El desplome del empleo en el sector privado como parte de la crisis ocasionada por la pandemia aún no se recupera pues según datos del número de trabajadores reportados en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), en febrero del año pasado estaban registrados en planilla un total de 881,779 trabajadores, pero al mismo mes de 2021, el número es de 854,608. Eso significa que aún no ingresan a un trabajo formal al menos 27,171 personas.
No obstante, las estadísticas de las administradoras de fondos de pensiones a marzo 2021 sí muestran una recuperación. Según la Superintendencia del Sistema Financiero, los cotizantes de AFP sumaron 734,429 el mes pasado, una cifra superior a los cotizantes de marzo 2020, cuando se registraban 734,419 cotizantes.
Este 1° de mayo, cuando se conmemora el Día Internacional del Trabajador, muchos de los salvadoreños no cuentan con un empleo formal y tienen que valerse del ingenio para llevar ingresos a sus hogares a través de las ventas informales.
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Otro de los casos es Jonathan Quintanilla, un hombre de 31 años que desde hace seis años optó por dedicarse al comercio ante la imposibilidad de encontrar un empleo formal.
Quintanilla ha pasado de vender relojes de puño, gorras, manteles, toallas y hasta cables y audífonos para teléfonos celulares.
“Desde hace seis años estoy en el sector informal porque por motivos de salud me prohibieron hacer fuerzas y tuve que dejar mi trabajo”, destacó el comerciante.
Quintanilla asegura que hay días en los que las ventas son tan malas que apenas vende uno o dos dólares en su jornada de 9:00 a.m. a 7:00 p.m.
“La situación es difícil, siendo soltero no puedo subsistir. Si tuviera esposa e hijos sería más complicado”, aseguró.
Quintanilla afirma que en el centro capitalino hay muchas historias similares de personas que ante la falta de empleo tienen que dedicarse a las ventas informales para subsistir.
Otro caso es el de Diana Merino, quien quedó desempleada en medio de la pandemia, porque debieron cerrar la cafetería donde apenas tenía tres meses de laborar.
“Yo pensé que cuando pasara la cuarentena iba a regresar al trabajo, pero ya no me llamaron”, relata la joven de 20 años.
Su primer empleo fue en una venta de ropa usada, luego en un mercado, después la cafetería, incluso trabajó en la campaña política con una candidata a diputada no partidaria, pero ante el desempleo optó por vender mascarillas en el Centro Histórico de la capital.
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“Desde octubre del año pasado comencé a vender acá en el centro, ya son casi siete meses”, relata.
Merino es mamá soltera, culminó sus estudios de bachillerato y no descarta la posibilidad de encontrar un día el trabajo formal que anhela.
“Es dura la vida acá, pero tengo la facilidad de ir a ver a mi hijo ante cualquier emergencia, me hago mi horario y de mí depende lo que voy a ganar en el día”, detalló.
Comienza su jornada desde las 6:00 a.m. y se retira a las 8:00 p.m. para sacar el margen de ganancia que le permita salir con sus gastos.
Cuando quedó desempleada no tenía el capital inicial para comenzar con su venta y debió recurrir a un pequeño préstamo.
“Ya después que uno paga, va ahorrando poco a poco para seguir revirtiendo”, apuntó.
La joven detalla que la apuesta es sacar por lo menos $10 diarios de su salario, para alcanzar los $300 promedio que pagan actualmente las empresas como salario mínimo, apuntó.
Algunos sectores que han recuperado empleos
El sector industrial ha mostrado una recuperación de empleos en rubros como el de plásticos, el sector eléctrico y la producción de cemento. Pero en general en el primer trimestre 2021 la industria aún presenta una disminución de 7,485 puestos de trabajo que no ha logrado suplir desde 2020.