Adela Lemus ha formado parte de diferentes direcciones nacionales de juventud de ARENA. Antes de postularse como candidata a diputada por San Salvador fue directora ejecutiva del sector femenino. También es activista en temas de democracia y derechos humanos, principalmente a favor de jóvenes, comunidad LGTBI, indígenas y afrodescendientes.
Ella señala que cerrarse al diálogo con el Órgano Ejecutivo es el peor error que podrán cometer quienes resulten electos como legisladores en los comicios del próximo año.
¿Por qué busca ser diputada?
Creo que el partido y el país están en un momento bien importante y el participar también permite que esta exigencia ciudadana que tenemos y esa renovación al interior de los partidos políticos se dé. ¿Y cómo se puede dar?, pues buscando gente nueva, dar espacio a rostros nuevos. Creo que parte de esta oxigenación que necesitan los partidos tradicionales requiere nuevos liderazgos, esa es una de mis motivaciones principales.
¿Cómo espera ganar la confianza de los electores siendo un rostro nuevo?
Espero que sean las propuestas que tengamos el gancho para que la gente nos dé ese voto de confianza. Afuera la ciudadanía y la misma militancia hacen mucho énfasis en renovar los liderazgos, no quieren ver a las mismas personas. El problema es que llevamos años exigiendo las mismas cosas y seguimos sin respuesta. Claro que hay un cansancio de la gente hacia eso. Una de mis apuestas es aprovechar el espacio que la gente tiene de decir: ‘Quiero darle la oportunidad a alguien nuevo’ con propuestas, con una campaña de altura. Mi objetivo es llegar a la Asamblea haciendo política diferente.
¿Cómo ARENA puede ganar votantes cuando un expresidente postulado por el partido confesó corrupción?
ARENA es uno de los partidos históricos, ha hecho trabajo importante en temas de democracia. Sin embargo, hay un reclamo de la ciudadanía a muchas cosas que no han estado bien y ahí sí hay todo un reto del partido a esta exigencia ciudadana: el tema de la transparencia. Sabemos que al partido se le vincula y tiene señalamientos fuertes sobre el tema de corrupción y no por el partido, porque la institución la hacen las personas. Lamentablemente hemos tenido personas que han abusado de los cargos que han tenido al interior del partido y en los gobiernos. Creo que hay un reto de lograr devolverle la credibilidad al proyecto político que es ARENA y sí creo que el proyecto político está vigente, porque los principios no caducan.
¿Cuáles son sus propuestas?
Me gustaría no dejar de lado el tema de la participación de la mujer y la violencia contra la mujer. Tengo planeado sentarme con diferentes grupos de la sociedad civil para llegar a un consenso sobre cuáles son las necesidades de la gente. Podemos llevar una agenda en derechos humanos y participación de la mujer, pero también hay un tema coyuntural que lo deja en evidencia la pandemia: va a ser necesario hacer propuestas en el tema del empleo, particularmente en el tema de los jóvenes; muchos se van a ver limitados en mantener sus estudios, les va a tocar salir a buscar trabajo pero la economía no está en condiciones de darles trabajo y hay que ver qué tipo de trabajo.
¿Qué tendrá que hacer la nueva legislatura para mejorar la relación con el Ejecutivo?
Lamentablemente, por el escenario que hoy tenemos, lo que se vislumbra es que no va a cambiar mucho, aunque habrá una conformación diferente en la próxima legislatura porque habrá nuevos actores, pero la tensiones y las dinámicas que hay entre el Ejecutivo y el Legislativo se van a mantener. El país va a requerir amplio consenso, amplio diálogo y la manera de hacerlo es estar abiertos a construir una agenda mínima, común, sobre la que pueda partir la discusión. Cuando se tiene claro cuáles son los puntos en los que se puede trabajar se puede empezar a construir, sabiendo cuáles de los nuestros son no negociables, porque para mí no es negociable vulnerar nuestro sistema democrático, pasarnos el tema de la institucionalidad o la falta de transparencia.
¿Cómo se puede ser de oposición y lograr consensos con el Ejecutivo?
El mensaje de la próxima legislatura hacia el Ejecutivo tiene que ser de una oposición fuerte, en el sentido de la defensa de la democracia. Creo que ese es el reto de todos los partidos que estamos participando y somos oposición: no nos podemos cerrar al diálogo, es el peor error que podemos cometer.
Tenemos que estar dispuestos a tocar los temas que son difíciles, siempre con mucha responsabilidad y con mucha asamblea transparencia de cara a los ciudadanos.