El día que un ministro guatemalteco adoptó la retórica de Trump

En esta nota, El Diario de Hoy analiza cómo el gobierno guatemalteco se adapta a las exigencias de política migratoria de la administración Trump.

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Al extremo izquierdo, Enrique Degenhart, ministro de Gobernación de Guatemala. A su derecha, el ministro de Seguridad de El Salvador, el secretario McAleenan, su homólogo hondureño y el embajador estadounidense en El Salvador. Foto: @USEmbassySV

Por Ricardo Avelar

2019-10-18 4:00:55

Instantes después que el secretario McAleenan se dirigió a la prensa salvadoreña, el ministro de Gobernación de Guatemala pidió la palabra y enfatizó en la necesidad de derrotar a las bandas criminales que se aprovechan de los migrantes, al tráfico de drogas, de armas y al dinero ilícito en estos países.

“Empezamos por resolver el problema migratorio, pero no pierdan de vista que hay que resolver el narcotráfico, el tránsito ilícito de armas y el movimiento de capitales ilícitos a nivel de la región”, mencionó.

Degenhart no dedicó palabras a los migrantes guatemaltecos, que como los hondureños y salvadoreños, migran buscando mejores oportunidades y una vida más segura a pesar de los peligros de emprender el viaje a Estados Unidos.

Según él, es contradictorio que los medios centren sus dudas en los acuerdos de cooperación migratoria y no fijen su atención en su lucha frontal contra el crimen organizado transnacional. Sin embargo, a ojos de organizaciones pro derechos humanos, lo contradictorio es que países pobres e inseguros se comprometan a recibir y proteger los migrantes de alguien más.

Las palabras de Degenhart suenan parecidas a las de funcionarios de la administración Trump, como su asesor de seguridad hemisférica Mauricio Claver-Carone, quien urgió a la región “trabajar conjuntamente y dar pasos positivos” para batallar a criminales como “coyotes y narcotraficantes” que venden un falso guión a personas inocentes, a los migrantes.

Ayer, Degenhart también se dirigió a ese “falso guión” y afirmó que hay que atacar “las estructuras criminales que abusan de nuestras poblaciones vendiéndoles un concepto del sueño americano que como verán ya no es”.

Este enfoque punitivo confirma las críticas que organizaciones de derechos humanos han hecho al gobierno de Jimmy Morales: que se ha congraciado con Trump e ignorado su problemática interna. Según Juan Carlos Méndez, un religioso que vela por los guatemaltecos más vulnerables, su presidente ofreció proteger a los migrantes, pero se limitó a nombrar funcionarios sin idoneidad.

“Hemos tenido cónsules que no se adaptaron al sistema y a la comunidad. Algunos abusivos y prepotentes con los migrantes” dice Méndez, y lamenta que “Jimmy Morales a nosotros nos prometió cambios, y de todos no cumplió nada”.

En su campaña, el presidente Trump prometió un muro fronterizo para detener el flujo de migrantes a su país. Casi dos años después de su toma de posesión, parece que el muro no es físico, sino más sus acuerdos con otros países para que estos asuman el rol de recibir a los migrantes que Estados Unidos no asume en su país.