era que allá vivían en una galera grande y ellos tuvieron que quitar sus laminas para construir sus champas acá y otros tuvimos que endeudarnos y hacer casa acá”, aseguró Pérez.
Actualmente han logrado concretar diversos proyectos con el apoyo de Fundasal, y ahora cuentan con el servicio de agua potable, energía eléctrica y un sistema de saneamiento.
Informó que el siguiente paso será obtener una vivienda digna para todas las familias que habitan en la villa, con una infraestructura que cuenten con servicios básicos de educación y salud.