Cada día 117 niñas y adolescentes consultan en el sistema de salud por riesgos en embarazo o parto

Las adolescentes menores de 16 años tienen riesgo de defunción materna cuatro veces más alto que las mujeres de 20 a 30 años.

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Los embarazos son las principal causa de atención de adolescentes en los hospitales del sistema de salud público. / Foto Por Jessica Orellana

Por Evelia Hernández

2021-03-07 10:10:35

En promedio, 117 niñas y adolescentes, entre 10 a 19 años, solicitaron atención a diario en centros de salud públicos por complicaciones de embarazo y partos, según datos oficiales del Ministerio de Salud, de enero a diciembre de 2020. En total, en ese lapso, hubo 42,919 atenciones por riesgo de parto y embarazos, siendo esta la primera causa de consulta entre niñas y adolescentes.

Para el salubrista, Francisco Erazo, el reporte de las causas más frecuentes de consulta ambulatoria atendidas en la Red de Establecimientos de Salud del Ministerio de Salud (Minsal) es preocupante, debido que los datos sobrepasan las infecciones de vías respiratorias que fue de 29,187, tomando como parámetro la pandemia de COVID-19.

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De las cuales 1,411 son neonatos de madres en edades de 11 a los 15 años, lo cual representa el 2.17% del total de los nacimientos.

“Es alarmante en niñas de 10 a 19 años, el embarazo y el parto sea la primera causa de consulta a nivel del sistema de salud. Las adolescentes menores de 16 años corren el riesgo de defunción materna cuatro veces más alto que las de 20 a 30 años y la tasa de mortalidad de los neonatos es de casi un 50 %”, mencionó Francisco Erazo, especialista en el riesgo de embarazos en menores de 19 años.

Agregó que las complicaciones de parto es la segunda causa de muerte durante el embarazo, parto o posterior al alumbramiento, entre las mujeres de 15 a 19 años.

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Entre los riesgos médicos durante el embarazo adolescente están las complicaciones a nivel neonatal, partos prematuros, preeclampsia, eclampsia y abortos.

En 2018 a 2019 las inscripciones de embarazos de 10 a 19 años fueron 17,251. Los partos atendidos fueron 17,505. “Esto quiere decir que muchas de las adolescentes que están embarazadas no reciben un control prenatal de ninguna institución de la red nacional, entonces tenemos 250 más que no fueron captadas dentro de su embarazo, pero que sí llegaron a la atención de parto de los hospitales. Hay un subregistro de este número que si nos vamos a los que no llevan control prenatal y las que verifican con un parto intradomiciliar el registro se vuelve más alarmante”, comenta Erazo.

Según datos preliminares del Minsal, en 2020 nacieron 64,877 bebés. De estos 1,411 son neonatos de madres en edades de 11 a los 15 años, lo cual representa el 2.17 % del total de los nacimientos.

Entre los registros hay 15 nacimientos de partos de niñas de 12 años, mientras que en la edad de 13 años hay 88 partos.

La mayoría de los partos están en niñas de 14 años con un nacimiento de 359 bebés y 948 partos de niñas de 15 años.

Según Francisco Erazo, aunque hay una leve disminución en los datos, estos se asemejan al mapa de embarazos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) de 2017. “Estamos viendo una tendencia muy similar, ni un marcado aumento es preocupante, se mantiene, no estamos haciendo mucho. Son 117 niñas las que llegan a un sistema de salud a buscar atención, faltan los casos que quedan en subregistro que no llegan a pasar consulta y que llegan cuando es una complicación sumamente grave, entonces es una sobrecarga para el sistema de salud que es una patología prevenible desde el punto de vista de una educación sexual”, comenta el salubrista.

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Para Erazo es importante el tema de la educación sexual, la cual es considerada un tabú, mientras hace alusión a una educación sexual integral en donde los niños aprenden desde pequeños sobre higiene en sus genitales hasta sus derechos como niños.

“La falta de asistencia a escuelas y el confinamiento en los hogares limita la posibilidad de que se identifique el embarazo de una niña o adolescente; igualmente, la falta de contacto con personas y entornos protectores impide identificar y proteger a las niñas y adolescentes. A lo cual hay que sumar que, el sistema de salud ha centrado su atención y sus servicios en atender la pandemia y las familias tienen temor de acercarse a los centros de salud por temor al contagio. Tratándose de niñas y adolescentes embarazadas la situación es más compleja; si la violación o el abuso ocurrió en el seno familiar o en el entorno cercano se suele ocultar y proteger al agresor, quien en muchos casos es también proveedor”, afirma, Zaira Navas.

 

“El motivo de la pandemia, incluso ahorita que no estamos en cuarentena existe el temor de ir a pasar consulta a un centro de salud. En zonas rurales, aún se siguen dando partos domiciliares y embarazos infantiles, donde una niña de 15 años tiene su segundo embarazo. Y su pareja de vida tiene 45 años y es donde se hace la pregunta qué poder de decisión tiene esta niña sobre sus derechos sexuales en una relación con un adulto”, cuestionó.

Erazo argumenta que cuando se habla de un embarazo infantil se ve como una situación alejada, que no se da mucho; sin embargo en zonas rurales es muy alarmante esa situación.

“Los riesgos médicos en embarazos en niñas es alto, el cuerpo de una niña no está preparado para un embarazo, hay riesgo psicológicos, riesgos sociales, dentro de riesgo médicos hay partos prematuros, anemia, desnutrición, preeclampsia, abortos expontáneos, malformaciones congénitas e infecciones de transmisión sexual”, advirtió Erazo.

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Según proyecciones del salubrista, el 60 % de los servicios del sistema de salud corresponde a atenciones maternas y fetales. “Es decir ese montón de niñas que estamos viendo en las cifras consumen el gasto que se da para el funcionamiento de los hospitales, un consumo del 60 % de gasto hospitalario que deja de aportarse para otro tipo de enfermedades como pacientes con insuficiencia renal, diabéticos, que son los que se quejan que tienen una mala hospitalización”.

Mientras que la lectura que hace la abogada y exdirectora del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia, Zaira Navas, es que aunque los embarazos en niñas y adolescentes han disminuido, hay datos que se encuentran ocultos, debido a la desatención que se ha dado, producto de la pandemia por el nuevo coronavirus.

“Para 2019 la tasa de embarazos por 1,000 niñas y adolescentes de 14 a 17 años era de 14.8. Es decir que la disminución reportada, aunque se refiere a niñas, adolescentes y mujeres entre los 10 a los 19 años, puede estar relacionada a la disminución que ya se venía presentando”, en años anteriores comentó Navas.

Sin embargo, al hacer un análisis sobre las causas del embarazo en niñas y adolescentes de 10 a 14 años, las cuales están relacionadas a violaciones y estupro, “en su mayoría, atribuidas a ‘personas conocidas’, padres, padrastros, hermanos, tíos, vecinos y personas del entorno comunitario y los lugares en que ocurren las violaciones y el estupro.

"Es factible afirmar que el período de la pandemia y las medidas como la cuarentena, en lugar de generar una disminución, fueron propicias para el incremento de estos abusos sexuales y del embarazo, el cual ha de ser una cifra oculta, en la medida que los servicios de salud no han funcionado en forma regular; las niñas y adolescentes no han salido de sus hogares y ha existido menos oportunidad para denunciar los abusos. Incluso, pueden haberse producido partos extrahospitalarios y existir un subregistro. Lo cual es muy grave”, declaró Navas.

Además expone que las cifras de embarazos pueden ser menores debido a que las jóvenes y niñas no están acudiendo a la escuela y centros de estudio, los cuales han sido espacios que permiten identificar el estado de salud de ellas. Además, añadió que otro elemento que debe considerarse en los embarazos adolescentes es en el control que ejercen las pandillas en las comunidades. “La esclavitud sexual a la que someten a niñas y adolescentes y el temor de las familias a denunciar y a acudir a controles prenatales si no se los autoriza la pandilla”.