Aplicar medidas sanitarias hace que funerarias cobren hasta $200 más

Atribuyen ese incremento por el riesgo que corre el personal y el protocolo que hay que emplear. Otras funerarias reducen el costo porque los cadáveres no son velados, sino que realizan entierros rápidos.

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Las funerarias dicen que los servicios por muerte de COVID les ha incrementado los costos de operación: uso de trajes especiales, mascarillas, caretas, lo que eleva el costo que pagan los clientes. Foto EDH / yessica hompanera

Por Jaime López

2020-06-21 4:00:31

Los servicios funerarios para casos de COVID-19 o sospechosos de haber fallecido a causa del virus tienen un costo adicional de entre $150 y $200 en algunas funerarias; otras han ajustado sus precios a favor del doliente, tomando en cuenta que no incluyen todas las honras fúnebres tradicionales.

Los precios de los servicios funerarios también se ajustan de acuerdo con el estatus de la compañía funeraria que el cliente solicita, ya que hay de corte popular y más suntuosas.

Algunos servicios funerarios han subido su precio debido a los protocolos sanitarios para el retiro de morgues y entierro de personas fallecidas por COVID-19 o por sospechas

“Por el simple hecho de que es caso de COVID o sospecha ya el precio tiene que variar porque se brinda siguiendo protocolos; los trajes que se usan y hay que desechar; y el lugar adonde se va a enterrar”, afirmó Adolfo Palma, de funerales Molina.

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Saraí Orantes, del Grupo Resurrección, manifestó que en los servicios por COVID hay descuentos especiales y aunque se les elevan los costos a la empresa, estos no se le pueden trasladar a la familias dolientes. “Como le vamos a cobrar costos adicionales a una familia a la que se le ha muerto una persona por COVID-19, definitivamente que no”, manifestó Orantes.

Las funerarias más populares tienen paquetes que van desde los $400 a más de $1,700 , pero otras el costo mínimo es de $700, monto que se eleva a unos $900, si es caso COVID.

Las funerarias que han elevado sus costos aducen que es por el alto riesgo que corre su personal al prestar el servicio y que demanda una remuneración adicional; además utiliza una serie de recursos que exige el protocolo sanitario como trajes de bioseguridad, guantes, anteojos o caretas, bombas desinfectantes, vehículos destinados para COVID, entre otros.

La mayor parte de los accesorios y equipos que se utilizan en casos de COVID son desechables siguiendo el protocolo.

 

Personal de funeraria ayer se preparaban para retirar cadáver de una persona que murió de COVID en hospital San Rafael . Foto EDH / yessica hompanera

En los casos por COVID, no hay retiro del cadáver, ni traslado a laboratorio para darle preparación para 24 horas de velación; además los dolientes no reciben pan, café, azúcar, servilletas, vasos, sillas, instalación de la capilla; tampoco tienen la opción de una vez preparado el cadáver se puede llevar a la dirección que el cliente lo requiera para velarlo o dejarlo en la funeraria.

“Con el Covid, el cliente se trata de otra manera, por disposición del Ministerio de Salud, la funeraria retira el cuerpo de la morgue del hospital y de una sola vez es llevado al cementerio con el acompañamiento de una patrulla policial y del Ministerio de Salud”, explicó Mauricio Miguel de la funeraria Nuevo Amanecer, quien ha atendidos 67 casos de decesos por el nuevo virus.

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En esos cadáveres no hay preparación para velación como en tiempo normal, en la morgue del hospital ya están embolsados. “Lo que hacemos es sellar la caja y atornillarla para mayor seguridad”, afirmó Miguel.

Los servicios fúnebres por COVID duran de dos a tres horas; la mayor parte del tiempo de espera es por las autoridades sanitarias que deben estar presente para autorizar el retiro y traslado del cadáver al cementerio. Durante el entierro, solo es permitido que haya un máximo de cuatro parientes ubicados a distancias ya establecidas.

Terminada esa misión, el personal de la funeraria involucrado pasa por un riguroso proceso de desinfección que incluye fumigación de pies a cabeza, retiro del traje de bioseguridad y éste va a una bolsa; debajo esa indumentaria, el empleado lleva su uniforme que luego del servicio es lavado con detergente convencional ( en cubetas con jabón en polvo y lejía), luego se baña y se cambia su prenda de vestir para ir a casa.

“Desinfectamos el vehículo por dentro y por fuera después de un caso COVID”, explicó Miguel

El presidente de la Asociación de Funerarias de El Salvador, Carlos Belloso, afirmó que en el país hay más de 700 empresas que se dedican a brindar servicios fúnebres y que su labor con esta pandemia también es de primera línea como cualquier autoridad o personal de salud.

“Esta pandemia nos agarró a todos sin experiencia, hemos venido caminando desde marzo, mejorando los protocolos, alineándonos con el Ministerio de Salud y de comunicarnos a la mayor cantidad de funerarias posibles, entre unas 75 y 100 afiliadas”, agregó.

Belloso lamentó que en este momento en el país no existe regulación para velaciones por otras causas de muerte, donde parientes no aceptan que solo se les permitan un máximo de 20 acompañantes.

Agregó que para no ser regulados se llevan los restos de sus seres queridos a velarse a casa con más de 50 y 80 personas, lo que crea aglomeraciones y focos de propagación del virus.

El problema ha llegado al extremo de amenazar a las funerarias porque se busca evitar aglomeraciones.

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