Marlon Tabora: “Cualquier señal de inestabilidad política afecta de manera directa la economía”

No habrá crecimiento económico si no se logra el consenso político, afirma el asesor senior de Centroamérica para el Fondo Monetario Internacional (FMI)

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Marlon Tabora participó la semana pasada de la 34a. Reunión de gobernadores del BID que se realizó en San Salvador en la que se discutieron estrategias económicas para el futuro. Foto EDH/ Mauricio Cáceres

Por Karen Molina

2020-02-23 9:35:02

El Fondo Monetario Internacional (FMI) mira de cerca a El Salvador, su estabilidad política y los mensajes que envía a los inversionistas.

Durante su participación en la 34a. reunión de gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el asesor senior del FMI para El Salvador y Centroamérica, Marlon Tabora, habló de los pilares económicos que siguen bajo evaluación del organismo internacional.

También adelantó que, como ocurre todos los años, una misión visitará el país en marzo próximo para analizar el cumplimiento del Artículo IV, un estatuto que El Salvador se comprometió a seguir por ser país miembro del organismo.

Y pese a no referirse directamente al choque político entre el Ejecutivo y la Asamblea Legislativa que se agravó desde el 9 de febrero, fue claro en recalcar que el respeto entre las instituciones, el diálogo y el consenso son claves para que el país logre mejorar el crecimiento económico que por más de 10 años se ha mantenido en un 2 % del PIB.

¿Cómo evalúa el crecimiento económico en la región y específicamente en El Salvador?
El año 2019, en términos generales, fue un año en donde el crecimiento en todo el planeta, y en el que El Salvador y Centroamérica no fueron la excepción, hubo una baja producto de la tensión por la guerra comercial entre China y EE.UU.

Pero a pesar de eso, Centroamérica, en su conjunto, sigue creciendo por encima del promedio de América Latina. En general la región crece arriba del 3.5 % y el país que menos crece dentro de la subregión de los cinco países obviamente es El Salvador y eso es un reto muy importante que tiene el país.

Asesor senior del FMI

No habrá crecimiento económico si no hay estabilidad política. Es una condición ‘sine qua non”

Marlon Tabora,

Hemos tenido un crecimiento del 2% desde hace más de 10 años.
Sí, y eso obviamente afecta de manera importante el nivel de bienestar que tiene el país, el nivel de insatisfacción que tiene la población en relación al modelo económico que está vigente.

Eso, además se traduce en demandas sociales que se transforman en problemáticas políticas, precisamente producto de la aspiración de todos los ciudadanos por tener un mejor beneficio.

La región sigue creciendo, incluso, la expectativa para 2020 es que siga creciendo más que el promedio de América Latina.

Obviamente, la proyección de El Salvador es muy preliminar. En estos momentos nosotros pensamos venir la última quincena de marzo para hacer la revisión del Artículo IV y ahí seguramente, una vez teniendo las cifras de cierre del año 2019 podemos tener el dato más preciso, pero no anda muy lejos del 2 y 2.5 %.

¿La llegada del presidente Bukele al Gobierno ha generado grandes expectativas económicas?
El Salvador tiene una perspectiva positiva producto de la llegada del nuevo Gobierno. La llegada del presidente Bukele ha generado unas expectativas orientadas sobre todo a abordar las problemáticas que limita el crecimiento económico de El Salvador.

Uno de ellos, y que no es exclusivo de El Salvador pues afecta a otros países de la región, es el tema de seguridad. Este afecta de manera importante la atracción de inversión extranjera directa y que los mismos inversionistas del país decidan invertir. Abordar el tema de seguridad es un tema muy importante.

El segundo tema es la sostenibilidad de las finanzas públicas. Usted debe recordar, El Salvador hace unos años tuvo un downgrade (reducción de calificación de riesgo por impago) de sus obligaciones y eso, de una u otra forma, en la medida que El Salvador ha vuelto a la senda, ha tenido que garantizar la sostenibilidad de su deuda pública en el mediano y en el largo plazo y eso le da una perspectiva diferente que debería ir acompañada de una mejora en su calificación crediticia que es una de las metas más importantes que las autoridades han manifestado, tanto privadas como públicas.

El haberle dado continuidad al ministro Nelson Fuentes (Hacienda) que ya conocía muchos detalles, puede facilitar ese proceso. Vemos con optimismo que exista una voluntad política del nuevo gobierno de abordar la problemática que limita el crecimiento económico de la región y del país.

Un tercer punto que nos parece fundamental en los países de la región y que tiene que ver también con El Salvador es la mejora de la calidad del gasto público porque el espacio fiscal es reducido precisamente por la limitante que tiene del endeudamiento público, entonces no hay mucho que se pueda hacer por el lado de la recaudación, excepto algunas cosas que pasan por tener una mejor focalización del gasto social, por invertir en cosas que son más pertinentes para impulsar el crecimiento económico.

El gasto público es uno de los temas que siempre genera debate.
A veces las demandas de la población son enormes y no existe la capacidad del gobierno de hacer frente a todas esas necesidades y por eso la focalización y priorización es fundamental, especialmente aquellas necesidades que ayudan a promover el crecimiento económico y sobre todo en un nivel de productividad de un país como El Salvador.

En esto último hay un espacio importante en la mejora del gasto público en la medida que el tema de administración tributaria, de eficiencia, de cómo mejoramos los temas de recaudación.

Esa es una tarea pendiente no solo en El Salvador sino en todos los países de Centroamérica y que se ha venido acentuando en la medida que las demandas populares crecen y no hay capacidad de reformas fiscales que involucren modificación de tasas o incremento de impuestos.

Creo que el abordaje en la calidad del gasto, el tema de mantener la sostenibilidad de las finanzas públicas, abordar los temas de seguridad son elementos fundamentales. Son los pilares que en general, son de toda la región.

Y ahí, esto me lleva también a repensar algunos aspectos que son fundamentales para la sociedad salvadoreña. Más que para el gobierno, para la sociedad. Y yo mencionaría tres: el primero es…y el presidente Bukele ha sido muy enfático en ese sentido, es el tema de la lucha contra la corrupción.

Muchas veces ahí puede haber un espacio para recuperar recursos y mejorar la disponibilidad para atender las necesidades de los salvadoreños y eso es exactamente igual en Guatemala, en Honduras.

El segundo es la capacidad de generar más y mejores empleos. En las discusiones que hemos tenido a (reunión de gobernadores del BID) precisamente es la meta común de todos los países.

El poder mejorar el clima de negocios, el tema de la seguridad , el gasto público, la establidad económica ayuda a mejorar la inversión, que permita tener un shock importante y poder generar los empleos que la población está esperando.

Ahí también esto tiene que ser complementario con las reformas en nuestros sistemas educativos, en la preparación de nuestra gente.

Y eso me lleva al último punto que es la mejora en el clima de negocios que está directamente relacionada con la estabilidad política. En la medida en la que la gobernanza del país mantenga un equilibrio entre las diferentes fuerzas políticas y se logran consensos, es importante.

Siempre que llega un nuevo gobierno, existen estos procesos y yo creo que aquí , si bien no nos metemos en los temas domésticos, sí es muy importante reconocer que el tema de la estabilidad política es complementario con la estabilidad económica y el bienestar que esperan los salvadoreños.

Pero somos una región muy convulsionada hablando en términos políticos. ¿Cómo lograr esta estabilidad?
El hecho está en enfocarnos en cómo crear consensos y lograr puntos de coincidencias. Como sociedades estamos en la obligación…y los que estamos en puestos de decisión política, estamos obligados a promover espacios de diálogo, precisamente para buscar las mejoras que el país requiere para garantizar la estabilidad.

La estabilidad política, es un elemento fundamental. No habrá crecimiento económico si no hay estabilidad política y eso es una condición “sine qua non” de este proceso.

¿Pero cómo entender esta estabilidad política, cómo la ve el FMI?
Yo creo que si bien es cierto la democracia no es perfecta, yo creo que el tema del respeto institucional por un lado y por otro, el entender que las sociedades se construyen en base al disenso, a tener puntos de vista, eso es fundamental. Creo que esa es una tarea que tenemos todavía. Somos democracias relativamente nuevas, incipientes, que venimos de procesos y conflictos importantes. Eso toma tiempo, pero definitivamente que el tema del fortalecimiento institucional y el sistema de pesos y contrapesos debe existir y la participación ciudadana de forma más activa, es importante.

Y eso me lleva a un tema y es, ¿cómo garantizamos que el bienestar que genera el modelo económico que tenemos se distribuya de manera mucho más equitativa? Yo creo que el abordaje integral de los temas de desigualdad es fundamental.

Sé que no puede hacer una valoración directa del país, pero usted conoce el choque que existe actualmente entre el Ejecutivo y la Asamblea Legislativa. Esto ha generado una inestabilidad política que es precisamente la que se requiere para ejecutar los planes económicos. ¿Qué puede decir al respecto?

No puedo abordar temas de política doméstica, pero lo que sí le puedo decir es que cualquier señal que se envíe a los inversionistas, a la comunidad internacional, a los entes financieros tanto públicos como privados que genere incertidumbre, eso produce dos efectos inmediatos.

El primero es que como se percibe un mayor nivel de riesgo, el costo se va para arriba y como consecuencia puede llegar a limitar la posibilidad de que El Salvador (y no estoy hablando del gobierno, estoy hablando también del sector privado) tenga como consecuencia que se le limiten los recursos a los que pueda acceder.

En ese sentido, la recomendación que nosotros hacemos desde cualquier multilateral es buscar espacios de diálogo, que es lo más importante.

Asesor senior del FMI

Como se percibe un mayor nivel de riesgo, el costo va para arriba y puede llegar a limitar los recursos a los que puede acceder

Marlon Tabora,

En ese sentido, cualquier señal de inestabilidad política afecta de manera directa la economía y siempre, quienes terminan pagando la cuenta son los más vulnerables, los más pobres, que tal vez no lo ven de forma directa, pero sí de forma indirecta.

En la medida que no haya crecimiento económico, no haya inversión y no se genere empleo es más difícil mejorar la calidad de vida de la gente.

El mecanismo no es directo, pero indirectamente, al final siempre son los más pobres, los más vulnerables los que terminan siendo afectados. Y es nuestros países, lo que menos se requiere es eso. Requiere un clima amigable para los negocios, que se envíen mensajes de estabilidad.

Creo que la llegada del presidente Bukele en términos generales ha generado una expectativa de que las cosas van a cambiar en El Salvador, pero que sí existan las condiciones para seguir atrayendo la inversión que es lo único que va a ayudar a El Salvador a seguir adelante.

Mantener al ministro Fuentes en el cargo ha sido un muy buen mensaje, manda un mensaje de estabilidad, de responsabilidad fiscal y ese es un atributo cualitativo, pero intangible que muchas veces los inversionistas, las calificadoras de riesgo toman en cuenta para sopesar cuál debe ser la trayectoria.

Hay muchas de estas acciones que van a tomar tiempo, que no ocurren de la noche a la mañana y como no ocurren así, mandar un mensaje de estabilidad, de sostenibilidad o de responsabilidad fiscal es muy importante.

En los últimos años el FMI ha concluido que el país necesita un ajuste fiscal del 3 %, pero su ejecución nunca se ha dado justamente porque no ha habido un consenso político.
Quiero mencionar dos principios fundamentales: el rol del FMI es de acompañamiento, de asesoramiento y probablemente y más que el tema del ajuste fiscal es cómo se balancean las cuentas fiscales del país.

Y usted puede hacer el balance por dos lados: por el lado del ingreso o por el lado del gasto. Siempre el lado del gasto es más difícil porque hay una rigidez en la mayoría del gasto público de nuestros países, sobre todo el gasto corriente y lo que provoca esto es que, cuando existe un desequilibrio, quien sufre es la inversión en el gasto público y eso afecta de manera directa en el bienestar de la gente.

Pero por el otro lado está el hecho de mejorar la movilización de recursos, de la recaudación. Y yo creo que, aquí requiere un consenso social que nos permita hacer una redistribución de la riqueza. Y aquí hay un principio general: los que más tienen son los que más tienen que colaborar en ese proceso y cualquier mecanismo que se implemente, que sea la voluntad de las autoridades debe estar orientado a proteger a los más vulnerables. Si esos principios se respetan es más fácil alcanzar el consenso.

Las recomendaciones desde el punto de vista cuantitativo está asociada a la sostenibilidad de la deuda y yo creo que eso es importante, que la sociedad salvadoreña lo entienda porque sino, eventualmente… no es lo mismo hacer un ajuste fiscal en una situación de crisis que hacerlo de manera planificada. La recomendación del FMI, del BID, del Banco Mundial siempre está en buscar el mejor momento. Siempre el inicio de un gobierno es un buen momento para poder buscar el consenso y el diálogo político.

¿Y ese ajuste fiscal es más conveniente hacerlo en el inicio de un gobierno?
Sí, porque políticamente tiene mayor espacio, pero también, no existe una fórmula o una regla básica.

En la medida que el ajuste fiscal se haga más rápido siempre, el beneficio desde el punto de vista fiscal podría parecer mejor. Hay que ver el impacto que tiene en la sociedad y hay qué ver qué reformas necesitan una gradualidad y eso solo lo puede determinar las necesidades propias de cómo se ha estructurado el presupuesto general de la República y ahí, entre más se tarde un país en corregir sus desbalances, probablemente el costo, o la necesidad, o el impacto o el tamaño de la reforma fiscal puede ser más grande.

¿Y El Salvador necesita hacer este ajuste fiscal ya?
Sería irresponsable de mi parte decirle sí o no. Por eso vamos a hacer la evaluación y se va a emitir un informe que tenemos que llevar al directorio y ahí podremos tener una idea más clara. Ahora, vale la pena resaltar que si los aspectos estructurales que se han venido mencionando no se han implementado, esos temas volverán a salir en el reporte.