Hace un año que Julio no regresó a casa; su bisabuela ya no cree que vuelva

El jueves hizo un año de que el joven salió de su trabajo a su casa en Ilopango; en el trayecto desapareció. “Sólo Dios sabe lo que pasó aquella noche”, dice su bisabuela. Ella dice: no se ha investigado.

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Zoila Navidad, de 85 años, dice que ya no tiene esperanzas de que su bisnieto regrese; aunque guarda alguna ropa del niño que ayudó a criar. “Me queda el consuelo de que nunca lo maltraté”, dice. Foto EDH / Lissette Lemus

Por Jorge Beltrán Luna @Jbeltranluna_

2020-12-18 8:40:56

A sus 85 años, Zoila Navidad dice que ya perdió las esperanzas de que su bisnieto vuelva a casa. Eso es lo que expresa pero en el fondo, alberga una pequeña esperanza, pues aún guarda en una bolsa, un poco de ropa del muchacho.

Julio Alfredo Hernández Portillo tenía 20 años cuando desapareció. Aquel 17 de diciembre de 2019, a las 7:30 a.m., Julio marcó su entrada en el supermercado donde trabajaba empaquetando las compras que los clientes hacían. Terminó su jornada a las 8:30 p.m. Así quedó registrado en el trabajo, comenta Zoila.

Pero nunca llegó a casa.

El 18 de diciembre ya era todo preocupación porque nadie daba razón del muchacho. No respondía las llamadas a su teléfono y en el trabajo dijeron que se había retirado. Las imágenes de las cámaras de vídeo vigilancia mostraban que había salido del supermercado.

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Julio era el único pariente con quien Zoila vivía en una casa de la Santa Lucía, en Ilopango. Desde aquel día, la anciana se quedó viviendo sola, con Ginger, una perra mezcla de pastor alemán y pitbull, mascota de Julio. Hasta hace un mes, una amiga, también ya entrada en años, se fue a vivir con Zoila, que confiesa que está costando superar la desaparición de su bisnieto.

“Todas las noches me pregunto qué le sucedió, pero solo Dios sabe lo que pasó aquella noche. No creo que vuelva, ya pasó mucho tiempo; sólo me queda el consuelo de que nunca lo maltraté”.

Zoila Navidad, .

“No se ha investigado nada”

Horas después de denunciar la desaparición, investigadores policiales revisaron las cámaras instaladas en el supermercado; entrevistaron a algunos compañeros de trabajo, revisaron el libro de entradas y salidas de empleados y, aparentemente, eso fue todo lo que se hizo por indagar la desaparición de Julio.

Se determinó que el joven llegó a trabajar a la hora establecida y que se retiró del supermercado a las 8:30 p.m. Los compañeros dijeron que no notaron nada anormal ni Julio les comentó algo que pudiera dar pistas sobre la desaparición.

No se ha hecho más, dice la bisabuela del desaparecido.

“Nadie sabe nada. Ni la Policía ni la Fiscalía dicen nada. La última vez que hablé con el investigador me dijo que todo seguía igual”, aseguró ayer Karolina Portillo, la madre, de Julio.

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“Hoy hace un año sucedió lo que ninguna madre desea; hace uño que rompieron mi alma y mi vida en mil pedazos, en otra palabras me dejaron muerta en vida. Desde ese día mi alma no tiene paz, ese día hubiera querido ser yo y no tú mi sequito bello; después de un año el dolor es más grande, la angustia la zozobra de no saber de ti, me duele tanto no verte…”, publicó el jueves en Facebook, Karolina.

En 2019, según cifras ofíciales, nueve personas fueron reportadas como desaparecidas cada día, haciendo más de 3,000 casos en ese año. Durante 2020, a pesar del encierro impuesto por la pandemia de COVID-19, 824 personas fueron reportadas como desaparecidas entre enero y junio.