Con juegos tradicionales y no tradicionales, 50 niños del Centro Educativo El Porvenir en San Pedro Masahuat, La Paz, son inducidos a convivir de forma pacífica entre sus compañeritos, familias y vecinos, afirma Félix Girón, coordinador de la estrategia deportiva impulsado en ese centro por la Unión Europea.
La estrategia que busca hacer posible el cambio cultural y mental en los niños y jóvenes en el cantón El Porvenir y en otros 475 centros educativos priorizados en 50 municipios del país, se denomina “Escuelas abiertas para la convivencia, deporte Lima Lama”.
De esa forma se incentiva expresiones artísticas, deportivas, fortalecimiento de habilidades productivas y emprendimientos escolares.
Como fruto, la metodología propicia la tolerancia en los niños y jóvenes. Es impulsado por la Dirección Nacional de Prevención y Programas Sociales del Ministerio de Educación y es financiado por la Unión Europea en el marco de la fase II del programa Control Territorial del gobierno salvadoreño denominado “Oportunidad”.
“La estrategia que se lleva a cabo de Ahuachapán a La Unión tiene componentes de diferentes deportes tradicionales y no tradicionales como baloncesto, fútbol, volibol entre otros, en las que se escogen centros educativos a través de convenios establecidos con el Mined, Ciencia y Tecnología, el cooperante (Unión Europea) y las federaciones deportivas”, explicó Girón.
Niños y jóvenes formados para la paz
Han asumido la estrategia escuelas abiertas para convivencia, deporte lima lama con el que los participantes rompen los esquemas que llevan a la violencia a la humanidad.
Deporte Lima Lama une a jóvenes
El deporte Lima Lama, que se promueve en 60 escuelas, diez de ellos en San Pedro Masahuat, los jóvenes interactúan a través de disciplina, aprenden a comunicarse en paz, generan un diálogo de cómo seguir en comunión. Además se practica tiro con arco, balonmano, mini tenis. Pero el deporte no surge de la nada o sin fundamento, sino que parte de un guión previamente autorizado por el Mined, que incluye actividades y una serie de ejercicios físicos con figuras corporales que, en la práctica, involucra además a los padres de familia, los maestros, la alcaldía municipal, las asociaciones comunales e iglesias, para, de esa manera, generar relaciones armoniosas.
A los ejercicios físicos y el deporte se suman otros componentes como atención psicosocial (asistencia emocional de los niños), talleres de emprendedurismo (creación de medios productivos), arte, música. Esto es lo que da existencia a la escuela en convivencia.
El director del centro educativo El Porvenir, Santiago López, afirmó que de 183 alumnos de primer grado a bachillerato general, 60 participan en este programa desde mayo y que como resultado hay un diez por ciento de reducción en el ausentismo y la deserción escolar.
Una alumna del Centro Educativo El Porvenir en San Pedro Masahuat, participa de los juegos no tradicionales “lima lama” como parte de la convivencia.. FOTO EDH/Marcela Moreno.“Los jóvenes permanecen más tiempo en el centro escolar y menos en la calle, están motivados en los deportes”, destacó el director.
Una de las razones por las que los escolares se alejaban de la escuela, explicó, era porque sus padres trabajaban y en casa no había un adulto que vigilara que fueran a estudiar.
En años anteriores, los niños asistían dos o tres días por semana a la escuela y luego se ausentaban. “Por ejemplo, en un grado de 30 alumnos, solo asistían 20 o 18, los otros aducían diversos motivos; el problema es más acentuado en los primeros grados, el problema todavía no se ha resuelto”, dijo López.
El ausentismo en segundo y tercer ciclo este año es solo un 5 por ciento, afirman, y esto es porque, sus padres, los han involucrado en tareas agrícolas de la zona. Este año el centro educativo de El Porvenir cerró con 10 deserciones, equivalente al 7 por ciento.
Marlon Elías Zelaya no forma parte del porcentaje de ausentismo ni de deserción escolar. Él cursó sexto grado este año y desde que se puso en marcha la estrategia de convivencia, funge como coordinador del grupo. “A mí me ha cambiado la vida este taller, antes me sentía aburrido, pero desde que participo, me siento alegre, me gusta apoyar a los demás y ayudarlos en todo lo que necesitan”, afirmó Zelaya.
El muchacho junto a otros similares dirigen las diferentes rutinas de ejercicios y juegos Lima Lama: que consiste en friccionar espalda con espalda, oreja con oreja, pierna con pierna, rodilla con rodilla; en el descanso, los líderes conversan sobre temas de convivencia para resolver problemas y conflictos con los que evitan pleitos, el bolito (burla) y humillaciones.
A Ana Gertrudis Sánchez, madre de tres alumnas, lo que le ha gustado del programa Lima Lama es que los niños se distraen, aprenden a tratar bien a las personas, a llevarse bien con sus compañeros, profesores y se esmeran por su futuro. Dice que sus hijas antes no colaboraban en los quehaceres del hogar ni iban bien en sus estudios, pero desde que forman parte de este programase esfuerzan por estudiar y sacar mejores notas.