Luego del traslado de 127 reos de la cárcel de Quezaltepeque hacia el centro penal de San Francisco Gotera, en Morazán, comunidades cercanas retomaron su demanda por que este centro de cumplimiento de penas sea retirado de la zona.
“Le pedimos al señor presidente de la República que nos haga el favor de quitarnos el penal, porque nosotros acá estamos como que estuviéramos presos también, no tenemos comunicación con la familia o para emergencias, cuando tienen traslados o alguna acción en el penal no podemos salir de la comunidad”, comentó José Salmerón, vicepresidente de la junta directiva de la colonia Vista Hermosa 1.
El centro penal de San Francisco Gotera abrió sus puerta en 1954, aislado del casco urbano y entre potreros, pero 30 años más tarde, en la década de los 80, un buen número de familias residentes en la zona norte de Morazán buscaron refugio en San Francisco Gotera, y decidieron formar pequeños asentamientos que hoy se han convertido en las colonias Vista Hermosa 1 y 2, San Miguelito, Buenos Aires, San Martín, entre otras comunidades aledañas que cuentan con áreas verdes y centros de estudio.
“Recientemente la alcaldía invirtió en la cancha, que ahora está con engramado sintético y mejoras en el parque de la comunidad, pero nos preocupa la seguridad de los niños porque esta contiguo al penal, también están las escuelas, el estadio y el hospital”, detalló Salmerón.
El vecino sostuvo que ya en otras ocasiones han tocado puertas para que este recinto penitenciario sea trasladado a otro inmueble, pero no han tenido respuesta.
Cercano a la penitenciaría se encuentra el estadio Luis Amilcar Moreno, que actualmente está siendo remodelado bajo el Plan Nacional de Recuperación de Escenarios Deportivos impulsado por el Gobierno anterior, con una inversión de $187,350 y una contrapartida de la comuna de $11,350, más gastos de supervisión.
Adyacente al escenario deportivo se encuentran las instalaciones del Hospital Nacional “Héctor Antonio Hernández Flores” y las oficinas del SIBASI Morazán.
“Ese penal se construyó hace muchos años, pero con el crecimiento que ha tenido la ciudad básicamente ha quedo en el casco urbano. A iniciativa del diputado Guadalupe Vásquez se está promoviendo esta iniciativa para ver qué posibilidades se tiene de que se pueda buscar un mejor lugar, más adecuado incluso para los reclusos”, señaló el alcalde de San Francisco Gotera, Nain Ferrufino.
El edil comparte la idea de convertir las actuales instalaciones del penal de Gotera en un centro cultural y educativo que lleve programas de prevención a comunidades, que en años anteriores se han visto asoladas por la violencia.
“Actualmente la comunidad está bien tranquila porque tenemos presencia militar; de quitar el penal, tal vez podríamos tener nuevamente el problema de la violencia o lo podemos evitar si desde ya se implementan programas de prevención”, expresó el edil.
Una comunidad “tranquila”
En la comunidad Vista Hermosa han transcurrido tres generaciones; algunas familias han logrado superar la pobreza por medio de la educación, otros sobreviven de la venta de productos alimenticios como tamales, tortillas o yuca frita, los hombres se dedican a los trabajos tradicionales.
“Vivir acá es bastante tranquilo, si usted no se mete con nadie, nadie se mete con usted, yo no puedo hablar nada porque solo paso en mi casa”, agregó una vecina, quien se hizo llamar Magdalena.
“Yo no ando hablando de estas cosas porque ya ve, mi hijo menor desapareció y no se donde está”, dijo entre lágrimas, mientras descansaba en una hamaca en su vivienda con piso de tierra.
En una de las calles se observa a Francisco Rivera sobre una banca de madera. Mientras teje con plástico el armazón de una silla de hierro, a su lado un niño de 12 años le ayuda a lijar el hierro de otro mueble.
“Acá no tenemos nada que entretenga a los muchachos, por lo menos los que nos han quedado porque, o están allá dentro (penal), o andan huyendo, yo acá los recibo para que puedan a prender algún oficio”, dijo.
La Adesco de la colonia Vista Hermosa 1 cuenta con un listado de 280 niños y unas 300 niñas; para beneficio de ellos, hace algún tiempo lograron establecer un centro de estudios dentro de la comunidad, que recibe a niños que cursan de 1o. a 6o. grado.
Sin embargo, debido a la deserción escolar y otros factores el número de alumnos inscritos cada año es menor, ya que los padres de familia prefieren enviar a sus hijos a otras escuelas.