Dispositivos móviles ¿están tus hijos en peligro?

Los teléfonos móviles igual que el resto de tecnologías suponen un peligro para los más pequeños si no se utilizan de la manera adecuada. Por ello es necesario inculcarles hábitos tecnológicos saludables, y en esta tarea los padres tienen un papel fundamental.

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El papel de los padres es fundamental para que los niños adquieran hábitos tecnológicos saludables.

Por Mireya Amaya/Agencias

2020-01-23 3:58:14

Internet ha supuesto una revolución en la vida. Niños y mayores cuentan ya con smartphones y tablets de última generación con acceso a los contenidos web. Para los más pequeños (de entre 6 a 12 años) llamados “nativos digitales” tener uno o incluso varios teléfonos móviles es habitual. Pero estos suponen muchos riesgos si no se utilizan de manera correcta.

Recientemente EFESalud dio a conocer los resultados del “I Estudio Sobre Bienestar Digital: Familias hiperconectadas; El nuevo panorama de aprendices y nativos digitales”, realizado por Qustodio, una aplicación gratuita de control parental en Internet, que busca proteger el uso que un niño pequeño puede hacer de los diferentes dispositivos que posee.

El objetivo de esta investigación, que se realizó en España, es descubrir cómo es la convivencia con la tecnología en las familias. Un dato importante que este arrojó es que los pequeños pasan en promedio más de 1,000 horas al año conectados a Internet, lo cual no sorprende si se tiene en cuenta que algunas familias tienen almenos tres dispositivos móviles en casa.

Lo anterior significa que los pequeños están al frente del móvil unas 2.30 horas diarias, un tiempo que resulta considerable, puesto que los chicos también tienen actividades extracurriculares, además de que deben cumplir con tareas escolares y un tiempo para compartir en familia.

¿Entonces, qué implicaciones positivas o negativas podría tener el uso de dispositivos?

Lo provechoso
De acuerdo con los expertos de seguridad de Norton, para muchos niños tener un smartphone se convierte en uno de sus principales objetivos, ya que les permite estar en sintonía con sus compañeros de clase, al tiempo que estrechan la relación con sus padres a través de la comunicación frecuente.

En cuanto a la seguridad, indican que son útiles sobre todo en casos de emergencias e incluso permiten localizar a los niños utilizando la función GPS.

Otra ventaja, según Nationwide Children’s Hospital, es la capacidad de comunicarse en situaciones de emergencias. Además, ya muchas familias no tienen teléfonos en casa y los teléfonos públicos son cosa del pasado.

A esto también se suma la oportunidad para el contacto social con sus compañeros: mensajes de texto, uso de las redes sociales y (menos probable) en realidad hablar por teléfono.

Existe, además, la capacidad para obtener conocimiento inmediato para uso personal o académico, ya que incluso en los primeros años de estudio es difícil hacer el trabajo escolar sin acceso electrónico a aplicaciones, investigación web y documentos de Google.

Por otro lado, muchos los utilizan para su entretenimiento, visitando páginas de juegos o viendo sus videos preferidos.

¿Cuándo hay exceso?
Si como cualquier cosa en la vida, esto se hiciera con medida no habría problema. Sin embargo, como se mencionó al principio, la situación se sale de las manos y los menores pasan una gran cantidad de horas pegados a los dispositivos.

Sobre el uso excesivo de Internet y de las pantallas, María Guerrero, psicóloga experta de la app Qustodio, advirtió que “los peligros son muchos. Los niños aún no han desarrollado las habilidades suficientes ni tienen la educación necesaria para usar Internet de forma responsable”, subrayó.

Por lo mismo, el papel de los padres es fundamental para que los niños adquieran hábitos tecnológicos saludables.

“Es obligación de los padres educar de manera responsable a sus hijos para que hagan un uso adecuado de sus teléfonos móviles. Es importante darles un buen ejemplo con el uso de sus propios smartphones porque si no con qué tipo de autoridad le vamos a pedir a un chico que haga un uso responsable de su móvil”, apuntó Guerrero.

Las consecuencias de pasar demasiado tiempo con el smartphone son muy graves para los niños. “Hay chicos que tienen unos índices de adicción al teléfono móvil muy importantes. Es una adicción como cualquier otra con toda la sintomatología de una adicción, con su síndrome de abstinencia y todas sus consecuencias”, dijo Guerrero.

“Los niños están en una edad en la que es muy importante que desarrollen habilidades de relación con sus iguales. Que pasen tantas horas encerrados con su móvil les impide interactuar cara a cara y desarrollarlas y los expone al sedentarismo. Muchos de ellos retrasan la hora de dormir por estar más tiempo conectados o navegando en Internet y está demostrado que eso repercute en su rendimiento escolar”, sostuvo.

La experta agregó que “el hecho de que los niños de secundaria pasen más horas conectados que horas lectivas en el colegio es un dato aterrador que nos tiene que hacer despertar todas las alarmas acerca de qué estamos haciendo con estos chicos y qué esperamos después de ellos”.

Otras complicaciones
Por su parte, la psicóloga china Soong Chi Mei, en una publicación del portal Healthxchange Pharmacy advierte a los padres que los niños que usan en exceso los dispositivos móviles también corren el riesgo de desarrollar:

– Signos de falta de atención, impulsividad y mala memoria a corto plazo, lo que lleva a dificultades de comportamiento y aprendizaje.

– Obesidad (en aumento en niños pequeños) debido a la falta de ejercicio físico, así como trastornos en las horas de sueño, pues el cerebro está en constante estado de alerta.

– Problemas con las habilidades motoras finas y, a su vez, las habilidades de escritura a mano, como resultado de una menor exposición a actividades tradicionales de juego, como bloques, plastilina, manualidades y muñecas.

– Encorvamiento de la espalda, una condición llamada “cifosis postural”. Esto es producto de que en su afán de estar cómodos, los niños se encorvan con lo cual ejercen una gran tensión en el cuello y los músculos de la parte superior de la espalda. El dolor puede aparecer pronto y además del tratamiento sintomático, se puede requerir fisioterapia y orientación sobre buenos hábitos de postura.