Costa Rica afectada por estafas desde las cárceles

Autoridades estiman que en lo que va del año registran estafas por $9 millones.

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Cárcel de Costa Rica. Foto EDH / Archivo

Por EFE

2019-09-06 4:00:49

Las estafas bajo la modalidad de “ingeniería social” que muchas veces son ejecutadas desde las cárceles costarricenses, son el nuevo reto de las autoridades y la banca de Costa Rica, quienes deben mejorar sus sistemas de seguridad para proteger al usuario y restringir las comunicaciones en los penales.

Un informe especial del Organismo de Investigación Judicial de Costa Rica reveló que en los últimos dos años se ha dado un aumento exponencial de las estafas, y lo que más preocupa es que este tipo de delito se gesta desde las cárceles costarricenses, especialmente el centro penitenciario La Reforma, ubicada en la provincia de Alajuela (centro).

Según el reporte, existe una estructura bien distinguida y un método de trabajo dirigido a la selección de las víctimas.
Los reos han ideado aplicaciones, en otros casos realizan llamadas desde teléfonos móviles que esconden en sus celdas y hasta por medio de redes sociales para aparentar vender diferentes artículos con la ayuda de terceras personas o familiares que se encuentran fuera de la prisión.

Las estafas de “ingeniería social”, como le llaman las autoridades del vecino país, son aquellas que se realizan por medio de la manipulación de datos que afectan a quienes tienen información en sistemas informáticos. Pueden realizarse por llamadas telefónicas, de carácter tripartito o simulación de funcionarios bancarios, entre otras modalidades de estafa.

Las autoridades explicaron que el delincuente estudia el entorno y toma acciones delictivas sobre lo que está pasando en el tema financiero a nivel nacional de Costa Rica.

En este momento, la banca se encuentra realizando cambios en el número de cuentas, mientras que el Ministerio de Hacienda ha implementado nuevas medidas para captar tributos, lo que permite a los delincuentes percatarse de estas situaciones y buscar sujetos que pueden ser objeto de estafa.

“Este es un problema grave. Se están robando el dinero sin violencia y se están dando las primeras manifestaciones de delincuencia desde la ingeniería social y del delito que es luego de carácter informático, por eso es muy importante la prevención”, explicó el director general del Organismo de Investigación Judicial de Costa Rica, Walter Espinoza.

Los expertos aseguran que los bancos han enfocado sus esfuerzos en medidas para prevenir y detectar ataques en los usuarios del sistema financiero, por lo que los criminales se han enfocado en un elemento vulnerable de la cadena: el usuario, quien brinda sus datos personales y claves confidenciales, lo que aprovechan los delincuentes para obtener el dinero de sus cuentas.

La modalidad de los estafadores es elaborar un guión, determinar perfiles, tanto de la clase social baja como de la alta, realizar estudios previos de la persona y de alguna manera acceden a bases de datos tanto de entidades públicas como privadas.

Los agentes también tratan de esclarecer de dónde obtienen la información de los usuarios, si cuentan con personas participando o si se trata de terceros que tienen cercanía con bases de datos de las instituciones o que los sistemas tengan alguna debilidad y hayan sido hackeados.

El experto gerente país de Soluciones Seguras Costa Rica, Joey Milgram, explicó a Efe que las principales amenazas que enfrentan las entidades financieras son las ofensivas contra la red, el malware de banca de consumo y el robo de información a través de acceso a estaciones de trabajo o dispositivos móviles.

Sin embargo, mediante ataques o amenazas persistentes ejecutan ataques dirigidos a colaboradores o consumidores para infectar terminales y tener acceso a la red de la organización.

“Lo único que cuenta es la prevención, porque una vez que toman el dinero es difícil recuperarlo. Aquí lo que vemos es que todos podemos ser víctimas no importan el tamaño de la compañía o si es a nivel privado, público o personal cualquier persona es candidato a recibir un ataque, pero entre más importante sea la información sea más se debería de invertir en seguridad para proteger esos datos”, destacó Milgram.

La oficina de fraudes del OIJ ubicada en San José registró durante el 2018 fueron 1,555 denuncias para un perjuicio económico hasta el momento de 2,8 millones de dólares. Sin embargo, muchas de las denuncias se encuentran bajo investigación por lo que el OIJ estima que las cifras alcancen los 6 millones de dólares.

Mientras que al 31 de julio pasado las autoridades habían contabilizado 1,511 denuncias en 2019, por lo cual calculan que las estafas a los usuarios alcancen los 9 millones de dólares durante el año.

El director del OIJ afirmó que las posibilidades de recuperar el dinero robado son prácticamente nulas, por lo cual hizo un llamado para concientizar a las personas sobre la prevención y no brindar datos personales por llamadas telefónicas.

Como parte de las acciones, los agentes judiciales han trabajado en erradicar las células en las cárceles como La Reforma, así como en San Carlos (norte) y Pérez Zeledón (sur). EFE