Francia está en cuarentena

Mientras el epicentro del coronavirus se mueve adaptándose a la evolución del coronavirus, Francia esta bajo medidas de contención.

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Así se veía ayer el interior del Museo de Louvre, uno de los sitios más emblemáticos de la capital francesa. Foto EDH / Pascal Drouhaud

Por Pascal Drouhaud

2020-03-16 4:37:31

Jueves 12 de marzo, el presidente Emmanuel Macron, en una declaración oficial, anunció medidas reforzadas para luchar contra la propagación del virus: cierre de las escuelas, colegios y universidades, medidas para apoyar empresas en dificultad, el país se estaba preparando a la crisis.

Fue la intervención del primer ministro, jefe del gobierno, Edouard Philippe, el sábado 14 de marzo, que aceleró la toma de conciencia en Francia y el sentimiento de urgencia inmediata. Instaló la cuarentena por un período indeterminado: cierre de los restaurantes, bares, museos, cinemas, discotecas, interdicción de manifestaciones públicas de más de 100 personas, el decreto publicado el 15 de marzo en el periódico oficial de la República francesa oficializó este periodo que parece a un “no man’s land” sanitario.

Espectáculos, reuniones, centros comerciales, bibliotecas, estaciones de esquí, sitios de deporte, todos los espacios que participan de la vida social de una nación están cerrados hasta el 15 de abril próximo. Hasta este periodo, tampoco las manifestaciones de deporte no pueden tener lugar, salvo unas sin presencia del público. Está prohibido a los barcos de cruceros y barcos que transporten más de 100 pasajeros acostar en Corsica, y quedarse en los aguas interiores y aguas territoriales de los departamentos y regiones de alta mar (como las Antillas por ejemplo) tanto como San Barthelemy, San Martín, San Pedro y Miquelon, Wallis y Futuna en el Pacifico. Las actividades sociales están canceladas.

“Todos los servicios esenciales a la vida de nuestros ciudadanos quedarán obviamente abiertos”, agrego el Primer Ministro francés. Eso incluye las tiendas y mercados alimentarios (panaderías, pescaderos), farmacias, bancos, oficinas de prensa y tabaco, gasolineras.

Francia esta en cuarentena. Está en guerra total contra el coronavirus.

El susto de la población, la toma de conciencia de la urgencia de la situación, han sido fuertes e inmediatos después de las declaraciones del 12 de marzo y sobre todo, la del 14 de marzo pasado. Estas medidas fuertes intervinieron después de que el número de los casos haya doblado en Francia, en las últimas 72 horas. El domingo 15 de marzo, eran 4,500 los casos que fueron detectados, 91 los muertos. 300 personas están en una situación grave, en reanimación. Todos los sectores están impactados; son 10 los diputados infectados, el presidente del grupo de amistad Francia-Centro América, diputado del departamento del Alto-renano, Jean-Luc Reitzer, está en una situación grave desde el 6 de marzo.

En el mundo son 160,000 los casos detectados, casi 6,000 los muertos. El 53 % están ubicados en China. El epicentro de la crisis se está desplazando y está por ahora bien instalado en Europa. Italia fue el primer país en ser infectado. En cuarentena desde el 9 de marzo, Italia intenta contener la propagación del virus.

Francia tomó este decisión el 14 de marzo, iniciando la fase 3 de respuesta a la crisis. “La urgencia consiste en frenar la epidemia”, afirmo el presidente Macron. Esta cuarentena se extiende a todos los sectores de la sociedad y las comunidades: no puede haber misas abiertas, y el Consejo Nacional del Culto Musulmano pidió a las mezquitas suspender la organización de las oraciones de los viernes. El propio Vaticano anunció que la celebraciones litúrgicas de la Pascua tendrán lugar sin la presencia de los fieles.

Italia cuenta con 21,000 caso y 1,441 muertos hasta ayer. El segundo país, es por el momento, España con 7,753 casos y más de 288 muertos.

Francia tomó el toro por los cuernos. Pero una polémica surgió nomás habló el jefe del gobierno: la fase 3 está aplicada mientras las elecciones municipales del 15 y el 22 de marzo tienen lugar. Son más de 44 millones de franceses convocados para elegir sus 35,885 alcaldes en el territorio metropolitano y de alta mar.

La polémica nació de una pregunta sencilla: ¿por qué poner el país en cuarentena, pero dejar que tengan lugar dichas elecciones? Aplicando medidas de seguridad sanitarias, parecía difícil, a pocas horas del principio del escrutinio este 15 de marzo, cancelar una cita democrática organizada desde hacía meses. La noche anterior, presidentes de regiones, responsables políticos, pidieron el aplazo de las elecciones.

Pero la decisión había sido tomada y anunciada el jueves 12 de marzo por el jefe de Estado, confirmada el 14 de marzo por el jefe del gobierno, primer ministro. La semana que entra es esencial para la permanencia del escrutinio de la segunda vuelta el 22 de marzo próximo. Mientras tanto, la tasa de abstención fue de más de 55 %. Era de 36 % en las anteriores de 2014. Sin duda, este nivel alto pone en tela de juicio la veracidad y la voluntad popular, estando forzada por las decisiones de contención que se tomaron y tuvieron obviamente consecuencias sobre el curso del escrutinio. Todavía es temprano para predecir cómo el poder ejecutivo actuará frente a esta decisión. Pero sin duda, ingredientes para una crisis política están apareciendo.

Mientras tanto, Francia vivirá hasta por lo menos el 15 de abril próximo a un ritmo lento. Tanto como Italia y Francia enfrenta con coraje la crisis. Alemania cerró sus fronteras con Francia. El lunes 16 de marzo, Dinamarca, Polonia y Chipre las cerraron a los extranjeros; Austria decidió prohibir las reuniones de más de 5 personas. Finalmente, son por el momento 141 los países consternados por la pandemia.

Consecuencias económicas inmediatas sobre los mercados, sobre la densidad de la movilidad y del comercio, caída de la bolsa… tantas consecuencias que van a exigir un apoyo de los sectores públicos. El G-7 del 16 de marzo, el Banco Central europeo dentro de muchos otros organismos de gobernabilidad global y de poder sobre las políticas económicas y financieras van a tener que aparecer en el primer nivel para manifestar apoyo a las economías.

En los próximos días, pueda ser que una forma de plan global de apoyo a las economías sea definido para tranquilizar un poco a las bolsas y los millones de empresas que viven a velocidad reducida, creando tensiones para millones de empleados. Más que nunca, el mundo está puesto bajo tensión.