Hasta un 80 % han disminuido las compras por parte de los clientes, afirma el comerciante del Mercado Central Javier Castellanos, quien vende productos lácteos y harinas en las cercanías del centro de abastos.
El precio de las verduras ha incrementado por el bajo abastecimiento proveniente de Guatemala, dice por su lado la comerciante Alcira Rodríguez.
Mientras que los lácteos mantienen su precio normal, detalló José Andrade, quien consideró que se ha moderado la compra por parte de los salvadoreños hasta en un 20 %. El producto que ha incrementado su precio es el queso duro, ya que pasó de costar a $2.60 a $2.65 la libra, dijo Andrade.
“Yo no trabajé tres días, pero unos clientes me llamaron y vine a hacer entregas”, detalló Andrade.
Mientras que el comerciante Pedro Chávez dice que lo que más busca la gente son productos de primera necesidad como frijoles, azúcar, harinas, maíz y huevos.
Destacó que antes de la emergencia el quintal de arroz lo compraban a $35 y ahora lo adquieren entre $44 y $45; y añade que ya hay escasez de arroz blanco, por ejemplo. “No sabría decirle si hay acaparamiento, porque de ser así más de algún comerciante tuviera, pero en la zona no veo”, mencionó el comerciante Pedro Chávez.
Mientras que José Feliciano Pereira, empleado de una tienda de mayoreo, destacó que han tenido un impacto negativo, pero se mantienen en la venta de productos de primera necesidad.
“La gente busca ahora lejía, gel, arroz, frijoles, azúcar y cosas desechables, eso se ha incrementado quizás en un 75 %”, detalló Pereira en una tienda de mayoreo en la zona del Mercado Central.
Agregó que no está recibiendo los pedidos de productos desechables que solicita, sin embargo mantiene los mismo precios de los que tiene en existencia. “En dos días he vendido casi mil fardos de lejía y antes yo pedía 500 fardos al mes, creo que me han abastecido porque les pago en efectivo”, afirmó.
Consideró que en lo que queda de la semana las personas comprarán menos, porque ya se abastecieron al inicio de la semana y llevaron lo necesario para sus hogares.
Según Sonia Cevallos, al mercado llegan menos personas tomando en cuenta que un solo miembro de la familia debe realizar las compras. “En mi caso he vendido el jugo en caja, pan de barra y harinas, todo lo que tiene que ver con comida” dijo.
Nicolás Guadrón, un comerciante de pollo, mencionó que anteriormente pedía entre 400 y 600 libras de pollo a diario pero eso ha bajado a ventas de 200 libras, dijo el vendedor, debido a la poca afluencia de clientes por las restricciones de movilidad de la población.
“Así como vamos va bajando cada día más”, advierte.
Los comerciantes manifiestan que están tomando en cuenta todas las medidas higiénicas para que la gente llegue a trabajar.
“Les hacemos el llamado a que vengan a trabar que la sucursal está abierta”, dice el vendedor para motivar a su clientela.
Considera que el temor de las personas ha hecho que baje la afluencia de los visitantes, porque compran rápido y se van.
“En mi caso viene la mitad de personas vienen y así nos han bajado las ventas en un 50 %. Ahorita estamos vendiendo a trabar para enfrentar cuando ya no podamos”, dijo.