Cultivo de jocote de corona gana terreno en Santiago de María

La cosecha del jocote de corona genera cientos de trabajos temporales, contribuyendo a la economía familiar.

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Marlon Cigueran, 25 años, tiene varios años de trabajar cortando jocote. Fotos EDH / Insy Mendoza

Por Insy Mendoza

2019-11-03 9:00:18

USULUTÁN. No hay miedo a las alturas, aseguran las mujeres y hombres que se dedican al trabajo de la cosecha del jocote corona en la finca San Ramón, ubicado en cantón Cerro Verde, del municipio de Santiago de María, en Usulután.

La finca está generando alrededor de 60 fuentes de trabajo entre los cortadores, los que se encargan de seleccionar el fruto; y las vendedoras, quienes lo adquieren a precio de mayoreo y lo distribuyen en los mercados de Usulután.

Las colecta de fruto son tres veces por semana. Algunos trabajadores logran hacer hasta 4,000 unidades en una jornada, desde las 7:00 de la mañana hasta las 2:00 de la tarde. Por cada 100 jocotes cortados les pagan 1 dólar.

Las herramientas que usan son lazos de protección, que lo sujetan al árbol para evitar una caída; varas, bolsos de tela o matates para echar los jocotes.

Mujeres como Yanci e Isabel Rodríguez trabajan seleccionando los jocotes para luego ser vendidos.

Las mujeres han aprendido el oficio y deben subir entre los 6 y 10 metros de altura, hasta la copa de los árboles , donde está el fruto. Para ellas es una oportunidad de trabajo temporal que les genera un ingreso a su economía familiar.

También hay otro grupo de mujeres que se encargan de recibir, seleccionar y contar los jocotes para llevar un control de cuántas unidades cortó cada trabajador.

Wendy Cálix tiene 17 años y pocos meses de haber iniciado en esa labor.

“A veces no paso de cortar los 200 jocotes, pero es porque estoy empezando; ya dejé de estudiar y hoy me dedico a rebuscarme para ganar dinero”, contó la joven.

Luis Mendoza Ruiz, de 46 años, tiene cuatro años de trabajar en la finca y se encarga de darle mantenimiento. Él asigna las áreas de trabajo para los cortadores en cada jornada.

La mayoría de los trabajadores son hombres de las comunidades de cantón Cerro Verde, Santiago de María.

Mendoza comentó que hay niños de 12 años de edad que llegan a pedir una oportunidad para ganar dinero y cuando se emplean, “esos cipotes en una mañana se ganan hasta $7. Ellos vienen a pedir que le demos chance para empezar a trabajar”.

Raymundo Cruz es un padre de familia de 34 años y cuatro de ellos los ha trabajado en las temporadas de jocote, al finalizar la cosecha se dedica a la del café; luego, a sembrar sus propios cultivos de maíz y frijol.

“En éstas comunidades dependemos del fruto que nos dan las plantas, ya sea el jocote, café, el maíz, el frijol y todo lo que se puede cultivar, porque el clima es fresco”, aseguró Cruz.

Yanci Rodríguez, de 19 años; y Rosibel Rodríguez, de 27, trabajan en la clasifican los jocotes de acuerdo al tamaño y calidad.

“Las jornadas de trabajo depende de cuánta cantidad logran bajar los cortadores y de ésta forma es que nosotros logramos ganar dinero, después nos dedicamos a cultivar maíz en las parcelas que tenemos”, expresó Rodríguez.

Oscar Lazo Águila y Mabel Gutiérrez de Lazo son los dueños de la finca San Ramón. Ellos aseguran que le están apostando a incrementar el cultivo del jocote corona porque es rentable la comercialización y es una alternativa para no depender solo del cultivo del café.

Los esposos iniciaron hace tres años con 500 plantas de jocote, luego incrementaron hasta tener 2,500. En las mismas hectáreas donde hay café están las plantaciones del jocote y otros frutos como los güisquiles, naranjas, mandarinas, cacao criollo, paterna y aguacate.

“Estamos generando trabajo a las personas de la comunidad, a las bajadoras, a las compradoras y es así como se les ayuda a la economía local”, dijo Óscar Lazo.

Santiago de María cuenta con 11 fincas entre los cerros El Tigre y Oromontique con 551 hectáreas, de esas 21 están cultivadas de la moringa; el resto es café y otra variedad de cultivo como el bálsamo.