Diana, la heroína que ha vencido la artritis reumatoide
A las puertas del Comic-Con, que se desarrollará en el centro internacional de ferias y convenciones los días 4 y 5 de mayo, Diana comparte su historia como cosplayer, que más allá de ser una expresión de arte, es una forma de salir adelante.
Diana se maquilla una vez más frente al espejo, se mira segura de sí misma y sonríe un tanto coqueta. Después se viste con un atuendo que define bien su figura, uno más que ha sido confeccionado con sus propias manos. Se pone su peluca rubia y prepara su arma.
Luego, sin nada de nervios, posa ruda para las cámaras y los reflectores, una sesión de fotos antes de la Comic-Con El Salvador 2019.
Bajo el traje de Black Widow, una de las figuras de la saga “Avengers”, de Marvel, se esconde Diana Funes, una joven cosplayer de 27 años que en sus últimos nueve ha interpretado cerca de 80 personajes de cómics, anime, juegos de video y princesas de Disney. Ente ellos Super Girl, Kitty Pride (X-Men), Kolin (Street Fighter), Rey (Star Wars) o Anna (Frozen).
“Los personajes que más me gusta interpretar son los de princesas, he hecho muchas veces de Anna para fiestas de cumpleaños o desfiles de correos. Ver a los niños emocionados y sus gestos de cariño, es una sensación única”, manifestó sonriente Funes.
Su amor por el cosplay inició mediante unos amigos que se dedicaban a ello, la invitaron a este mundo y desde entonces es parte de su vida. Cosplay es la contracción de las palabras en inglés “costume play” (juego del disfraz) y es el arte de representar de la manera más realista posible a un personaje de ficción. Se ha convertido en una subcultura, la cual tiene su origen en los Comics Market de Tokio, Japón, en la década los 70. Allí, jóvenes iban vestidos de personajes de anime, cómic o videojuegos y compraban o compartían revistas.