“El policía dijo que él era la ley y podía hacer lo que quisiera”. Salvadoreños relatan cómo fueron detenidos durante cuarentena

Los jóvenes se quejan de haber justificado su salida de casa pero la Policía no quiso atender sus explicaciones.

descripción de la imagen
La Sala de lo Constitucional ha reiterado que ni la Policía ni la Fuerza Armada pueden detener a una persona por haber incumplido la cuarentena domiciliar. Foto EDH / Archivo

Por Jaime López

2020-04-16 9:00:09

“El agente que me detuvo a mi no me golpeó pero me ultrajó, me dijo que él era la ley y que estaba en disposición de hacer cualquier cosa por que la ley lo amparaba”, dice Galileo (nombre ficticio) una de los afectados, en Santa Ana, de las redadas de la Policía de supuestos violadores de la cuarentena por COVID-19.

Galileo, un joven bachiller que trabaja de motorista para una empresa privada, relata que el día de su detención él regresaba con comprobantes en mano de haber hecho diligencias para cubrir necesidades de sus pequeños hijos. Que refutó al agente que le alegó que él podía hacer lo que quisiera que los ciudadanos tienen derechos constitucionales, que las autoridades tenían que respetar y que se hacía valer con un recurso de hábeas corpus ante la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.

Galileo dice que él era simpatizante del presidente Nayib Bukele, a quien en redes sociales lo defendía a capa y espada, que por él arremetía contra los diputados, les decía ladrones, de todo, pero ahora que está detenido “injustamente”, el que le ha tendido la mano es un abogado de la oposición, quien acudió a la Sala de lo Constitucional para demandar la violación de sus derechos como el de su integridad.

ESPECIAL: Coronavirus, El Salvador contra la pandemia

“¿Usted se enojó cuando lo iban a detener?”, se le pregunta a Galileo y él responde que en ningún momento, que más bien dijo al policía que iba a cooperar para que no lo esposara. En la delegación, en el chequeo rutinario que se hace cuando hay capturas, dice que una mujer le preguntó si lo habían maltratado y aunque la ley obliga que en la Policía se revise y constate viendo el cuerpo que no tenga golpes o lesiones, ella solo pidió su nombre y DUI.

En el Tabernáculo comparte una de las habitaciones con ocho personas y duermen en camarotes.

El martes, dice, no les dieron agua todo el día y que cuando pedían les dijeron que ese centro funcionaba a base de donaciones y ese día no habían recibido. Uno de los albergados se quejó en redes sociales de que no le habían dado agua todo el día, lo que ayudó a que a las 8:00 de la noche los encargados del centro llegaran a levantarlos para darles una botella.

De la comida no se quejan, dicen que aunque es limitada es suficiente para irla pasando.

Capturado por ir a desayunar con su mamá

Carlos (nombre ficticio), de ocupación zapatero, fue sorprendido el lunes por agentes de la Policía Nacional Civil en Candelaria la Frontera, en Santa Ana, justo cuando regresaba de desayunar de casa de su madre, como lo hacía cada día.

No me dieron agua todo el día

“Cuando pedí agua, me dijeron que no había, pues el centro trabaja con donaciones y ese día no hubo, hasta las 8:00 p. m. que nos dieron una botella, una galleta y un juguito”.

Joven detenido,

El muchacho dice que se movilizaba en una motocicleta cuando fue interceptado por una patrulla policial, que al verlo, le hizo señal de alto. De inmediato lo despojaron de su DUI, la licencia de conducir y la tarjeta de circulación. Estaba a solo tres cuadras de su casa, cerca de las 9:00 de la mañana.

Un joven zapatero dice que haber ido a desayunar a casa de su madre, cerca de la suya, no justifica que lo hayan detenido. Foto EDH / archivo

“Yo vivo solo y yo siempre voy a comer a donde mi mamá. ¿Cómo iba a estar aguantando hambre?”, expresa Carlos.

El joven afirmó que explicó esa situación a los policías pero fue en vano. “No tuvieron piedad de mi y me llevaron”, asegura.

ADEMÁS: Sala ordena liberar a menor de edad que fue capturado y golpeado por policía y soldados

En varias ocasiones, Carlos dice que los policías ya lo habían abordado pero que cada vez que les explicaba que iba a desayunar a casa de su madre, lo entendía; pero el lunes, lo abordaron otros agentes.

“No me trataron mal, pero tampoco era necesario que me trajeran a un centro de estos, porque la verdad es que no andaba haciendo nada malo”, argumentó el joven.

Carlos confiesa que no padece de ninguna enfermedad que justifique su detención.

Otro muchacho había salido a comprar tortillas

En el encierro los jóvenes comparten sus experiencias sobre las circunstancias en que fueron detenidos, uno de ellos contó que estaba a unas tres casas de la suya cuando una patrulla policial se lo encontró y sin mediar palabra le dijeron que se subiera al vehículo.

El muchacho afirmó que regresaba de comprar tortillas para el almuerzo del lunes cuando fue aprehendido.

Ante los constantes abusos de las autoridades, los jóvenes detenidos recomiendan a los salvadoreños que no callen, que reclamen y defiendan sus derechos.

“La gente no es que anda aplanando calles, tienen necesidades de comprar o hacer cualquier tipo de diligencia, porque a la casa no le van a llevar las cosas, el dinero no sirve si uno no sale a buscar”, destacó uno de los muchachos que, insiste, es injusta su detención.