Créditos y depósitos crecen al 5% en primeros meses del año

La gremial bancaria destaca que el sistema financiero del país es más dinámico que la economía y tiene gran potencial para impulsar un mayor crecimiento y estabilidad fiscal.

descripción de la imagen

Por Vanessa Linares

2019-08-24 4:00:54

El saldo de la cartera de créditos y depósitos que los bancos en El Salvador han otorgado y recibido durante los primeros seis meses del año ha crecido a un ritmo de 5 % respecto a junio de 2018, destacó este viernes la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa).

De acuerdo con la gremial, en el país, la banca tiene indicadores positivos de liquidez, solvencia y calidad de cartera; y es, incluso, un sector mucho más dinámico que la misma economía, pues crece casi al doble que ella.

Con una cartera de $12,801 millones, los créditos experimentaron una variación positiva de 5.4 %, una la cifra levemente inferior a la tasa de crecimiento registrada el año pasado (5.6 %).

El dinero otorgado en préstamos representa casi la mitad (48 %) del Producto Interno Bruto (PIB) salvadoreño, y de todo el financiamiento, el 46.2 % equivalente a unos $5,916.9 millones, fueron a empresas, para actividades productivas.

Según Abansa, el comercio, los servicios y la industria son los rubros que representan la participación más importante del pastel de créditos.

Vale mencionar que desde 2017, el financiamiento productivo ha tenido un comportamiento positivo tal que supera al dinamismo de los créditos personales. Mientras los créditos a personas crecieron 4 % a junio 2019, los de las empresas incrementaron 7.9 %.

“En el último año y medio, el sector productivo, las empresas, están capturando y generando un crecimiento mucho más acelerado que los créditos a personas”, indicó el presidente de Abansa, Raúl Cardenal, durante la presentación del informe del desempeño del sector.

Por su parte, el crecimiento de los depósitos “ha sido un poco más errático que el crecimiento de los préstamos”; no obstante, en los primeros meses del año también han crecido a un ritmo de 5 % hasta lograr un saldo de $12,796 millones.

“Entonces, vemos que el sistema financiero está generando mucho mayor dinamismo que la economía en general”, insistió Cardenal.

La gremial bancaria insistió en que como el ahorro permite a las personas y empresas tener un bienestar y estabilidad económica; y el financiamiento apoya la inversión privada que es determinante para generar crecimiento económico, empleo y bienestar a la población, “el rol de la banca es determinante al intermediar los recursos. Es decir, por un lado, capta o recibe dinero del público y por el otro presta esos fondos a empresas, personas y familias”.

Una de las últimas modalidades de estafa que se está dando en El Salvador es que entre vecinos se invita a invertir dinero para ganar casi un 800%. Foto EDH / Archivo.

Un sueño de la dolarización

Abansa reconoció ayer que además de lograr un desarrollo integral para apoyar el crecimiento económico y social del país y una mayor innovación e inclusión financiera en la ciudadanía, desde la dolarización, el sector bancario sueña con que El Salvador se convierta en un Centro Financiero Regional y promueva los centros de servicios compartidos.

Omaira Briceño, senior manager de la oficina de servicios financieros de EY, la consultora que recientemente realizó un estudio para identificar si El Salvador tiene las condiciones para convertirse en un centro financiero referente de Centroamérica; explicó que este tipo de iniciativas tiene grandes ventajas para la economía en general, para los bancos, para las empresas y para los mismos ciudadanos del país que acoge la plataforma.

Más allá de un lugar físico, un centro financiero es un ecosistema que alberga a un grupo de proveedores de servicios financieros de importancia nacional o internacional. A nivel conceptual, es una unidad organizativa focalizada a prestar servicios de apoyo en diversas funciones de negocios, finanzas, recursos humanos, tecnología informática, logística, abastecimiento, servicios generales.

Esta plataforma agrupa a diferentes actores como bancos, gestores de inversiones o bolsas de valores y ofrece productos y servicios financieros congruentes con todos los cambios tecnológicos, la automatización de funciones, el big data y los sistemas de encriptación de datos, etc.

“El tema es que un centro financiero va más allá del sistema financiero. Se constituye en una palanca fundamental de desarrollo para la economía local, la región y de toda la sociedad”, explicó Briceño.

El estudio “El Salvador desarrollando el nuevo centro financiero regional y facilitando el funcionamiento de centros de servicios compartidos”, evaluó componentes relacionados al ambiente de negocios que tiene el país, el desarrollo del sector financiero, talento humano, los recursos y geografía local y el marco institucional.

Lea también:

Cuentas de ahorro con pocos requisitos crecen 36% al mes

Este tipo de productos nació con la Ley para Facilitar la Inclusión Financiera (2015) y a diferencia de otros pueden abrirse de manera remota, sin necesidad de ir al banco.


En ese sentido, tomando en cuenta los indicadores económicos, de competitividad y desarrollo humano, la investigación reveló que El Salvador tiene al menos cuatro palancas competitivas que le permitirían convertirse en un Centro Financiero Internacional en el corto plazo: la fuerte solvencia de las entidades bancarias, la oferta de productos y servicios actuales, la confianza y transparencia en la administración y el sistema financiero, y el talento humano con competencias para profundizar el desarrollo de este sector.

“El Salvador cuenta con recursos humanos, financieros y geográficos para crear ventajas comparativas ante otros países de la región para el desarrollo de centros de excelencia en la prestación de servicios en logística, infraestructura, comercio, turismo y otros sectores de actividad económica que pueden crear palancas de desarrollo endógeno (interno) y exógeno (externo)”, aseveró el estudio.

No obstante, frente a la oportunidad, el sistema financiero aún tiene retos qué superar.

La consultora, y la misma Abansa confirmó, que estos desafíos se relacionan a la necesidad de concretar una agenda de revisión y propuestas de reformas al marco normativo vigente para dinamizar la prestación de servicios financieros, fomentar la inclusión financiera, crear nuevos servicios y facilitar la incorporación de soluciones tecnológicas innovadoras.

Abansa reconoció que uno de los primeros pasos en el camino es crear una nueva licencia bancaria, una “licencia de banco internacional” que faculte, por ejemplo, que si a El Salvador llegan empresas de la India y por sus operaciones requieren una sucursal bancaria de su país, una institución financiera india pueda operar en el centro financiero local.

La lista de deseos

El sector bancario tiene una lista de pilares y estrategias para lograr las condiciones que cree que el país debería tener.

1 La formalización de las empresas eliminando las barreras de acceso al crédito e incrementar la bancarización.

2 Transformación digital en el sistema financiero a manera de eliminar el efectivo y los cheques.

3 Ampliación de un mejor sistema de pago electrónico y apoyar a la protección tanto de los datos como la información de los clientes.

4 Una regulación eficiente para que el sistema financiero puede operar de una mejor forma.

5 Crecimiento económico y estabilidad fiscal.

6 Mejoras en la calificación de riesgo en el país y el incremento e inversión privada tanto extranjera como local.

7 Promoción del Estado de Derecho para un buen funcionamiento de las instituciones.