Músico salvadoreño varado en Uruguay hace pupusas para sobrevivir

Juan José Albergue es un salvadoreño que quedó atrapado en ese país durante una gira musical. Tiene 70 días de estar allá. Dice que el embajador le pide pagar el vuelo pero él no puede, pues de la venta de pupusas on line apenas subsiste y debe enviar dinero a sus hijos.

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Por Milton Rodríguez

2020-05-29 8:00:41

Juan José Albergue Chacón, un músico salvadoreño que está varado en Uruguay desde hace más de 70 días necesita volver al país. De parte del gobierno salvadoreño le han ofrecido un vuelo para el 5 de junio pero debe pagar su boleto, para lo cual dice no tener dinero.

Juan José es uno de los seis compatriotas que se encuentran varados en Uruguay. En el país sobrevive de la música, es padre de familia, tiene esposa y tres niños; desde el 18 de marzo se encuentra en ese país suramericano esperando a que las autoridades le ayuden a retornar.

Mientras tanto, se ha metido de lleno a la factura de pupusas, el platillo salvadoreño más famoso con el que está conquistando a los uruguayos. Con ello está consiguiendo ganar algún dinero para subsistir y enviarle algo a sus tres hijos.

Los amigos uruguayos de Juan ya probaron las pupusas y les han gustado, tanto que le recomendaron vender pupusas en línea y con ello obtener alguna ganancia.

“‘Por qué no te pones hacer pupusas, démosle, hagámoslo, yo hago el delivery’, me dijo mi amigo uruguayo, ya que él tiene carro; y me puse a inventar, logré hacer pupusas y las perfeccioné”, relata.

Juan tuvo hace años una pupusería pero nunca había hecho pupusas, ante esta situación se animó a hacerlas para sobrevivir.

Quince días después de estar en Uruguay comenzó a hacer pupusas y las puso en venta on line. Bautizó su pequeño negocio como “La pupusa del diablo”, en el cual tiene el valioso apoyo de su amigo uruguayo.

“He estado sobreviviendo de la venta de pupusas y no las dejaré de vender hasta que me vaya de acá; con las pupusas que vendo he logrado mandarle plata a mi esposa, que no es mucho, pero pues no puedo prescindir de mi responsabilidad como papá y esposo”, dijo Juan.

El compatriota dice que gracias a la ayuda de su familia que ha estado pendiente de su esposa y sus hijos, él ha logrado sobrellevar el estrés de no estar en su casa.

Las pupusas que elabora Juan José han tenido ya su efecto comercial. “Hoy he tenido como veinte pedidos”, dice muy contento.

Hay un dato curioso: promueve una nueva especialidad: pupusas dulces. Están rellenas con dulce de leche, de membrillo o el Martín Fierro (queso con membrillo).

Mientras triunfa con las pupusas, Juan José no pierde de vista retornar en cuanto pueda o le ayuden.

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Juan relata que llenó los formularios que el Gobierno puso en las redes sociales para todas las personas varadas, y a los 20 días de estar en ese país la embajada se puso en contacto con él y le mandó una canasta básica para unos 10 días. Él dice que creyó que le seguirían escribiendo pero han pasado dos meses y no recibió más llamadas.

“Escribí a Cancillería y expuse mi caso, pues básicamente tenía dos meses en el Uruguay y necesitaba ayuda, de comida al menos, porque entiendo que en Costa Rica, Colombia y México las embajadas de allá han puesto a los compatriotas en hoteles o Airbnb y les han ayudado con alimentación y hospedaje”, dijo el salvadoreño.

“Recibí hace dos días una llamada de la Embajada de El Salvador en Uruguay, con indicaciones de un posible vuelo desde Buenos Aires, Argentina el próximo 5 de junio del cual debíamos prepararnos para pagar $500 a $600 para regresar a nuestro país”, dice Juan José.

Se pidió a Cancillería datos sobre cómo están manejando la situación de los connacionales en Uruguay pero no respondieron a la petición.

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Dice que apenas gana para comer y no tiene para pagar un vuelo de regreso. “Hace dos días me llamó el embajador de El Salvador en Uruguay y me dijo: ‘mira, hay una posibilidad de un vuelo el 5 de junio, no te quiero prometer nada, pero si van a tener que pagar y el precio del vuelo anda entre 400 a 600 dólares’. Yo me quede atónito porque es difícil para mi reunir dinero en estos días, sí me pareció bastante inhumano la noticia del embajador”, lamenta el salvadoreño.

La situación de Juan es crítica. Si bien en El Salvador es músico y tiene una empresa de renta de instrumentos para show de las bandas internacionales que llegan al país y servicio de audio para bandas locales, las medidas restrictivas por la pandemia no le permite ingresos.

Juan José dice estar de acuerdo con la medida de cierre de fronteras y aeropuertos para que la gente que estaba en otros países no llegara con el virus, pero lo que sí rechaza es el hecho de que no haya un plan especifico o que cada embajada esté manejando de diferentes formas el trato a los varados en el exterior.

Yo tengo amigos que ya fueron repatriados y a ellos no les han cobrado nada, entonces me parece absurdo que vengan y en esta crisis nos pidan que paguemos; yo sé que el dinero es para las aerolíneas pero no me parece nada coherente que nosotros tengamos que hacernos responsables por vuelos que perdimos por decretos del gobierno, lo cual estuvo bien, pero no me parece justo que tengamos que pagar por ello cuando no estamos generando dinero”, se justificó.

Andaba en gira y quedó varado

El salvadoreño trabaja para una agencia de artistas internacionales, y se encontraba de gira con una banda ucraniana llamada “Ginger”; la gira empezó en El Salvador, luego siguió en Guatemala, y tenían tres presentaciones en México.

“Justamente en la última fecha de México, El Salvador cerró su entrada por el Aeropuerto y fronteras, yo estaba a punto de comprar mi vuelo de México para El Salvador, cuando me di cuenta que ya habían cerrado todo”, relató el compatriota.

Ante esa realidad tuvo que elegir entre quedarse en México o irse a Uruguay. Eligió este último, de donde es el dueño de la empresa para la que trabaja y donde al menos tendría casa para quedarse.

La gira en la que participaba estaba programada que después de México, continuara en Costa Rica, Perú, Chile, Uruguay y terminarían en Brasil, el 4 de abril; el vuelo de regreso, desde Sao Paulo, sería el 5 abril, pero los vuelos fueron suspendidos.

Juan cuenta que viajaba con dos amigos uruguayos; de los integrantes de la banda, algunos quedaron varados en EE. UU. y otros lograron llegar a Ucrania.