“Le dijimos que saliera pero se fue a buscar al perrito”. La tragedia de Idalia en la Nuevo Israel

La tragedia ocurrió a las 6:45 a.m. de la mañana de ayer, luego de que el caudal de una quebrada derribara muros de contención y arrastrara varias casas.

descripción de la imagen

Por Jorge Beltrán

2020-06-01 5:30:33

La crecida de la quebrada del Arenal había dejado anegada varias casas de la comunidad Nuevo Israel. La embestida de la corriente fue tal que derribó los muros de contención de ambas orillas y el agua inundó la calle principal de la residencial Brisas de San Francisco, afectando decenas de carros y muchas casas.

Varios residentes de la Nuevo Israel se afanaban por sacar con cubetas el agua de sus viviendas. Idalia Maribel Cruz era una de ellas. Kevin, un joven vecino le ayudaba aunque el peligro era inminente, pues el agua había dejado socavones debajo de las viviendas a la orilla de la quebrada.

TAMBIÉN: Impactantes imágenes de vehículos arrastrados por correntada en Brisas de San Francisco

Kevin recuerda que ya habían sacado nueve o diez cubetas de agua cuando presintió que algo malo podría ocurrir si continuaban dentro de las casas.

El joven asegura que le pidió a Idalia que se salieran de la casa. Idalia también parecía consciente del peligro de que su casa se desplomara. Kevin dice que recuerda que le dijo algo así como “ya vengo”, y que se metió de nuevo a la casa, al parecer a buscar el perro de la familia.

Fue en ese instante que se oyó otro estruendo. De inmediato vieron a Idalia abajo, en la quebrada, que se sostenía de un árbol, pero en pocos segundos, otra casa se desplomó. Solo vieron que agitaba las manos, pidiendo ayuda, mientras el cauce la arrastraba. No la volvieron a ver.

LE PUEDE INTERESAR

Suspenden clases en línea a nivel nacional en El Salvador por tormenta Amanda

La medida entra en vigencia a partir de este día y se prolongará hasta el próximo 8 de junio. Aplica para todos los centros escolares públicos y privados; así como para las universidades.

Una tragedia anunciada

El perro de Idalia no estaba en la casa. Ayer fue entregado a unos familiares que llegaron a rescatar lo poco que quedó en un pedazo de la casa que Idalia habitó desde que nació. Tenía 44 años y no tenía hijos. Vivía sólo con su madre, Cristina, de más de 80 años, quien ayer fue llevada donde otros familiares, en la residencial Altavista.

“Creo que mi abuela aún no sabe realmente todo lo que ha pasado”, comentó una joven ayer, quien dijo ser sobrina de Idalia, es decir, que la anciana aún no estaba consciente de que su hija había muerto.

ADEMÁS: Taxista muere al ser arrastrado por el desbordamiento de río El Arenal en colonia Málaga

Ayer durante todo el día, decenas de casas cuyos cimientos fueron socavados por la correntada, fueron evacuadas por temor a sufrir el mismo destino que la casa de Idalia.

Un vecino de esa comunidad comentó que en agosto del año pasado, una fuerte lluvia también hizo que la quebrada se creciera e inundara las casas más próximas al cauce y debilitara los muros de contención y a pesar de que pidieron ayuda al Ministerio de Obras Públicas y a la alcaldía de San Salvador para que reforzaran los muros, no fueron escuchados. “Tal vez esto no hubiera pasado”, se quejó el hombre.

“Oímos el estruendo y comenzamos a ver el agua en la calle”

Hacía pocos minutos que José García había recibido el turno de la vigilancia de la residencial Brisas de San Francisco. No se había acomodado aún cuando escuchó un estruendo fuerte mientras llovía copiosamente. En segundos vio que la calle principal se convertía en un río crecido que surgía del lado de uno de los muros pegados a la quebrada El Arenal.

De inmediato habló por radio a sus compañeros que al interior de la colonia hacían labores de vigilancia para que se pusieran a salvo y que alertaran a cuantos residentes pudieran. Pero ya el estruendo había despertado a la mayoría de vecinos de la orilla de la calle quienes impotentes miraban cómo la correntada arrastraba sus carros. Ayer hasta media tarde, las grúas continuaban sacando carros dañados por la correntada que causó la muerte de una mujer.