Cárceles son bomba de tiempo para propagación de coronavirus

Infectólogo recomienda tomar medidas urgentes para prevenir un contagio incontrolable. Autoridades aseguran que ya pusieron en marcha un protocolo de seguridad y de emergencia.

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2 de agosto de 2019 Im·genes proporcionadas por Casa Presidencial del interior del penal de Zacatecoluca, conocido como Zacatraz, donde las autoridades realizaron una jornada mÈdica y borrado de graffitis. Foto/ CortesÌa NOTA: Usar filtro para rostro de empleados

Por Jaime López

2020-03-19 9:00:32

Las cárceles son como explosivos que tiene lista la mecha y basta que alguien le prenda fuego para que explote y cause daños incalculables a la humanidad, dice el infectólogo Jorge Panameño al explicar el riesgo de propagación del coronavirus en el sistema carcelario de en El Salvador, aunque las autoridades ya aplican un protocolo de prevención.

Aunque las autoridades aseguran haber reducido considerablemente el hacinamiento carcelario, aún el sistema penitenciario salvadoreño presenta una significativa saturación con una población superior a los 40,000 reos, lo que complicaría aún más el estado de emergencia del país.

“Esto no debe interpretarse como un llamado al pánico sino para estar conscientes de que vienen días complejos y no es castigar a los reos sino proteger sus vidas y evitar que se incremente la letalidad por este contagio”, advirtió Panameño.

El médico infectólogo afirmó que lo primero que las autoridades deberían hacer es suspender todo tipo de contacto con los prisioneros, lo que implicaría prohibir las visitas familiares y de sus abogados.

Los custodios deben utilizar mecanismos de protección como mascarillas, guantes y utilizar alcohol gel como una forma de proteger a los reos. “Porque ellos después de su trabajo van a casa, de ahí la necesidad de establecer un protocolo de higiene como una medida de contener el problema”, explica.

Y es que en el trayecto a sus casas, estos empleados se vinculan de forma directa o indirecta a varias personas en distintos escenarios: el autobús, al transitar en las calles y finalmente con sus familiares, lo que podría resultar riesgoso.

Además, recomienda a las autoridades a que separen a los reclusos mayores de 60 años con algún padecimiento crónico y concentrarla en un punto de seguridad, con el objeto de protegerlos, dotarlos de mascarillas y alcohol gel, pues ellos son de los más vulnerables con la propagación de COVID-19.

Este riesgo ya se experimentó en las cárceles de países como China, Corea del Sur, entre otras.
“El hacinamiento facilita que circule con rapidez el virus y aquí deberían tomarse medidas urgentes como suspender las visitas, eso se lo faculta el decreto de excepción”, recalcó el experto.

El COVID-19 llegará desde afuera de las cárceles y la medida más eficaz para evitarlo es ponerlos en cuarentena, no porque sean sospechosos de ser portadores, sino por el riesgo que hay al ingresar un familiar de visita y que sea esta una persona asintomática, lo que podría generar un brote, una situación más compleja difícil de manejar, concluyó Panameño.

Autoridades afirman tener medidas y protocolos de salud

El director de Centros Penales, Osiris Luna, afirmó que ya tomaron medidas de salud y protocolos de seguridad dentro y fuera de las cárceles para evitar el contagio del coronavirus.
Dentro de estas medidas, afirmó que se aplica el protocolo médico para el ingreso del personal que labora en los centros penales y reos, con miras a prevenir que un problema de salud en el Sistema Penitenciario se transforme en un problema de seguridad.

El director dijo que tendrían control a la entrada de cada centro penitenciario por parte de personal médico, ellos harán una evaluación primero del custodio y luego al personal administrativo dentro del protocolo.

Además, anunció que limitarían todas aquellas reuniones y restringirían el ingreso de personal no necesario a los recintos.

“Se limita solo la visita profesional para siempre garantizar el acceso a la justicia”, explicó Luna.
Otra medida preventiva que aseguran han tomado es que han impartido charlas médicas de prevención al personal de penales y se les brinda alcohol gel para uso del personal administrativo.
De hecho, Luna asegura que dentro de las cárceles están fabricando alcohol gel con los insumos que les ha donado Cruz Roja Internacional.

El funcionario también ha solicitado donaciones de insumos para los niños del Centro de Desarrollo Infantil Granja Penitenciaria de Izalco como pañales desechables y crema para pañalitis.

A la jornada de donaciones se ha sumado el Tabernáculo Bíblico Bautista Amigos de Israel que ha facilitado sus instalaciones como centro de acopio, además ha donado la comida para el personal destacado en sus diferentes filiales y en los centros penales.

A los familiares de los internos se les ha indicado enviar sus paquetes de alimentos no perecederos y otros artículos a través de los centros de acopio que han habilitado con apoyo de particulares. Ay menores del centro de de desarrollo infantil de la Granja Penitenciaria de Izalco, Sonsonate.
Hacimamiento y otras epidemias en las prisiones.

Además de la alta concentración, las 28 cárceles salvadoreñas presentan altos riesgos de contagio por el sistema de vigilancia o custodia que opera, por las visitas de los familiares, la asistencia jurídica de sus abogados, el servicio de proveedores de mercadería, traslado de reos de un penal a otro y a las audiencias judiciales.

Estas mismas condiciones existen en las bartolinas de las 21 delegaciones policiales en las que los reos no deberían permanecer más de seis días en ellas pero en la realidad ese tiempo aumenta de seis meses a más de dos años.

Las cárceles salvadoreñas ya han sido golpeadas por brotes de tuberculosis y paperas anteriormente.

En el caso de tuberculosis a fines de 2019, un reo alojado en la cárcel de máxima seguridad, murió por ese mal; en 2018 hubo 500 casos de contagio por esa enfermedad y en 2017 murieron 50 reos por esa misma causa en las prisiones.