Ante los resultados de las recientes elecciones, los partidos de oposición han aceptado la derrota y que deben hacer una reingeniería frente al cada vez más evidente declive.
Los comicios legislativos del 28 de febrero reconfiguraron el mapa político en El Salvador y han dejado a los partidos tradicionales: ARENA y FMLN con una caída en su caudal de votos de hasta un 79 % en comparación con la última elección.
El FMLN, por ejemplo, llegó a su cúspide en 2009 cuando logró más de 900,000, pero luego en 2012 empezó a caer y fue en 2018 cuando sufrió su descenso más estrepitoso al bajar hasta 175,000 votos.
A la luz de esos resultados, el pasado 1 de marzo, Óscar Ortiz, secretario general del FMLN, reconoció que los resultados de los comicios eran cada vez más desfavorables y era “una tendencia irreversible” desde 2015.
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Ante este último golpe, el dirigente efemelenista advirtió que cambiarán los estatutos y harán una reingeniería en el partido de izquierda acorde a la actualidad.
El FMLN desde su primera participación en elecciones del país en 1994 fue en efervescencia, en esa ocasión obtuvieron 21 escaños, consiguieron ser la segunda fuerza política salvadoreña, donde en su segunda participación en comicios en 1997 obtuvo una importante cuota de poder legislativo y municipal y ya para el 2006 llegaron a tener 32 legisladores en la Asamblea Legislativa hasta llegar a estar 10 años en el gobierno.
Por el lado de ARENA la caída ha sido menor, pero también ha venido perdiendo votos. Por ejemplo, en 2018 contabilizó más de 800,000 votos pero este 28F bajó a 295,000 votos.
Ante ello, el partido tricolor ha manifestado que está consciente de que los resultados de las pasadas elecciones no les son favorables y lo atribuye a que el país ha concentrado más poder en el
Ejecutivo, pero admite que harán cambios en el partido para de “una manera responsable” buscar nuevas formas de comunicación con la población para escuchar sus necesidades.
Eduardo Escobar, director ejecutivo de Acción Ciudadana, opina que los partidos de oposición han reconocido su derrota y hablan de reformas a su institucionalidad, pero no se ha escuchado que las dirigencias dejarán sus cargos. “Es una cuestión que se debió mencionar y se debió hacer”, expone.
“(Los partidos deben) establecer una comisión de transición para que sea esta la que dirija un proceso de reacomodo institucional y de análisis, porque si no lo que va a pasar es lo que siempre ha pasado después de una derrota electoral, que los partidos solo hacen “ajustes cosméticos”, no ha profundidad sobre el rumbo del partido, se hace parecer que se están haciendo cambios”, dice Escobar.
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Señala que no ha escuchado de los partidos de oposición un reconocimiento real y contundente de la responsabilidad que tienen de la situación que están viviendo, donde en lugar de ello ha escuchado voces que culpan a terceros de lo que ha pasado y no aceptan una responsabilidad contundente de la mala gestión que han hecho.
Escobar comenta que incluso, en su análisis, los partidos han señalado a organizaciones de la sociedad civil o a la Sala de lo Constitucional por lo que ha sucedido en las elecciones, cuando en realidad son los resultados de una mala gestión que han hecho los partidos durante muchos años.
“Yo creo que si las dirigencias continúan y hacen un par de cambios cosméticos por ahí, lo que nos van a demostrar es que no aprendieron nada y no entendieron nada. Me inclinaría seriamente a pensar que los partidos todavía no han entendido, no han captado el mensaje que le ha dicho la población. Esto no se debe ver solo como una situación de cómo hacer un análisis de las condiciones internas del partido, sino que deben de incluir en este análisis cambios y evaluación de lo que las personas están pensando”, dice Escobar.
Carlos Mauricio Hernández, profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, dijo en entrevista al medio Infobae que “la razón fundamental de este cambio de preferencias electorales se debe a que tanto ARENA como el FMLN fallaron de manera escandalosa en las tres grandes banderas que marcan al electorado salvadoreño: pan, paz y trabajo”.
Agregó que “ni en los 20 años de gobiernos de derecha ni en los diez años de la izquierda se logró una sociedad donde las mayorías tuvieran condiciones de vida digna, seguridad ni empleos con salarios justos. No es casual que el FMLN esté casi por desaparecer”.
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Además la investigadora Jeannette Aguilar, también consultada por Infobae, agregó otro ingrediente que incidió en la fuerte caída de votos para los partidos de oposición: la campaña de Nayib Bukele.
“A su estrategia electoral de capitalizar el hartazgo con los partidos tradicionales se sumó una masiva y millonaria campaña de marketing publicitario, junto al uso abierto y escandaloso del aparato gubernamental para hacer proselitismo a favor de su partido, lo que no dio margen a la competencia e invisibilizó al resto de los contendientes”, explicó Aguilar.
Partidos en ocaso o necesidad de refundación
Eduardo Escobar dice que en este caso es necesario entrar a un análisis de marcas hablando de los partidos como ARENA, FMLN, PCN y PDC como si se estuviera hablando de un tema comercial, como un ejemplo, donde un producto puede ser muy bueno, pero si es de una mala marca no le va a incrementar la venta del producto, “no sabemos si las marcas políticas de ARENA y el FMLN pueden todavía reconstruirse, oxigenarse y tener todavía vigencia, esto es parte de lo que tienen que hacer los partidos políticos, tienen que hacer el análisis si la marca todavía puede vender, ser viable como opción para el electorado”, explica.
Comenta que si esa marca ya no tienen respaldo para que resurja, por más inversiones o cambios que haga no se va a levantar. Este análisis no solo lo tienen que hacer dentro de los partidos, sino salir a la calle, a la población y preguntar cuánta posibilidad existe de que las personas vuelvan a creer en estas “marcas políticas”, y de ser un “no” de la población el partido puede cambiarse en el tiempo con diferentes acciones o definitivamente ya no continuar.
En cuanto a pensar en refundar partidos, en el caso del partido FMLN no solo tiene que pensar en volver a crear un partido de izquierda, o en el caso de los partidos conocidos como de derecha, está en cuestión es primero saber “si los ciudadanos todavía ocupan la ubicación ideológica como una forma de posicionamiento”, si el electorado ya no está viendo que se identifican con la izquierda o la derecha.
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“La gente no se ubica ya como yo soy de izquierda o soy de derecha, entonces y aparecen con un partido de izquierda, esto está condena a fracasar. Se tiene que ir a ver primero si la gente todavía se posiciona en esos términos de izquierda o derecha y si la gente usa estas categorías tendría que ver la población objetivo que podría tener”, opina.
Añade que de refundarse nuevos partidos también deben de atender la realidad de que deben plantear su propuesta a partir del pensamiento de la población, observar más qué busca para su mejora, ya sean leyes, formas y estilos de vida.
“Pareciera que estos partidos no se han ajustado a los nuevos tiempos, no se quiere decir con esto que dejen a un lado sus principios y valores sino que tienen que ajustarlo a las nuevas generaciones y a las nuevas realidades, como las marcas comerciales que para mantenerse van ajustando según el criterio, la percepción y los deseos de la gente a su producto, y por eso es que se mantienen entre la preferencia de la población, y los que no lograron adaptar se perdieron”, explica.
Comenta que si los partidos políticos no logran conectar con la lógica y los deseos de la ciudadanía entonces se quedan “congelados en el tiempo” y le están hablando a un electorado que no existe, no le están hablando a los que van a votar, y esto supone que es lo que los partidos políticos no han comprendido, esto también de acuerdo a declaraciones que ha dado el analista político Álvaro Artiga, quien menciona que hay un “cambio generacional” que está golpeando a los partidos tradicionales. “Nuestros partidos le hablaron a un electorado que no existe ya, esto es lo que pasó”, dice Escobar.
Descenso de los partidos que estuvieron en el poder
El presidente del PDC, Rodolfo Parker, el pasado 2 de marzo reconoció los resultados de las elecciones, un partido fundado en 1960 años, donde su papel siempre será el buscar el bien común, dijo su dirigente.
En cuanto a si habrá cambios en el partido Parker manifestó que “cada partido político tiene el deber imperioso de irle dando respuesta a los tiempos, en una sana combinación de lo que es experiencia con una garantía de la renovación”.
En cuanto al partido PCN, que fuera un instituto político fuerte en esa misma época de los años 1960, y quien hasta 1979 administrara varios gobiernos, hasta el momento no ha dado declaraciones oficiales sobre si habrá cambios para poder mantenerse en el tiempo.
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Eduardo Escobar menciona que estos partidos tradicionales tuvieron su tiempo de apogeo. “La paciencia se le acabó (a la población) le dieron el espacio a ARENA porque no tenían confianza en el FMLN, luego rompieron esa barrera, le dieron el poder al FMLN, se lo ratificaron en la siguiente elección, pero vieron que no cambiaban sus condiciones de vida, vieron que la gestión gubernamental no les beneficiaba, dijeron entonces ya no, la paciencia se les acabó”, comenta.
Añade que con el Gobierno actual será de ver si ocurre este mismo fenómeno, donde la población creyó, apoyó pero no se le está dando un cheque en blanco, es de ver si la ciudadanía actúa así luego de la experiencia con anteriores gobiernos de otros partidos.
“Yo creo que ya con el expresidente (Antonio) Saca, la población ya no le dio un cheque en blanco a ARENA, con (Salvador) Sánchez Cerén no le dio un cheque en blanco al FMLN, porque ya el grado de incumplimiento e insatisfacción estaba ahí, entonces, ya no era hagamos lo que hagamos la gente nos va a terminar votando, ya eso no se puede ver así”, expone Escobar.
Explica que en el caso de Nuevas Ideas y del presidente Nayib Bukele no le hablan a la población de ideologías, lo cual han dejado en claro, y la clave que utilizó el presidente salvadoreño ante la población fue “sacar a los corruptos para que devolvieran lo robado”, no habló de ser de izquierda o derecha.
