El fantasma de una posible recesión económica global reaparece

La guerra comercial entre Estados Unidos y China, el brexit en Reino Unido y la desaceleración económica de Alemania, considerada el motor de Europa, son la antesala a una posible crisis económica mundial, según algunos analistas.

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Foto EDH/ Shutterstock

Por Guadalupe Hernández

2019-10-08 6:00:26

Las crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China han comenzado a alimentar la incertidumbre global, y el fantasma de una recesión económica global comienza a galopar.
Ese temor ha llevado a algunos multimillonarios a lo impensable: atesorar sus fortunas en efectivo.

Ese es el caso de Jimmy Pattison, quien en una entrevista concedida a BNN Bloomberg Television, dijo desde su sede de Vancouver: “Ciertamente estamos viendo nuestros dólares quizás un poco más ajustados que antes”, dice el ‘Warren Buffett de Canadá’

El titán de 90 años, presidente y propietario único del Grupo Jim Pattison, un holding diversificado que opera principalmente en los Estados Unidos y Canadá confesó que hace unos seis meses comenzó a acumular “montones de efectivo”.

Pero Pattinson no es único que tiene temor de perder sus millones de dólares. El Informe UBS Global Family Office 2019, reveló que las familias más ricas del mundo están acumulando efectivo a medida que crecen los temores de recesión.

“Hay más precaución y temor a los mercados de acciones públicas entre los inversionistas de patrimonio neto ultra alto”, dijo Timothy O’Hara, presidente de la Oficina Global de la Familia Rockefeller.

Pero no solo los multimillonarios lo saben. Muchos analistas en el mundo han comenzado a barajar tal posibilidad. Uno de los que cree que habrá una recesión, que nacerá en Estados Unidos, es Jeffrey Gundlach, director de inversiones de DoubleLine Capital, quien dijo a finales del mes pasado que hay un 75% de posibilidades, y que eso puede ocurrir antes de las elecciones presidenciales de noviembre de 2020.

La guerra comercial entre China y Estados Unidos también ha contribuido al deterioro de algunas economías (como la alemana) y del cambio de rumbo de las políticas monetarias. Hasta mediados de agosto, 55 bancos centrales –entre ellos la Reserva Federal de EE.UU. y el Banco de México– recortaron su tasa de interés.

Mientras que en España, según el periódico La Vanguardia, la población cree que una nueva crisis económica “ha dejado de ser un fantasma para convertirse en un futuro diseñado”, debido a la situación económica que vive ese país “está peor que nunca”.

En este escenario el Banco Central Europeo dijo estar listo para implementar un paquete de estímulos económicos para impulsar la aletargada economía de la zona euro con una combinación de recortes de tasas y compras de activos.

¿Y qué pudiera suceder en El Salvador?

A juicio del analista económico Rigoberto Monge, los países de menor desarrollo como El Salvador se ven irremediablemente afectados frente a una recesión económica mundial. Primero, por una pérdida de los flujos de comercio; y segundo por menos inversiones y flujos de fondos desde el exterior a las economías nacionales.

En la recesión económica de 2008-2009, la economía salvadoreña se vio afectada por una aguda contracción económica, caída de las exportaciones y una pérdida sustancial del empleo formal, destacó.

En cuento a las perspectivas de crecimiento de la economía mundial, Monge afirma que en los meses recientes se han mostrado débiles, sobre todo por las tensiones comerciales no resueltas, dentro de las que sobresale la guerra comercial entre Estados Unidos y China, así como la incertidumbre que se vive en el foro del comercio multilateral, la Organización Mundial de Comercio, (OMC).

En ese sentido, asegura que las proyecciones de crecimiento de la economía mundial para 2019 – 2020 se han reducido, tal como lo presentan los organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Hasta ahora, la desaceleración de la economía global es afectada, en especial, por la desaceleración del comercio mundial, al que se unen indicadores de pérdida de confianza de las empresas que afectan las perspectivas de inversión y de capital.

“Frente a este panorama, los bancos centrales de algunas de las principales economías desarrolladas tienden a tomar medidas orientadas a flexibilizar o suavizar sus posturas de política monetaria, destacándose las políticas de tasas de interés con movimientos a la baja”, explicó.

El menor crecimiento de China, la pérdida de impulso económico de algunos de los países de la Unión

Europea, la menor inversión en Italia, la moderación de la demanda externa en algunos países asiáticos, entre otros factores, “hacen más bien pensar que la economía mundial se mueve con un menor ritmo de expansión, desacelerándose, luego de un año como 2017 que se caracterizó por su empuje económico”.

Para Monge, el mundo vive una recién iniciada etapa de desaceleración económica global, y es por eso que las políticas monetarias de los países más desarrollados parecen estar atentas a contener movimientos que puedan llevar a una recesión económica.

¿Y cuándo podría ocurrir todo esto? Sin fechas, el analista salvadoreño considera que el período de desaceleración económica podría ser un poco largo, en la medida que no se intensifiquen los factores cercanos a la guerra comercial China-Estados Unidos.

De hecho, el viernes pasado (27 de octubre) durante la Asamblea de Naciones Unidas el ministro chino de Exteriores, Wang Yi, dio un fuerte discurso en el que advirtió que la imposición de aranceles y las controversias comerciales podrían llevar al mundo a la tan temida recesión.

Wang dijo, ante los delegados de casi 200 naciones, algo que se lleva repitiendo desde el estallido de este conflicto, el año pasado, aunque el representante chino quiso dejar claro que toda la culpa es, a su juicio, de Estados Unidos.

“Los aranceles y las provocaciones de controversias comerciales que van en contra de la industria global y de las cadenas de suministro, socavan el régimen comercial multilateral y el orden comercial y económico global y podrían, incluso, llevar al mundo a la recesión”, alertó Wang.

En su discurso, el jefe de la diplomacia china reflejó el deseo de encontrar una solución, que se mezcló con muchos reproches a Washington, pero también con amenazas: “Ante un unilateralismo no podemos quedarnos sentados”.