Médicos refutan al ministro de Salud sobre qué es ser de la primera línea contra el COVID

Para el funcionario, solamente entran en esa categoría quienes atendieron directamente a personas con sospecha o positivas de COVID. Doctores consultados no coinciden con esta visión.

descripción de la imagen
El lunes pasado, en la Plaza Italia, de la capital, hubo un homenaje póstumo por los más de 130 personas de sanidad , cuya muerte está vinculada al COVID. Foto EDH / Jorge Reyes

Por Carlos López Vides

2020-09-08 9:35:10

“Primera línea”. Estas dos palabras intentan resumir múltiples esfuerzos del personal de Salud del país, en la lucha contra el COVID-19. Esos esfuerzos no son solamente realizados por médicos y enfermeras, sino por muchos otros profesionales en campos como logística, transporte, laboratorios clínicos, archivo, administración, limpieza, etc. La “primera línea”, además, no solo trabaja en las unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y los hospitales altamente equipados, sino también en las unidades de Salud de barrios, cantones y colonias, en las clínicas privadas, etc.

Este concepto amplio de “primera línea”, donde lo que se hace es un trabajo en equipo, no es el mismo que ha aplicado el Ministerio de Salud y que lo expresó el titular Francisco Alabí, en una entrevista radiofónica, el lunes pasado.

ADEMÁS: Ministro admite 100 muertes por COVID-19 en personal de Salud, pero descarta que todas sean en “primera línea”

“Dentro de los criterios en los que se desarrolló cuál es el personal de primera línea, son las áreas de atención hospitalaria, o de cualquier índole, directa en el contexto de la pandemia o de las enfermedades respiratorias agudas”, describió Alabí.

Para el médico Jorge Walsh, lo expresado por el ministro “es un total irrespeto, porque todos somos personal de Salud, no hay personal de primera o segunda o tercera categoría, donde unos van a recibir un seguro y otros no, solo porque se asocia que usted no está en primera línea. Ellos nunca identificaron quién era el personal de primera línea. Todo el personal de Salud que ha muerto, el vigilante, el motorista de la ambulancia, es primera línea, porque llevaba un paciente COVID positivo, y se contagió en ese traslado”.

Walsh señaló que “(en el ministerio) asocian que personal de primera línea es solamente quien está en una Unidad de Cuidados Intensivos o en el Hospital Saldaña tratando con COVID. El problema fue que ese médico fue incapacitado o portador asintomático al COVID, y fue a contagiar a otros médicos. Por eso la mortalidad es tan alta en el país”.

El doctor Edgardo García coloca flores en memoria de su compañero el doctor Eduardo Ramos. Foto EDH/ Jorge Reyes

Iván Solano Leiva, médico y miembro del Observatorio COVID-19 en el país, añadió que “los camilleros, los motoristas, son personas que han estado atendiendo pacientes, en el traslado de ellos de hospitales a hospitales, o de casa a hospital, etc. Esa es la manera en la que ellos, al no tener equipo de protección adecuado, se han infectado”.

Como ejemplo, el doctor describió lo ocurrido en el departamento de transporte del Hospital General del ISSS, “donde más del 60% del personal se infectó de COVID, y muchos fallecieron. Son parte del equipo de salud en su trabajo. El personal de limpieza fallecido es parte del equipo de Salud también. Son lamentables las declaraciones del señor ministro, que están alejadas de la realidad”.

LEE NUESTRO ESPECIAL: SON HÉROES DE BLANCO, PERO TAMBIÉN VÍCTIMAS

El cirujano general Carlos Ramos Hinds recordó también que el ministerio no fue claro en comunicar cuáles hospitales de la red pública habían pasado a ser centros para pacientes COVID-19, pues la emergencia desbordó el sistema hospitalario y el número de pacientes obligó a que varios centros de salud se transformaran en hospitales para casos Sars-Cov-2, pero la población no lo sabía. Nuevamente, ahí se desdibujan los lugares donde la “atención hospitalaria” era directa para COVID-19.

Un homenaje a los profesionales de salud fallecidos fue realizado en la plaza Italia, de San Salvador. Foto EDH/ Jorge Reyes

“En el Hospital Zacamil, prácticamente tenían el hospital lleno de pacientes COVID. Después metieron pacientes en consulta externa, donde había sido la cocina, por último donde eran los cafetines, para hacer servicios de hospitalización. El hospital en un 80 a 90 por ciento lo ocuparon para pacientes COVID”, describió Ramos Hinds, aunque oficialmente el Ministerio jamás lo catalogó como tal.

Lo mismo ocurrió en otros hospitales de la red pública, como el Rosales o el Hospital General del ISSS, y muchos se convirtieron en centros de esparcimiento del virus, en lugar de ser lugares para sanarse de la enfermedad, matizó también el médico salubrista Ricardo Lara.

El doctor Walsh lamentó que de parte del gobierno no hubiera una comunicación clara para la población en general, sobre a qué lugares acudir si sentían síntomas. El teléfono 132 funcionó de forma irregular y deficiente. En lugar de educar o dar guía sobre qué hacer, “la estrategia que hubo fue la del terror” de parte del Ejecutivo, expresó Walsh.

Recomendamos: Sin registro oficial de la muerte de más de 130 guerreros de la salud

“Esos tres meses, de abril a junio, en vez de educar a la población sobre manejo adecuado de las mascarillas y el distanciamiento, no sirvieron, más que para meterle miedo a una población temerosa de soldados y policías, hasta se mencionó el uso de la fuerza letal para quienes anduvieran fuera. La gente prefería quedarse y morir en sus casas, porque tenía miedo de ir a un hospital, no sabían cómo iban a ser atendidos, no sabían si habría camas”.

El malestar generado por el ministro Alabí con sus palabras se mantiene en buena parte del personal de Salud, que alista el ánimo para enfrentar un posible nuevo rebrote de COVID-19, ante la reapertura del 24 de agosto pasado.