La actividad comercial en el centro de la ciudad de San Miguel ha iniciando lento. Pocos son los locales comerciales que han abiertos sus puertas, ya que en su mayoría están dispuestos a cumplir con las fases de apertura dadas por el Gobierno central.
Las calles del centro de la ciudad como la 2a. y 4a. Calle Poniente, donde es común una amplia actividad comercial formal e informal, ayer miércoles lucían desoladas, solo algunas ventas de muebles tenían sus cortinas abiertas hasta la mitad y ofrecían cereales como arroz, frijol o azúcar, incluso alcohol en gel, como alternativa de subsistencia.
Algunos de lo que ya están autorizados para operar en la primera fase seguían hasta ayer, sin clientes.
Uno de ellos es Ángel García, de profesión contador, que esperaba clientes que demandarán su servicio pero en los dos días de reapertura no había recibido ni uno solo.
Su preocupación era visible ya que perdió a cerca del 40% de sus clientes durante los tres meses de confinamiento.
“La mayoría están esperando el incentivo económico del gobierno o créditos para poder invertirle un poco más de capital al negocio y empezar a retomar esto y que vuelva a la normalidad, al reabrir deben de generar para cubrir los gastos de trabajadores, agua y todo lo demás”, explicó García.
Otros como Leiden Salgado, quien junto a su esposo iniciaron una empresa de sublimación hace tres años, están agobiados por deudas y les urge reactivarse.
En el primer mes de confinamiento lograron cumplir con sus compromisos financieros, para el segundo decidieron reinventarse con una venta de lácteos y lograr subsistir.
Hoy esperan poder recibir el incentivo económico prometido por el Gobierno para poder adquirir materia prima y reiniciar el negocio de la sublimación.
“Es una situación incierta, los negocios que pueden dar son abarroterías o comida, pero el rubro en el que estamos es difícil, más aún cuando el presidente de Bandesal dice que apoyaran a los que hagan el proceso primero, los que no tenemos acceso a esto, los negocios se nos van a venir abajo”, lamentó Leiden.