El Salvador tiene un lento avance en desarrollo humano desde 2010, según informe del PNUD

El país está en el puesto 124 de un listado de 189 naciones, según su Índice de Desarrollo Humano (IDH).

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Estudiantes de un centro educativo hace uso de las Lempitas en un salón inadecuado

/ Foto Por Marlon Hernández

Por Xenia González Oliva

2019-12-09 6:00:24

El Salvador pasó de tener uno de los promedios anuales de crecimiento de Índice de Desarrollo Humano (IDH) más altos de Latinoamérica entre 1990 y 2000, a tener el promedio de crecimiento más bajo de la región desde 2010.

El Informe sobre Desarrollo Humano 2019 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ubica a El Salvador en el puesto 124 de 189 países según su Índice de Desarrollo Humano para el año 2018.

El IDH de El Salvador es de 0.667. El país con el IDH más alto es Noruega con un puntaje de 0.954. República del Níger es el país en la posición 189, con un IDH de 0.377.

El índice se calcula analizando un promedio de logros en tres dimensiones básicas del desarrollo humano: una vida larga y saludable, conocimiento y un nivel de vida decente, se explica en el documento.

De acuerdo al informe, en 1990 El Salvador tenía un IDH de 0.529.

 

Para el año 2000 llegó a ser de 0.608 y en 2010 fue de 0.659.

El informe calcula que entre 1990 y 2000, el promedio de crecimiento de IDH de El Salvador era de 1.40% al año, el segundo más alto de Latinoamérica, después de Nicaragua que tuvo un promedio de 1.41% para ese período.

Entre los años 2000 y 2010, el promedio anual de crecimiento aún se mantenía relativamente alto, siendo de 0.82%.

Pero, a partir del año 2010 hasta 2018, este promedio de crecimiento bajó a un 0.14% al año. De esta forma se convierte en el país de Latinoamérica con el promedio anual de crecimiento de IDH más bajo de Latinoamérica, excluyendo a Venezuela. En el caso de dicho país, no ha habido un crecimiento, sino un descenso en su IDH de -0.45%

De hecho, El Salvador cayó en cinco puestos en el ranking de IDH entre 2013 y 2018.

Después de que en 2013 tenía un IDH de 0.662, este cayó a 0.660 en 2015. Al año siguiente logró volver a tener el mismo IDH de 2013.

Hombres salvadoreños con la expectativa más baja de vida en Centroamérica

La expectativa de vida al nacer en El Salvador es más baja que la mayoría del resto de la región de América Latina. Con un promedio de 73.1 años, solo está por encima de Venezuela y Bolivia.

La expectativa de vida más alta es la de Costa Rica con 80.1 años, seguida de Chile con 80 años.

Pero al comparar los datos entre hombres y mujeres de los países de Centroamérica y México, son los hombres salvadoreños quienes tienen la esperanza de vida más baja.

La expectativa de vida al nacer de los hombres salvadoreños es de 68.2 años, la más baja de la región. Para las mujeres salvadoreñas es de 77.6 años.

El informe también presenta el Ingreso Nacional Bruto (INB). En el caso del país, este se calcula incluyendo el Producto Interno Bruto (PIB) más las remesas.

El INB per cápita de El Salvador para 2018 fue $6,973 PPA (Paridad del Poder Adquisitivo). Fue de los más bajos de la región, solo por encima de Bolivia, Nicaragua, y Honduras. El más alto fue el de Chile con un INB per cápita de $21,972.

Nueva generación de desigualdades

El título que escogió el PNUD para el informe de este año fue “Más allá del ingreso, más allá de los promedios, más allá del presente: desigualdades del desarrollo humano en el siglo XXI”.

El documento expone cómo, pese a que para millones de personas se está reduciendo la brecha en los aspectos más básicos relacionados a condiciones de vida, al mismo tiempo las capacidades que se exigen para prosperar han evolucionado.

“Está surgiendo una nueva generación de desigualdades en torno a la educación, pero también alrededor de la transformación tecnológica y el cambio climático”, apuntó el PNUD. La entidad de las Naciones Unidas señaló que, de no atender esta situación, podría abrirse una “nueva gran divergencia” en la sociedad.

“¿Qué está pasando en nuestro mundo?”, manifestó Achim Steiner, administrador del PNUD, durante la presentación del informe.

Steiner enumeró las protestas que están aflorando alrededor del mundo, así como los extremos políticos, con reacciones violentas, que han aparecido. “Tienen mucho que ver con los resultados de desarrollo y decisiones de desarrollo del pasado”, dijo.

Expuso cómo está surgiendo una nueva generación de desigualdades, que se acumulan afectando sobre todo a quienes se encuentran en posiciones más vulnerables.

Steiner señaló cómo por años se ha reforzado la idea de que quien estudia y trabaja duro puede escapar de la pobreza. “Pero en muchos países del mundo la realidad es que no se está dando de esta forma. Estamos viendo una nueva generación de inequidad”.

En muchos sociedades, las probabilidades de que alguien que nazca en una familia pobre pueda cambiar su estatus son escasas.

Las inequidades se acumulan durante la vida, muchas veces reflejando a menudo profundos desequilibrios de poder.

Las conexiones tecnológicas están creciendo mucho más en los países desarrollados que en los países no desarrollados.

Mientras tanto, completar niveles de educación superior y tener acceso a Internet de banda ancha se han convertido en requisitos para que las personas accedan a más oportunidades de desarrollo, señaló Steiner.

Bajo nivel de escolaridad en El Salvador

En la región latinoamericana, El Salvador tiene uno de los promedios más bajos de escolaridad.

Mientras que los años de escolaridad esperados son 12, el promedio de años de escolaridad que realmente son completados es de 6.9.

Guatemala tiene el promedio de escolaridad más bajo de América Latina con 6.5 años completados. Mientras que el más alto es el de Argentina con 10.6 años realizados.

En comparación con Noruega, que tiene el IDH más alto del mundo, los años de escolaridad esperados son 18.1 y el promedio completado es de 12.6 años.

Entre mujeres y hombres, son las salvadoreñas quienes se mantienen con mayor desventaja, según los datos del informe.

El promedio de años de escolaridad completado por hombres en el país es de 7.3 y el de mujeres es de 6.6 años.

En Centroamérica y México, El Salvador es el país con el radio de alumnos por maestros más alto. Con 28 alumnos por cada maestro. El más bajo es en Costa Rica con 12 estudiantes por maestro.

En el tema del acceso a Internet en las escuelas, el 40% de las escuelas de nivel secundario tienen acceso. A nivel de primaria, solo el 36%.

Urge poner atención a la relación entre sistema educativo y productivo

El especialista en educación Óscar Picardo Joao destacó cómo los datos presentados por el informe del PNUD están en sintonía con los recientes resultados de la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés).

“Uno de los hallazgos más importantes es la brecha de desigualdades económicas y de resultados. Se nota en los países que participaron, como Perú, Colombia, México”, expresó. El Salvador no participó en la prueba, pero se espera que vuelva a incorporarse en los próximos años.

A estos resultados que demuestran el impacto de las brechas económicas entre los estudiantes, se suma una situación preocupante en El Salvador. “Tenemos resultados recientes del último estudio del investigador Mauricio González Orellana, sobre tasa interna de retorno, la cual efectivamente sigue en descenso. Significa que en El Salvador estudiar más implica ganar menos, y sobre todo el descenso mayor es en el nivel universitario”.

Picardo explicó que el descenso se va comportando según escolaridad. Hay descenso con tercer ciclo y bachillerato, pero en educación superior hay una mayor disminución. “Tiene que ver con las asimetrías del crecimiento económico”.

En cuanto a la nueva generación de desigualdades, Picardo señaló cómo ahora no toda la gente que vive en pobreza tiene la posibilidad de subir a clase media. Incluso hay casos de personas de clase media que bajan de nivel en su situación económica.

“Esas brechas están operando en el sistema educativo. Los chicos que no pueden acceder a tecnología, a buenos recursos didácticos, tal como lo muestra la prueba PISA, tienen menos oportunidades de crecer desde el punto de vista sociológico”, apuntó Picardo.

Aunque los niños y jóvenes puedan tener acceso a Internet vía celulares, no lo usan con un enfoque educativo. Además, todas las escuelas e instituciones deberían tener acceso a Internet.

Respecto al lento crecimiento en el promedio de escolaridad completada, Picardo destacó el impacto de las tasas recurrentes de deserción en el sistema salvadoreño. “El sistema está siendo ineficaz en retener”, sostuvo.

Señaló que, pese a la millonaria inversión en la política de entrega de útiles y zapatos, el sistema no ha logrado una verdadera estrategia para retener la matrícula.

Picardo expuso cómo, sumado a la migración, la situación socioeconómica sigue afectando a los estudiantes, ya que muchos padres prefieren enviar a sus hijos a trabajar cuando llegan a la adolescencia.

A esto se suma la dimensión de la ineficiencia pedagógica, que los docentes no tengan a veces las capacidades necesarias para entusiasmar a los niños, apuntó Picardo.

El especialista subrayó la importancia que el país debe dar a la relación que existe entre el sistema educativo y el productivo.

“Para muchos niños, sobre todo en el área rural, no significa nada un año más en la escuela. Debe haber valorización social de la educación. Si estudiar no posibilita cambios, la gente dice que para qué va a estudiar”, expuso.

Ante los resultados del informe del PNUD sumados al de otras investigaciones, Picardo consideró que en el país debe haber un diálogo a nivel técnico para estudiar las circunstancias y escenarios de la educación, sobre todo dentro de los entornos productivos.

En su opinión es necesario “destacar el por qué y para qué de la educación, vinculando el sistema educativo con la vida real”.

Picardo señaló cómo el nivel de escolaridad de un país eleva la atracción de la inversión extranjera.

Además lamentó que durante la última gestión se descuidó el tema de las modalidades flexibles, que intentaba recuperar a los estudiantes.

Consideró importante reactivar estos programas en el sistema educativo. “No veo preocupación de recuperar a esos niños que están fuera del sistema”.

El informe del PNUD también subraya la brecha que existe entre hombres y mujeres en el mundo, en el acceso a la educación y oportunidades para su desarrollo.

De todas las mujeres salvadoreñas que se gradúan de una carrera universitaria, solo el 9.4% salen de un programa de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, según el informe.

Una de las mayores brechas está en el porcentaje de participación en la fuerza laboral. El 78.90% de los hombres participa en la fuerza laboral, mientras que de las mujeres la participación es del 46.10%.

El cambio climático también impacta al desarrollo

Los desastres naturales, las enfermedades que surgen tras estos, el nivel de vulnerabilidad, tienen mucho que ver con las consecuencias del cambio climático en el mundo.

En el documento se señaló cómo la población en El Salvador y Honduras, en los quintiles más bajos de ingresos, tenía más posibilidades de ser afectada por inundaciones y deslizamientos.

“La velocidad del cambio climático está superando nuestra capacidad como comunidad para responder. Quién paga las consecuencias de la falta de acción de otros se ve a través de la inequidad”, dijo Steiner.

En su informe el PNUD advirtió que se pueden corregir las desigualdades si los países comienzan a actuar ahora, antes de que los desequilibrios en el poder económico se arraiguen políticamente.

“Nos estamos acercando a un límite del que será difícil recuperarse. Tenemos una opción y debemos comenzar a ejercerla ahora”, señaló el informe.