El Salvador tendrá una contracción del PIB de 4.3%, proyecta el Banco Mundial

El organismo prevé que el COVID-19 sumirá a Latinoamérica en una recesión, según un informe divulgado ayer.

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Medidas como el cierre de comercios impactará en la economía, han advertido expertos. Foto EDH / archivo

Por Jessica Guzmán

2020-04-13 4:30:24

El Salvador tendrá una contracción de 4.3 % del Producto Interno Bruto (PIB) este año debido a los efectos de la pandemia por el nuevo coronavirus, según proyecta el Banco Mundial (BM).

El organismo presentó ayer el informe “La economía en los tiempos del COVID-19”, en el cual detalla que la región de América Latina y el Caribe (ALC) tendrá una caída brusca del crecimiento debido a la crisis por la pandemia y una contracción del 4.6 % del PIB, (excluyendo a Venezuela).

En el documento no se detalla más sobre la contracción del PIB del país, pero indica qué factores golpearán no solo a El Salvador sino a los demás países de Centroamérica y de Latinoamérica.

Martín Rama, analista del Banco Mundial, por medio de una videoconferencia dijo que las perspectivas económicas para la región “no son buenas, veníamos en crecimiento lento, pero ahora en este último período hemos tenido tres shocks, uno el de descontentos sociales, otro con el petróleo y ahora con el COVID-19 que agrega una nueva dimensión”.

El experto explicó que hay dos elementos que diferencian esta crisis provocada por el coronavirus de otras anteriores: la combinación de demanda y oferta, y la incertidumbre, porque no se sabe cuándo va a terminar, si habrá recaídas o cuánto tiempo tomará salir de ella.

Según las proyecciones del BM para Centroamérica, Costa Rica, cuya economía gozaba de buena salud, se contraerá 3.3%; mientras que Nicaragua profundizará su crisis con una caída del PIB de 4.3%.

En el caso de Honduras, otro país que estaba en expansión, tendrá una retracción del 2.3% y Guatemala tendrá una caída de 1.8%.

El informe del organismo indica también que la crisis global que ha afectado al transporte será un golpe rudo para el turismo, lo que tendrá un impacto severo en algunos países caribeños como República Dominicana, un país que en los dos últimos años tuvo un crecimiento de 7 y 5.1%, pero este año tendrá cero expansión de su economía.

El BM señaló que muchos países de América Latina y el Caribe se enfrentan a esta crisis con un espacio fiscal acotado y que el alto grado de informalidad hace que sea más difícil llegar a todos los hogares.

“Los gobiernos de América Latina y el Caribe enfrentan el enorme desafío de proteger vidas y al mismo tiempo limitar los impactos económicos”, dijo Rama y agregó que “esto requerirá políticas dirigidas y coherentes en una escala raras veces vista anteriormente”.

El Banco Mundial afirma que está tomando medidas amplias y firmes para ayudar a los países en desarrollo a fortalecer su respuesta ante la pandemia, mejorar la vigilancia sanitaria y las intervenciones de salud pública, y ayudar al sector privado a mantener sus operaciones y los puestos de trabajo.

En este sentido, indica que ha destinado hasta $160,000 millones en apoyo financiero durante los próximos 15 meses para que los países protejan a los pobres y vulnerables, respalden a las empresas y afiancen la recuperación económica.

¿Qué se debe hacer para ayudar a los más vulnerables?

Rama explica que se deben desarrollar nuevos programas no solo para que los más pobres sobrevivan, sino que cada país debe proteger los empleos, pero se debe tomar en cuenta con cuántos recursos cuenta cada país y qué capacidad de implementarlos tiene.

“En este momento además de ayudar a la gente más necesitada, hay una necesidad de proteger los empleos… En este período implementar una política de protección de las fuentes de empleos más importantes es fundamental. No es fácil implementarlo en la práctica si hay pocos recursos”, dice Rama.

El experto agrega que también se le debe informar y explicar a la población por qué se toman ciertas medidas y cómo ayudarán a sobrevivir la economía, pero señaló que el BM ve como prioridad una estrategia de cuidar las fuentes de empleo, más que introducir nuevos programas. El organismo plantea que mucho dependerá de la solidez financiera de cada país, de la capacidad de los activos fiscales.