Salvadoreño radicado en Como, Italia, relata la emergencia ante estragos del coronavirus

“En El Salvador es como que dijéramos que los de Ciudad Delgado no pueden ir a Soyapango y viceversa”, comparó el compatriota.

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Por Alejandra García

2020-03-10 10:20:51

Desde hace un año y 10 meses, el salvadoreño domiciliado en Italia Roberto Durán vive en Como, junto con su esposa e hija, y desde entonces ha trabajado en oficios domésticos y como badante (persona encargada de cuidar y atender a adultos mayores) en una casa familiar, en el centro de la ciudad.

Durán describe esa localidad como “una ciudad portuaria lacustre, al norte de Italia y colindante con Suiza, una de tantas ciudades bonitas de Italia, rica en historia, monumentos, iglesias o edificaciones antiguas (medievales), y cuya economía se basa en el sector Turístico e industria textil”.

Según expresó, esa metrópoli ahora luce desolada ante la emergencia sanitaria por el coronavirus, pero tiene fe en que “pronto resurgirá”.

Según Durán, la crisis sanitaria inició en las cercanías de Milán; por lo tanto, en ese momento las demás comunidades no se sentían afectadas, aunque desde que empezaron a surgir mayores restricciones de movilización se han visto las dificultades para todos.

Primero se establecieron limitantes para trasladarse de provincia a provincia, y a partir del pasado fin de semana se pusieron más estrictos para trasladarse entre comunidades.

“En El Salvador es como que dijéramos que los de Ciudad Delgado no pueden ir a Soyapango y viceversa”, comparó Durán.

Por ello se ha circulado una hoja por parte del Ministerio del Interior, que sirve como autodeclaración donde se colocan los datos de la persona y el motivo de su circulación. Las cuales pueden ser: necesidades de trabajo comprobadas, situaciones de necesidad, razones de salud, o regresar a su hogar.

Además, comentó que el lunes en la noche habló nuevamente el Primer Ministro para anunciar que las restricciones de movimiento se expandían a todo la nación, por consiguiente ahora Italia está sellada, no pueden entrar ni salir si no se posee alguna justificación.

También contó que a uno de sus amigos compatriotas le salió una oportunidad laboral como badante, fuera de la ciudad de Como, pero los encargados lo han dejado en “espera” debido a que se transporta en autobuses, y eso genera mayor riesgo de adquirir el virus y contagiar a los señores que debe cuidar.

Por otra parte, algunas empresas han tenido que cerrar y han indicado a sus empleados regresar dentro de dos semanas.

Entre las medidas se han restringido los bares, restaurantes y cafés; primero, para que los comensales mantengan cierta distancia, y segundo, para cerrar a las 6:00 p.m., cuando normalmente se mantienen abiertos hasta las 10 p.m. o 12 a.m.

Los museos, estadios, gimnasios y otros lugares donde asisten muchas personas se han cerrado, incluso el campeonato de fútbol se ha suspendido.

En algunas farmacias se está dejando entrar a las personas una por una para atenderlas, mientras que en una marca de supermercado permiten que ingresen solo 10 personas para evitar las aglomeraciones. Las filas son afuera de los establecimientos, y existe una distancia de por lo menos medio metro entre ellos.

En el caso del salvadoreño, que trabaja con personas de la tercera edad, no ha sido afectado en su trabajo. “Gracias a Dios no hemos adquirido ninguna enfermedad, ni siquiera una simple gripe”, mencionó.

Sin embargo, los señores de la casa en donde trabaja les han brindado los recursos y medidas necesarias para prevenir este virus.

Debido al apego a las normas de las personas que residen en la ciudad el compatriota ha observado cambios entre los habitantes, que guardan algunas reservas en el trato del día a día.