Demi Moore revela en su libro que fue violada en su adolescencia

La autobiografía “Inside Out. Mi historia”, donde la actriz confiesa que su infancia y adolescencia estuvieron marcadas por las adicciones, finalmente llegó a Europa. El libro llegará a Latinoamérica en abril.

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Demi Moore es una de las estrellas más proliferas en Hollywood. / Foto Por EDH / EFE

Por EFE

2020-01-24 9:40:03

Demi Moore era la actriz perfecta, llenaba el patio de butacas en los 90 y hacía que cada título se convirtiera en éxito, pero tras esa imagen dulce se esconde una mujer llena de inseguridades, con una infancia terrible y una madurez que desembocó en adicciones y en el desamor.

Así lo refleja la protagonista de “A Few Good Men” en su autobiografía “Inside Out. Mi historia”, un relato descarnado sobre los abusos que sufrió en su infancia, que por terrible que parezca cree que facilitó su madre.

Moore fue violada por un hombre que afirmó había pagado a la madre por la entonces adolescente de 15 años. “Nunca sabré si Ginny aceptó esos $500 a cambio de que Val pudiera tenerme. Pero no me cabe duda de que le dio la llave del apartamento que compartía con su hija de 15 años”.

También habla en el libro de su adicción al alcohol y las drogas: “Esnifé tanta (cocaína) que a punto estuve de abrirme un agujero en la nariz”; retoma su relación con Bruce Willis y de su vida con Ashton Kutcher, cuya separación volvió a llevarla a los infiernos.

Como en una catarsis, Demi Moore deja que su vida pase a ser patrimonio de todos, con una biografía con la que se libera del peso de la culpa, se reconcilia consigo misma y con quienes la rodean con una sinceridad que apabulla y con la que desbarata la idea de una vida fácil, llena de glamur.

De su infancia asegura: “El amor que recibí de niña fue perverso, y por eso acabé relacionando amor con sufrimiento”, y de las dudas previas a su primer matrimonio, cuando solo tenía 18 años, asegura: “no quería aceptar que iba a casarme solo para distraerme y olvidar, por unos días, el dolor de la pérdida de mi padre”.

Su niñez y adolescencia estuvieron marcadas por las adicciones y discusiones de sus padres, una convivencia destructiva en la que ella tuvo que intervenir impidiendo el suicidio de su madre.

La protagonista de “Ghost” confiesa que le horrorizaba la idea de ser como sus padres y beber sin control, una adicción que llegó con su primer papel en televisión y de la que ha salido y entrado según las dificultades que la vida le ponía a su paso, además de reconocer que la cocaína también fue su compañera en otros momentos.

El libro llegará a Latinoamérica el próximo abril. Foto EDH / Roca Editorial

En 1987, Bruce Willis, el padre de sus tres hijas, llegó a su vida. Unidos por una infancia difícil, la pareja se entendía a la perfección y decidieron casarse. “Me hacía sentir como una princesa”, manifiesta en su libro Moore.

Pero reconoce que los traumas personales de ambos no tardaron en aparecer y cuando su hija mayor, Rummer, solo tenía 2 años, aparecieron las primeras grietas en una relación que se rompió, pero que nunca ha dejado de ser amistosa, como se ha podido ver en distintas ocasiones en las que la pareja ha acudido con sus hijas a distintos actos privados y públicos.

Se separaron en 1998, dos años después del estreno de una de sus películas más controvertidas, “Striptease”, que le hizo obsesionarse con su cuerpo para aparecer espléndida en pantalla. Luego llegó “G.I. Jane” (1997) y su obsesión por un cuerpo perfecto la trasladó a conseguir unos músculos marcados y descomunales.

Después de un período de inactividad en el que se apartó del cine para cuidar a sus hijas, la actriz regresó a la interpretación con una imagen espectacular y al poco tiempo con una nueva relación: un actor 15 años más joven que ella, Ashton Kutcher.

A pesar de que no eran muchos los que les auguraban largo futuro, la relación duró más de seis años. La pareja no dejaba de demostrar lo mucho que se divertían juntos en las redes sociales y lo complementados que estaban.

Hasta ahora poco se sabía de su intimidad, pero la actriz desvela que su máximo deseo era tener un hijo juntos. Lamentablemente, sufrió un aborto a los seis meses, una situación que la sumió en un profundo dolor.

Después llegarían varios tratamientos de fertilización que no fructificaron, la pareja se abría a relaciones con terceras personas y las noticias sobre las infidelidades de él volvieron a sumirla en la desesperación: “conocí al hombre de mis sueños, no me despegué de él y se convirtió en mi adicción”.

Una reflexión que le llevó a darse cuenta de que la relación con sus hijas se había deteriorado, aunque con el tiempo consiguió volver a recuperarla y a ellas les dedica el final.

“Mis amores, mis ángeles, mi razón de ser (…) Mujeres espléndidas, dinámicas, sensatas, inteligentes (…) no puedo sentirme más orgullosa de ustedes. Gracias por haberme dejado entrar en sus vidas y por regalarme su amor, apoyo y ánimos para escribir este libro”, concluye Demi Moore.