El investigador de la Universidad Francisco Gavidia, Óscar Picardo, sigue dudando de los datos que maneja el Gobierno por el Covid-19, especialmente porque se desconocen cómo son procesados y eso no da certeza; ahora le preocupa la estacionalidad que está presentando la enfermedad en el país, pero más aún un nuevo rebrote del virus porque la población no está tomando las medidas en este período de apertura económica.
Picardo señala que hace falta una buena campaña de información en los medios tradicionales y digitales por parte del Gobierno para mostrarle a la población el correcto uso de la mascarilla, el distanciamiento entre personas y el correcto lavado de manos, porque de lo contrario afirma, se puede vivir un rebrote fuerte de la enfermedad que termine con la capacidad instalada de atención hospitalaria.
Esto respondió Picardo a El Diario de Hoy:
Usted y la Gavidia han seguido de cerca las cifras del Estado en el manejo de la pandemia, qué evaluación hace a este momento del manejo de los números.
Un poco preocupado por los datos y por lo que suceda.
Nosotros hasta a mediados de mayo seguimos utilizando, veíamos números bastantes confiables y apegados a los que estaba sucediendo, pero a partir del 13 de mayo empezamos a notar que hay irregularidades en los ciclos de información, ¿a qué me refiero? Me refiero a la correlación o consistencia de ciertos datos propios de esta epidemia.
Los registros de contagiados y recuperados manejan ciertas correlaciones y empezamos a notar que se empezaban a disparar los datos.
Posteriormente, el 7 de junio, fecha en que empezó a circular un memorando (que mencionaba a los asesores Venezolanos) aquel memorando del laboratorio de virología, lo cual hizo dudar un poco más de los datos y empezamos a hacer algunos ejercicios forenses de lo datos, y donde notamos algún subregistro fue en el campo de los decesos, particularmente nos imaginamos que fue por los propios casos de neumonía típica que en El Salvador tienen un registro alto de alrededor de 700 decesos y qué quizás esto estaba haciendo ruido, pero eso fue en conjunto nuestra apreciación sobre el tema de datos.
¿Qué le ha parecido la forma cómo se han manejado los datos y la transparencia de las cifras?
Muy centralizado todo y con poca apertura al escrutinio público o sin compartir datos con la academia, eso no es saludable en una sociedad democrática. Hay crear canales, sobre todo para el campo académico y científico.
Creo no hubo ninguna apertura y todo muy centralizado lamentablemente.
¿Podría considerarse que existe una cifra oscura en las muertes por el COVID-19 o una zona gris?
Por una parte, podría considerarse que sí, falta un poco más de transparencia en el manejo, sobre todo en la administración del dato. No sabemos cómo se hacen los registros, cuánto tiempo tardan entre el período que se toma la prueba, el resultado y el registro en la base de datos, de eso no sabemos absolutamente nada, lo cual puede crear subregistros naturales del proceso, pero de saberlos ayuda.
Por ejemplo, el alcalde de Soyapango ha dicho que han enterrado 30 personas por mes, en dos meses 60 por supuesta pulmonía atípica, son 120 muertos, ¿cómo interpreta ese hecho?
Si, lo que pasa es que hay un debate no muy resuelto, sobre todo en el gremio médico sobre las actas de defunción, cuando un paciente llega en un estado crítico por una infección respiratoria aguda y al llegar a un hospital se contagia de Covid entonces la pregunta es: ¿Cómo registro el caso o el acta de defunción?, por la enfermedad que traía o por el Covid, eso creo que está en el debate, y algún médico lo ha dicho de que no hay mucha certeza en las actas de defunción a nivel municipal.
Entonces a mucha gente se le está enterrando con el protocolo Covid por precaución sin necesidad de que fuera así, pero así lo están haciendo.
Las cifras del Gobierno indican una nueva alza en los casos, ¿es un alza manejada o realmente hay un alza?
Es raro porque debería ser, digamos, uno esperaría, los datos van 15 días delante de los sucesos, por los ciclos de latencia, incubación y síntomas. Lo que nos están diciendo los datos es que toda la cuarentena no ha tenido el impacto como lo esperábamos, los datos de hoy es lo que sucedió hace 15 días, y lo que está sucediendo hoy con la reapertura lo veremos en 10 y 15 días.
Entonces a mediados de mayo veíamos una desaceleración de datos y casos, y ahora resulta que se está acelerando de nuevo, pese a que todavía estamos en un rango de una especie de meseta estadística, es decir, están creciendo los datos y los recuperados, pero no se está disparando de forma crítica, pero si el flujo de datos es demasiado intenso para lo que debería de ser según los modelos.
¿Entonces nunca se aplanó la curva de contagios o no se ha aplanado todavía?
No se está aplanando, estamos con la misma intensidad y el mismo dinamismo que a mediados de mayo, llevamos casi un mes en una situación casi estática por llamarle de alguna forma.
¿Y ahora con la apertura de la economía, cómo se ha visto el comportamiento?
Con la apertura preocupa la ausencia de una campaña educativa, más allá de los pormenores políticos, de la reapertura forzada o no, yo creo que el Gobierno si debió de montar de una forma urgente una campaña masiva, muy intensa por televisión, radio, prensa y a nivel digital sobre el uso de mascarillas, sobre el distanciamiento social y sobre la higiene y el lavado de manos.
Yo lo que veo en la calle es que gente como que ya se le olvidó que epidemia, estamos volviendo a la normalidad de una forma muy acelerada, se ve mucha actividad económica.
Yo fui el domingo a Santa Ana y justo ayer que pasé por el mercado Central y vi a mucha gente sin usar la mascarilla de manera adecuada y mucha gente sin mascarilla.
Y después vi una larga cola a la entrada de Unicentro Lourdes, me imagino por el día del padre para comprar alimentos, todo esto y si no tenemos consciencia, nosotros mismos nos estamos afectando para que pueda haber un colapso hospitalario y otra cuarentena forzada en el futuro, sino nos cuidamos.