El tiempo de relajarse llegó y muchos deciden ir a la playa o la montaña, mientras que otros se quedan en la ciudad para participar de los festejos religiosos, sociales o culturales. Independientemente de la elección, la exposición al aire y los excesos de comidas derivan en picaduras de insectos, insolación y problemas de digestión.
La doctora en medicina y cirugía de la Sociedad de Médicos de Atención Primaria (Semergen), Milagros González Béjar, ofreció en “El Bisturí”, el reconocido programa de radio de EFESalud, una serie de consejos de prevención para tener vacaciones libres de estos problemas de salud más comunes en esta temporada.
Picaduras
Con el clima caluroso las picaduras de insectos aumentan. Y, aunque muchas veces pasan desapercibidas, hay que otorgar a las picadas la importancia que se merecen ya que, en ocasiones, pueden producir reacciones graves. Además de las abejas, abejorros y avispas, se debe prestar atención a otros insectos como las chinches, las pulgas y las garrapatas. Estas últimas pueden producir unos episodios de fiebre intermitentes y otro tipo de sintomatología clínica en algunas personas, por tanto, debemos protegernos.
¿Cuál es el repelente más efectivo y dónde aplicarlo? Una de las formas más comunes para prevenir las picaduras es usando productos repelentes, en especial los comerciales. “Hay personas que son muy sensibles a una picadura de avispa y puede incluso llegar a la muerte, con lo cual, el repelente es muy importante para personas especialmente sensibles”, apuntó la doctora González Béjar.
Los mejores repelentes, según la especialista, son los que contienen N-dietil-meta-toluamida, conocido como (DEET), que es el ingrediente más habitual de los repelentes químicos de insectos. Y las zonas del cuerpo donde conviene aplicarse el repelente son las muñecas, piernas y brazos.
¿Cómo actuar? Una vez que se haya producido la picadura, la doctora Béjar recomienda lavar muy bien la piel, no romper las ampollas en caso de que se haya producido una, extraer con cuidado los aguijones, aplicar corticoides en crema si hay picor fuerte y administrar antihistamínicos analgésicos vía oral si hay una extensión más generalizada a nivel corporal.
Insolaciones
La doctora advirtió que cuando llegan temperaturas extremas de calor, hay que tener especial cuidado con los niños y los mayores, ya que son la población más sensible a sufrir un golpe de calor. Para evitar que esto ocurra, las medidas de prevención son muy sencillas: manténte siempre hidratado bebiendo mucha agua, no te expongas al sol en las horas de más calor y busca la sombra.
Una persona que sufre un golpe de calor siente mareos, náuseas, puede llegar a vomitar y sentirse muy desorientado. Hay una alteración de la conciencia y puede llegar incluso a convulsionar si esa fiebre sube más allá de los 40 grados centígrados.
Cuando se produce un golpe de calor hay que llevar a la persona afectada a un lugar con sombra y lo más fresco posible, reducir su temperatura corporal, colocarla en un posición semisentada, colocarle compresas de agua fría en la nuca y cuello, darle de beber en pequeños sorbos.
Problemas de digestión
Al comer sin medida debido a los antojos de las vacaciones o al consumir alimentos extraños, en ocasiones, se termina con indigestión. Para evitarla, la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU. aconseja: controlar la ingesta de grasas, equilibrar la alimentación y no caigas en los excesos, evitar los alimentos que provoquen acidez.