El número de casos diagnosticados de COVID-19 ha tenido un crecimiento exponencial desde inicio de mes. Esto coincide con que en la última semana epidemiólogos y matemáticos han calculado un R sub cero (velocidad y dinamismo del virus) que va desde 1.7 hasta 2. El hecho de que R sub cero o R0 sea mayor a 1 significa que “la epidemia está activa y creciendo”, advierte el intensivista radicado en Alemania José Gonzalo Batres Baires.
El R0, según un documento de la Universidad Francisco Gavidia “es un parámetro teórico, el cual en un modelo matemático epidemiológico explica o estima la dinámica y/o velocidad con que una enfermedad puede propagarse en una población”. Este parámetro es tomado en cuenta sobre todo en pandemias donde el distanciamiento social es un factor clave para evitar la multiplicación de contagios.
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El investigador de la UFG Óscar Picardo explicó a El Diario de Hoy que el R0 fue de 1.17 a mediados de marzo, cuando el Ministerio de Salud empezó a reportar los primeros casos importados de COVID-19. Pero el 2 de mayo el R0 llegó a 1.7. Otros investigadores calculan que ha llegado a 2.
Pero ¿qué significa esto? Picardo explica: “Ha crecido el dinamismo de contagio, desde el punto de vista teórico cuando un contagiado anda en la comunidad sin control empieza a contagiar otros y esos otros a otros y esa magnitud de contagio se va haciendo exponencial y va creciendo el R0”.
Para el intensivista Batres Baires, un R0 de 2 significa “que el aumento de casos es exponencial. La transmisión del virus está fuera de control. Una epidemia se ha controlado cuando el R0 es menor a 1”.
Picardo lo explica con un ejemplo fácil de imaginar: “En una colonia hay 8 pasajes y en cada pasaje hay un contagiado. Si los contagiados 8 salen vamos a tener un nivel de contagio mucho más alto a que salgan solo dos de ellos. Con R0 de 1, si salen los 8 van a contagiar a otros 8, y cada uno de ellos a otros 8. Si en una sociedad el R0 es de 4, si sale una personas va a contagiar a 4. Y si salen los 8, esa salida dejará 32 contagiados”.
Cuestionado cuál debería ser el R0 antes de decidir si iniciar el retorno a la actividad económica, el internista aclara que por sí solo el R0 “no es un indicador para iniciar actividad económica”. Además de ese índice, se necesita conocer la tasa de duplicidad de los casos diagnosticados, el número de camas UCI disponibles y el número de casos nuevos semanales por cada 100,000 habitantes.
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Por su parte, Picardo explica que deben tomarse en cuenta otros elementos de la identidad del virus, como la latencia, la incubación, la cantidad de pacientes asintomáticos o sintomáticos y la tasas de letalidad del virus. “Puede haber un virus menos contagioso pero más letal como el ébola”, recordó. En cambio, el COVID-19 es más contagioso, “pero no deja de ser una gripe”. Él considera que también debe tomarse en cuenta que si la mayoría de ciudadanos usa una buena mascarilla, se lava las manos y guarda el distanciamiento físico “va a disminuir el contagio”. En el caso de El Salvador, Picardo considera que también se debe tomar en cuenta la densidad poblacional y el número de personas que habitan en una misma vivienda.
Por su parte, Batres Baires considera: “Así como están las cosas en El Salvador hay que encontrar el camino para proteger tanto a la población del virus como a la economía del letargo”. Por ello considera que es necesario instalar de inmediato mesas técnicas de diálogo interdisciplinario que busquen “el camino y la respuesta”. Luego añade: “La cuarentena inició de forma muy prematura. Si lo que se quiso fue ganar tiempo, pues el plazo se les venció”, concluye.