Más de 60 policías y soldados han sido separados de sus unidades tras haberse relacionados con reos infectados con COVID-19 en su labor de custodia y traslado de estas personas desde sedes policiales a hospitales y en centros de cuarentena, confirmaron fuentes policiales.
Los casos han ocurrido en el transcurso de los últimos 15 días en centros de contención, hospitales y delegaciones en Santa Tecla, Soyapango, San Miguel y La Paz.
Amenazados de contagio
Están en riesgo de contagiarse porque a zona de dormitorio del 911 y Tránsito llevaron a sospechosos de tener el virus.
Uno de los últimos casos se registró en la delegación de Soyapango, donde 13 agentes y un motorista fueron enviados a cuarentena por haber tenido contacto con un reo que supuestamente dio positivo al virus mortal.
Los policías, quienes estaban asignados a la Unidad de Traslado de Reos de Soyapango, estuvieron custodiando, en distintos turnos, al recluso en el Hospital Nacional Molina Martínez, de Soyapango.
Hasta ayer se desconocía a que centro de contención fueron enviados los agentes para que cumplan la cuarentena, pero fuentes policiales aseguraron que los llevaron a un hotel que no precisaron.
En San Miguel, un grupo de al menos cinco policías también fueron apartados de sus labores habituales luego de que trasladaran a un detenido que posteriormente dio positivo al coronavirus, afirmó una fuente allegada a la delegación.
También en La Paz, otro grupo de agentes policiales que no fue posible cuantificar, afirmó la fuente, fue enviado a cuarentena tras haber tenido contacto con un imputado que al practicarle la prueba del COVID-19 dio positivo.
Desde el 15 de abril, cinco oficiales de la Fuerza Armada resultaron positivos a COVID-19 y se encuentran en aislamiento en el tercer nivel del Hospital Militar Central.
Fuentes militares, en condición de anonimato, confirmaron que el miércoles anterior ingresó el último oficial después de dar positivo al virus; anteriormente habían ingresado cuatro, quienes se encontraban en una área de aislamiento.
El grupo de oficiales del Ejército han sido los enlaces en muchos centros de contención instalados por el Gobierno en diferentes puntos del país, por el momento no se reporta miembros de la Policías infectados con la enfermedad por estar relacionados a estos albergues.
Entre los contagiados hay militares que estaban asignados al centro de contención de la Villa Centroamericana, un lugar donde varios pacientes han dado positivo y han sido referidos a diferentes hospitales.
A los cinco oficiales se suman otros 20 miembros de la institución armada que están en cuarentena en búngalos, en el sector de mantenimiento del Hospital Militar Central, quienes están en observación.
Policías y militares en primera línea
Otro grupo de entre 8 y 10 soldados se encuentra en cuarentena en una casa de retiro en el lago de Coatepeque. Este grupo se queja de que a dos semanas de haber sido separados aún no se les ha realizado la prueba porque dicen les han argumentado que para ellos todavía no hay material con la que deben descartar o confirmar la sospecha del COVID-19.
Las autoridades policiales no se han manifestado con relación a esa situación. Policías han denunciado en redes sociales que ellos se sienten desprotegidos porque no les han entregado el equipo necesario como mascarillas y guantes para evitar ser contagiarse del virus.
El Diario de Hoy ha hecho diferentes consultas al Ministerio de la Defensa para confirmar oficialmente los casos de los militares contagiados con el nuevo virus, pero hasta este momento existe total hermetismo de las autoridades militares.
Agentes en inminente peligro
Los agentes policiales han denunciado en redes sociales que laboran en condiciones deplorables en las diferentes delegaciones policiales y sin los insumos necesarios, que tampoco cuentan con trajes especiales para acompañar a los imputados bajo sospecha de contagio.
Un agente manifestó que la Corporación no les da mascarillas ni guantes; en lo que lleva la emergencia solo les ha dado una mascarilla que por el uso diario, que acompañado del sudor por las altas temperaturas se han deteriorado.
De acuerdo con los especialistas, las mascarillas tienen un tiempo de vida útil y no pasa de 24 horas, después de ese tiempo ya no protege al portador. Sin embargo, la mayoría de los agentes policiales con sus escasos recursos compran mascarillas y las deben usar para protegerse pero estas se rompen luego de una semana de uso.
Además, los tapabocas solo les protegen las primeras 24 horas, “los otros cuatro días solo las portan de adorno”, explicó la fuente.
Las situación se torna más compleja porque la corporación no tiene trajes de máxima seguridad sanitaria para el abordaje de casos complejos de contagio, pese al rol importante de los agentes policiales en la atención de la epidemia.
Una organización no gubernamental entregó un donativo de equipos protectores del COVID-19 pero estos no fueron distribuidos a agentes policiales, revelaron.
Temen que en la medida que la pandemia golpee más fuerte y ellos estén desprotegidos, varias delegaciones y subdelegaciones tendrán que cerrar de la noche a la mañana para prevenir contagios.