Crecen empleos por cuenta propia pero son de mala calidad

En su último informe de coyuntura laboral, la Cepal y la OIT advirtieron que la informalidad podría continuar aumentando en el corto plazo.

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Según los organismos internacionales, el trabajo asalariado no crece al mismo ritmo que el autoempleo y también está perdiendo calidad.

Por Vanessa Linares

2019-05-18 5:30:03

Aunque el número de personas ocupadas en el mercado laboral creció 1.7 % en el último año, la mayoría de los empleos fueron por cuenta propia y, peor aún, de mala calidad, advirtieron en su último informe de coyuntura laboral la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Según el reporte “El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe: antiguas y nuevas formas de empleo y los desafíos de la regulación laboral” de la Cepal y OIT, por sexto año consecutivo, el empleo asalariado se expandió menos que el trabajo por cuenta propia -generalmente de peor calidad-, lo que implica un continuo deterioro de la calidad media del trabajo remunerado y representan una amenaza a la situación laboral de la región.

Para los organismos, por la debilidad en la generación de empleo formal asalariado y el crecimiento de los trabajos por cuenta propia, que usualmente no ofrecen las condiciones de empleo de calidad (salario y cobertura social y previsional, al menos) se advierte que en el futuro próximo los empleos de mala calidad aumentarán y con ello, la informalidad laboral continuará su trayectoria ascendente.

Los datos recogidos en el informe develan que la expansión del trabajo por cuenta propia contribuyó aproximadamente en 49 % al aumento del número de ocupados en el mercado laboral el año pasado, mientras que la generación de empleo asalariado aportó solo un 37 %.

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En conjunto, el sector terciario aportó la gran mayoría de los nuevos empleos netos; destacaron los servicios comunales, sociales y personales (con más del 40%) y el comercio y los restaurantes y hoteles (con 24%).

A juicio de los organismos, parte de esta fuerte expansión del sector terciario en los últimos años “se debe claramente al aumento de las actividades informales con bajas barreras de entrada, en muchos casos como trabajo por cuenta propia, en reacción a la baja demanda laboral de las empresas”.

Cabe mencionar que la mayor parte de estas actividades se concentra en el comercio y en algunos servicios.

Históricamente, diversos estudios han develado cómo funciona la dinámica labora y a qué ritmo se crean o destruyen los trabajos vinculados a tareas rutinarias, manuales y cognitivas, y aquellos con altos niveles de creatividad , pensamiento crítico y especificación.

Según los datos del Banco Mundial, entre 1995 y 2012, las ocupaciones de alta cualificación; es decir aquellas para las que se requieren títulos y más formación académica, han aumentado en promedio 0.3 puntos porcentuales en toda América Latina. En tanto que los trabajos de actividades intensivas en tareas cognitivas y manuales rutinarias como las administrativas y de transporte o como el empleo de los artesanos o trabajadores de la industria manufacturera y de construcción, por ejemplo, se habrían reducido 0.4 puntos porcentuales en promedio anual durante ese periodo; sobre todo en Panamá, Guatemala y Honduras.

El informe de la Cepal y OIT, publicado esta misma semana, destaca que El Salvador, también ha logrado disminuir las ocupaciones de cualificación media; no obstante, tiene una deuda en generar empleos de alta calidad (los más técnicos y profesionales) y, agrava su situación, que ha tenido el segundo mayor promedio de crecimiento de las ocupaciones de más baja cualificación; es decir, de aquellos trabajos en los que se requiere poco o ningún estudio y por ende están en mayor riesgo de ser reemplazados.

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Efecto de la tecnología

Por otro lado, para los investigadores, aunque las plataformas digitales crean nuevas oportunidades laborales tanto a nivel local como en mercados digitales globales, aseguran que en muchos casos estas nuevas formas de trabajo se desarrollan fuera de las regulaciones existentes, de manera que estos trabajadores no gozan de los derechos laborales y sociales que dice la ley y por ello también pueden catalogarse como empleados de mala calidad.

“Se teme que siga en aumento la informalidad laboral, tanto por la debilidad en la generación de empleo asalariado -la categoría de ocupación que suele aportar la mayor parte del empleo formal- como por la informalización de los empleos existentes como consecuencia de estrategias de reducción de costos”, apuntó el estudio.

Si bien reconoce que la transformación tecnológica en el mercado laboral actual es similar a la que tuvo lugar en procesos anteriores (con las diferentes revoluciones industriales) y que vislumbra la creación de empleos, ganancias de productividad y efectos en los niveles de pobreza y desigualdad; la investigación también observa la velocidad y el impacto transversal que implican estos cambios y cuestiona, por ejemplo, si esta vez se tendrá un resultado diferente.

“Si bien no cabe duda de que habrá un aumento significativo de empleos que serán sustituidos por nuevas tecnologías, mayor aún será el número de puestos de trabajo que se transformarán. Tanto frente a estos empleos transformados como antes los que se crearán sobre la base de las nuevas tecnologías, surge la preocupación por la calidad del empleo”, resume el informe.

Una de las principales críticas que detalla el documento sobre los empleos no tradicionales, fruto de las tecnologías como las aplicaciones móviles de transporte o servicio a domicilio, es que no logran acogerse a las regulaciones de protección porque es difícil especificar si se trata de una relación de trabajo dependiente, asalariado, o de un trabajo independiente, por cuenta propia.

Esta ambivalencia es clara, por ejemplo, cuando la autonomía que tiene el trabajador al ser su propio jefe – porque puede elegir en qué momento del día, por cuánto tiempo está disponible o la libertad de aceptar o rechazar un trabajo -, se contrapone a las condiciones o limitantes que imponen las plataformas tecnológicas al no proveerle ningún equipo y privilegiar o castigar a unos trabajadores sobre otros según un algoritmo reconozca su promedio de tiempo disponible.

Además, estos empleos suelen considerarse de baja calidad debido a que los trabajadores, por su distribución dispersa en el espacio, no logran organizarse en sindicatos y, por lo mismo, se les dificulta participar en negociaciones colectivas.

“Los organismos de las Naciones Unidas temen que seguirá en aumento la informalidad laboral, tanto por la debilidad en la generación de empleo asalariado, como por la informalización de empleos existentes en algunos países”, señaló la Cepal.

En ese sentido, el informe reiteró que las autoridades deben trabajar en enfoques de regulación e inspección que vayan en línea con lograr el trabajo decente también en las formas no estándares de empleo.