Tras confirmarse el primer caso de coronavirus en El Salvador, el presidente Nayib Bukele ordenó ayer cerrar los call centers y maquilas, dos de los sectores económicos más importantes del país que juntos generan más de 100,000 empleos.
Anoche las gremiales empresariales de estos rubros todavía digerían la noticia y se mantenían reunidos para analizar sus acciones pues aunque acatarán las medidas, no estaban preparados para un súbito cierre de sus operaciones debido a que la decisión no fue consensuada con anticipación.
La orden se emitió horas después que el Gabinete Económico anunciara el ofrecimiento de cinco medidas de alivio económico que, lejos de generar tranquilidad al sector privado, provocaron más incertidumbre al no tener claro cuáles serán los criterios para definir quién puede considerarse “afectado directo por el coronavirus” ni el mecanismo con el que se otorgarán los beneficios.
Secretario de Comercio e Inversiones
Estas son las medidas pero la parte importante es que estas medidas serán aplicables única y exclusivamente para aquellas personas naturales y jurídicas que se vean afectadas por la pandemia del Covid-19.
Miguel Kattán,
Las medidas de alivio ofrecidas ayer contemplan la suspensión del pago de las facturas de energía eléctrica, agua, televisión por cable, internet, pagos de préstamos, tarjetas de crédito y cuotas de casas comerciales para los próximos tres meses pagaderos en un plazo de dos años sin afectar la calificación crediticia, ni mora, para los “afectados directos por la crisis.
Inmediatamente economistas consultados por El Diario de Hoy catalogaron las medidas como “improvisadas” y afirmaron que, lejos de ayudar a aliviar la crisis económica podría generar otros problemas de impago al trasladar el costo a otras empresas que proveen servicios de agua, luz, telefonía y banca.
Según Bukele, los beneficios temporales aplicarán para toda persona que se considere afectada por las medidas contra el virus.
Pero las medidas no delimitan cuál será el mecanismo de control para verificar que la persona realmente ha sido afectada al perder su empleo o cerrar su negocio.
Esto sobre todo porque las medidas de restricción abarcan desde grandes empresas en el sector formal hasta micro empresas como las pupuserías, a las que Bukele ordenó cerrar, pero que la mayoría opera en la informalidad.