Ilegalidad de terrenos limita a familias una vivienda digna

En 18 años, la fundación Techo ha construido 3,000 viviendas para familias pobres que en su mayoría no son propietarias del terreno donde viven.

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Techo construye viviendas de emergencia que miden 18 metros cuadrados. Necesita de ocho voluntarios y todas son desmontables. Foto EDH / Cortesía

Por Daniel Serpas

2019-11-15 4:30:11

Techo El Salvador ha trabajado en comunidades con extrema pobreza durante 18 años consecutivos. Con su experiencia, han determinado que uno de los mayores factores que ocasionan el déficit habitacional en el país es la falta de propiedad de las tierras en las que habitan las familias.

Según la directora de Techo El Salvador, Verónica Montes, en el 80 % de las zonas donde ejecutan sus proyectos de vivienda no se puede regular el acceso a la tierra, es decir, que las personas no tienen escritura de propiedad de los terrenos donde están construidos sus hogares.

Techo estima que un promedio de cinco personas viven en un espacio de 30 metros cuadrados, aunque en situaciones de hacinamiento pueden vivir hasta dos familias, es decir unas once personas, en ese mismo espacio.

“La falta de acceso a terrenos, impacta directamente en las posibilidades de las familias para mejorar sus condiciones de vida porque hay mucha inestabilidad o incertidumbre acerca del futuro en ese lugar y las familias no se sienten seguras de poder hacer mejoras”, añadió.

Por ese motivo la fundación se dedica a edificar viviendas de emergencia de 18 metros cuadrados que se arman en un fin de semana con el apoyo de voluntarios y están hechas a base de madera pura o madera reforzada con fibra de cemento.

Se construyen de esa forma ya que son fáciles de armar, dan lugar a que cualquier persona se involucre en el proceso y además porque pueden ser desmontadas y llevada a otro sitio en caso de que la familia sea evacuada del terreno por la falta de documentos que legitimen la propiedad.

“Lo fundamental del modelo de emergencia es la rapidez y la facilidad de que cualquier persona se puede involucrar”, comentó Montes.

En total, Techo ha construido 3,000 viviendas de emergencia en 18 años. Para 2019, serán 75 familias las beneficiadas con la construcción de hogares provisionales.

Según la directora, el 91 % de la población latinoamericana vive en condiciones de déficit habitacional. De ese total, un 16 % no posee vivienda y el 75 % restante tiene problemas con la infraestructura de su hogar, el cual puede estar construido con materiales como plástico y láminas.

Para Montes, “el déficit habitacional merma el desarrollo de las zonas al no tener un espacio adecuado donde tomar los alimentos, donde los niños puedan hacer sus tareas, donde descansar”. El déficit en el país es mayor en zonas de escasos recursos de los departamentos de Ahuachapán, La Unión y La Libertad. Este último es el segundo más poblado de El Salvador según la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples de 2018 y donde Techo tiene más labor comunitaria.

Actualmente, la fundación trabaja permanentemente en nueve comunidades donde realiza otros proyectos de infraestructura comunitaria y escolar. Este año abrieron una ludoteca en Tepecoyo.

En 2019, la fundación ha invertido $400,00 en los proyectos comunitarios. Estos están orientados en el mejoramiento de las condiciones de escuelas, la capacitación a comunidades en la creación de estrategias de autosuficiencia habitacional, saneamiento y cuido del agua.

A pesar de que la pobreza se focaliza en el interior del país, Techo también trabaja en San Salvador y ejecuta un proyecto de activación ciudadana en dos comunidades aledañas al Parque Cuscatlán.

Los parámetros que la fundación toma en consideración para realizar sus proyectos son que en la comunidad existan por lo menos 25 familias en condiciones de déficit habitacional y que haya disponibilidad de la municipalidad para colaborar con el proyecto.

De igual forma, debe existir un mínimo de organización interna de los miembros de la comunidad.

Todas las acciones se realizan gracias al apoyo de los voluntarios, de alianzas con entidades de cooperación internacional, empresas privadas nacionales y la colecta que realiza la fundación cada año.

En las diferentes actividades de Techo participan 1,200 voluntarios cada año. Por ejemplo, para la construcción de una vivienda provisional se necesitan ocho voluntarios.

Además del voluntariado, el patrocinio es importante para las actividades de Techo, cuyo presupuesto anual asciende a $500,000. La fundación recibe donaciones directas e insumos de construcción.

“Buscamos ser un puente entre las empresas, universidades, organizaciones y la sociedad civil para conectarlos con la realidad de pobreza que se vive en El Salvador”, dijo Montes.