A 157 kilómetros al oriente de San Salvador, sobre la carretera Longitudinal del Norte, se encuentra el cantón Teponahuaste, en el municipio de Ciudad Barrios, departamento de San Miguel, donde en los patios de la mayoría de casas sobresale una o dos varas de bambú, arrimadas a una pared o al tronco de un árbol.
Esas varas de bambú son el truco al que decenas de familias recurren para buscar la señal de internet con el propósito de que los escolares puedan bajar las tareas que les envían los profesores y buscar información para realizar las mismas, según comentaron varios padres de familia de esa zona rural. Ellos también afirman que llevan años solicitando que les instalen antenas que les permitan recibir una buena señal de telefonía.
El cantón Teponahuaste tiene tres escuelas: la del cantón en sí y la de los caseríos Apapuerta y El Picacho, que en conjunto tienen una matrícula de poco más de 400 niños y adolescentes a quienes este año les tocó experimentar una forma de estudio desconocida para ellos: recibir clases a distancia debido a que las escuelas cerraron a poco de haber iniciado el año escolar debido a la pandemia de COVID-19.
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Aunque escolares y padres de familia no se han quedado de brazos cruzados, los intentos por ponerse al día con las tareas escolares resultan fallidos en la mayoría de veces, pues aunque los estudiantes tengan la voluntad de asistir a las clases virtuales o cumplir con sus tareas, no pueden hacerlo.
“Con estas cosas que ha habido, no van a clases. Él desea seguir estudiando en la casa pero no hay acceso a internet. Le toca poner una vara donde se pone otro teléfono para que agarre señal y agarrar WhatsApp y wifi”, comentó con preocupación Antonia Carranza Chicas, cuyo hijo está cursando el quinto grado.
María Estebana Castillo Carranza está preocupada porque teme que sus tres hijos puedan reprobar el año escolar porque no pueden ponerse al día con las clases y no envían tareas por el mismo problema de inestabilidad en la señal de telefonía.
“Aquí no hay señal. La mayoría de niños que ya están grandecitos o que van a bachillerato tienen que subirse a los árboles”, relata María Estebana, quien tiene tres hijos en la escuela, uno en parvularia y dos más en segundo y cuarto grado.
María y su compañero de vida han instalado su antena hecha de vara de bambú en una pequeña elevación que hay a un costado de su casa, a unos 50 metros de distancia, para poder captar señal.
A eso se suma que tampoco tienen la señal de canal de televisión oficial (Canal 10).
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María Estebana Castillo Carranza asegura: “hay tareas que el niño no las ha hecho, una porque no sirve el Canal 10, otra que señal no hay, y a veces nos toca ir a un cerro a buscar señal. A veces está lloviendo. Nos toca poner una vara para agarrar un poquito de señal a veces se agarra, a veces no”.
“Por lo que se ve lo van a aplazar; pues si no funciona la señal, y tantas tareas que les mandan y no se pueden descargar”, se lamentó, al tiempo que solicitó ayuda al gobierno o a las empresas de telefonía para que les instalen antenas para que los niños puedan cumplir con su rutina de estudios.
Al respecto, el pasado 10 de septiembre, la ministra de Educación, Carla Hanania de Varela, afirmó que se trabaja en un plan para ayudar a aquellos niños que por no tener disponibilidad de internet, se queden rezagados.
La funcionaria dijo que prevén que esos estudiantes cursen dos grados en el próximo año.
“Vamos a tener que trabajar dos años en uno para aquellos alumnos que se han quedado atrás y que no han estado conectados (a internet); tampoco los vamos a dejar abandonados y para ellos estamos diseñando una estrategia de educación acelerada especial”, puntualizó la ministra.
No llega la señal de Canal 10
Desde el pasado 25 de mayo, el Ministerio de Educación dispuso utilizar el Canal 10 de televisión para transmitir contenidos de las asignaturas que se impartirían en clases presenciales con el propósito de garantizar el aprendizaje de todas las asignaturas.
Sin embargo, en el cantón Teponahuaste, los estudiantes tampoco pueden recibir los contenidos que por ese medio se transmiten porque la señal es muy inestable, afirmaron padres de familia.
María Estebana mostró en su televisor cómo llega la señal: en las pantallas solo se ve un puñado de rayas horizontales con audio que apenas se puede entender.
“Aquí no funciona muy bien el Canal 10. Cuando no pega la señal, los niños van a buscar las casas donde se agarra un poco de señal”, aseguró María.
“Se ve el Canal 10 pero no es mucho lo que pega. Aquí no se ve bien. Si no se puede, no se puede”, comentó Antonia Carranza, con tono de resignación a que su hijo pierda el año escolar por no poder mantenerse al día con las clases y las tareas.
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Tomás Ramos Guzmán es otro padre de familia preocupado por su hijo que este año fue matriculado en quinto grado pero que, tras la suspensión de clases presenciales, se ha visto limitado pues no puede entregar las actividades, también por la mala señal de internet y del Canal 10.
En el cantón Teponahuaste son pocas las familias que cuentan con televisión con cable. Estas familias se convierten en la única alternativa para algunos estudiantes que deben ir a esas casas para presenciar las clases transmitidas por el canal gubernamental.
De acuerdo con varios vecinos entrevistados, debido a la delincuencia la mayoría de familias optó por eliminar las líneas de telefonía fija para evitar que les llamaran para exigirles extorsión y optaron por la telefonía celular aunque esto conlleva la desventaja de la mala señal que, según ellos, bien podría solucionarse si las empresas de telefonía colocaran antenas para potenciar la señal.