Manuel Orozco: “El impacto más fuerte en la caída de remesas se sentirá desde abril hasta septiembre”

El director del Programa de Migraciones, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano habla sobre la contracción en los flujos de remesas hacia la región cuando las tasas de desempleo se disparan en EE.UU, por el efecto de la pandemia del coronavirus.

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Manuel Orozco, director del programa Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano. Foto EDH / Tomás Guevara.

Por Tomás Guevara nacional@eldiariodehoy.com

2020-04-09 4:26:01

El director del Programa de Migraciones, Remesas y Desarrollo de Diálogo Interamericano, Manuel Orozco, conversó con El Diario de Hoy luego de presentar un estudio pormenorizado que trata de acertar con números sobre el efecto económico de la pandemia en un sector tan sensible como las remesas, que apalancan el crecimiento del país y ponen liquidez a cientos de miles de familias para salir de la pobreza.

¿Qué se puede observar sobre el tema de remesas y el impacto con el descenso que se ha previsto a causa de la pandemia para la región?

Una forma de verlo es analizar como se va produciendo los tiempos de la recuperación de la pandemia y la recuperación económica, y si lo vemos bien son movimientos que van ocurriendo más o menos a destiempo, la recesión económica empieza a sentirse a partir de abril, mientras que el impacto del coronavirus tuvo su primer golpe desde febrero o sea que hay un desfase.

¿En las remesas cómo se manifiesta?
Lo que se observa son básicamente dos cosas, en el primer trimestre hubo una tendencia relativamente normal, sí se observa la caída del empleo a partir de los últimos días de marzo y la primera semana de abril, que tienen efecto sobre el envío de remesas, pero el impacto más fuerte con la caída de las remesas se sentirá desde abril hasta septiembre.

¿Sería el pico más alto en el sector?
Para ese tiempo es donde estamos hablando de una caída sustancial del volumen, dadas las tasas de empleo que existen y que se están produciendo (al empezar abril EE.UU. tenía una acumulado de más de casi 10 millones de peticiones de ayuda por desempleo, que no incluye a trabajadores indocumentados que han quedado parados), nosotros estimamos que a fin de 2020 una tasa de desempleo mínima será del 10%, entre los inmigrantes, incluyendo la tasa de desempleo que ya existía del 4%, con lo que estaríamos sobre un 14% de desempleo para los inmigrantes.

¿Qué incidencia tendría este 14 % en la disminución de remesas?
Solamente esa tasa de desempleo producto de la crisis representa al menos 2 millones de empleos de latinoamericanos en EE.UU., y eso asumiendo que a final del año ya estaríamos hablando de una pequeña recuperación en todo este proceso como resultado de la crisis económica.

¿En comparación con la crisis de 2008 – 2009 cuáles son las diferencias?
La gran diferencia es que la crisis del 2009 fue una crisis estrictamente económica que tuvo un impacto directo sobre la economía, que creó una contracción en el crédito, una contracción en el consumo y un aumento del desempleo ante la ausencia de liquidez económica.
En el caso de esta pandemia, lo que ha generado es una paralización casi total, estamos hablando de cerca del 70% de la fuerza laboral en este momento en los países industrializados. Solo hay un 30% que está trabajando remotamente o en puestos de trabajo considerados esenciales .

¿Una situación sin precedentes?
Y esa paralización temporal incide directamente sobre las empresas que no pueden absorber los costos de estar paralizados, el análisis clave de todo esto es: ¿Cuál es la resiliencia de las micro empresas para aguantar la durabilidad de esta cuarentena? Si esta dura tres meses, en la mayoría de los casos más de la mitad de estas empresas tendrían pérdidas gigantescas, sino totales. Ahí es donde se va observar el impacto en el desempleo, por otro lado hay una caída del consumo por el resultado de la cuarentena misma, y esa caída es drástica y puede andar por el 70% en el sector servicios, que constituye otro 70% del movimiento económico a nivel global.

¿Cuánto amortiguan las remesas la economía en nuestros países?
Si vemos el informe de CEPAL 2019 indica que las remesas fueron las que evitaron que los países de la región no entraran en recesión porque el volumen fue tan sustancial contribuyendo con casi un 2 % del Producto Interno Bruto (PIB) para todos los países latinoamericanos, entonces cuando tenemos la combinación de factores vemos que Centroamérica y el Caribe serán los más afectados, ya de por sí estos países dependían de las remesas, y el crecimiento económico era explicado por el crecimiento de las remesas a razón de un 10 %o más cada año.

¿Con este parón se vendría abajo?
Así es. Y si a esto sumamos la caída de las exportaciones y del turismo, que solo esos dos sectores representan por lo menos un 20% del PIB para los países latinoamericanos, y si agregamos la caída de inversión extranjera directa veríamos que la baja sería mucho más drástica.

Para el Triángulo Norte de Centroamérica ¿Qué se puede pronosticar?
Para Centroamérica la situación será muy difícil porque estamos hablando de caídas drásticas, si vemos que Nicaragua que en 2019 tuvo crecimiento negativo, de ahí El Salvador, Honduras y Guatemala crecieron entre un 2 y 3 % del BID, con el nuevo escenario la caída podría andar entre un menos dos o menos tres por ciento.
Si partimos de una disminución del 14 % en las remesas, solo esa caída reduciría el PIB por lo menos 2 %; sin incluir la baja de exportaciones y del turismo.

En algunos análisis se ha cuestionado que las remesas no se invierten ni se genera bolsas de ahorro con esos flujos. ¿Cuál es su valoración?
Las remesas son un 50% del ingreso que recibe un hogar, y son ingresos disponibles y generan alguna capacidad de ahorro en comparación para quien no las recibe, lo que si hace es un efecto sobre el consumo y la productividad del país, pero insisto de no ser por las remesas las economías no estarían creciendo.

¿Queda algún margen de maniobra para los gobiernos para que se optimicen mejor las remesas?
Hay políticas económicas que podrían aprovechar mucho más el impacto macroeconómico de estas.
El efecto más importante es la formalización del ahorro de los que reciben remesas en el sistema financiero para movilizarlo al crédito, pero los Estados no actúan en consonancia con el sector financiero para aumentar la tasa de formalización, entonces las tasas de ahorro nacional son pequeñas, porque no se aprovecha ese sistema, y en segundo lugar la región carece de políticas de incursión financiera básicas. Esta ausencia no genera un buen apancalamiento de las remesas.