Claman justicia para párroco asesinado en San José La Majada

En una misa a la que asistió una multitud, este domingo fue despedido por el clero y los feligreses el padre Cecilio Pérez Cruz. Lo recordaron como un líder entregado al trabajo pastoral y por denunciar las injusticias.

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Cientos de feligreses abarrotaron este domingo la iglesia de San José La Majada para despedirse del párroco Cecilio Pérez Cruz, quien fue asesinado el viernes. Foto EDH/ Jorge Reyes

Por Diana Escalante

2019-05-20 4:30:49

El sacerdote Cecilio Pérez Cruz, asesinado el viernes en el cantón San José La Majada, de Juayúa, Sonsonate, tenía un carácter fuerte y determinación para hacer su trabajo pastoral; también para desistir de situaciones adversas. Siempre fue libre para anunciar el evangelio y para denunciarlas injusticias; lo hacía “con nombre y apellido”. Algunas personas, más de una vez, le aconsejaron que se moderara porque era “muy directo”, pero él les respondía que ese era su estilo. Eso reveló este domingo el obispo de Sonsonate, monseñor Constantino Barrera, en la misa celebrada en memoria del religioso.

“Siempre decía que así era su estilo y si le llegaba a pasar algo sería el segundo (asesinado) después del padre Walter (acribillado el 29 de marzo de 2018 en San Miguel). Pudo haber imprudencia o ser demasiado arriesgado, pero cada quien sabe cómo hacer su trabajo por el amor a su comunidad. No lo juzgamos por su carácter; lejos de eso lo admiramos”, pronunció Barrera ante las más de mil personas que abarrotaron la iglesia para despedirse de su pastor.

Pérez Cruz fue asesinado en su habitación, en la casa parroquial, la noche del viernes. Su cadáver fue hallado al amanecer por un grupo de feligreses. Las autoridades informaron que en la escena del homicidio fue encontrado un papel en que se leía que era por no pagar la extorsión a una pandilla.

Sus compañeros del clero dudan de que esa haya sido la razón por la que lo mataron, pues la víctima nunca les contó que le estuvieran exigiendo dinero o que hubiera recibido amenazas de muerte, expresó el arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas, en su conferencia dominical.

Durante la eucaristía en la iglesia de San José La Majada, el obispo de Sonsonate manifestó que en la comunidad sienten un “enorme vacío y dolor” por la pérdida de Pérez. Además tienen muchas preguntas sin respuestas en torno al asesinato cometido en un municipio “tan limpio de violencia”.

A pesar de eso, Barrera exhortó a la feligresía y a los sacerdotes que estaban presentes en la misa a no sacar conclusiones ni hacer juicios sobre el caso; él les pidió tener paciencia y esperar los resultados de las investigaciones iniciadas por las autoridades.

“El Señor lleva la obra, el Señor nos sostiene. El padre Cecilio ha cumplido la tarea, ha hecho una labor fuerte. Que (las autoridades) investiguen, que lleguen a la verdad para que se haga justicia. Pedimos justicia para que el caso no quede en la impunidad, para sanar el dolor”, apuntó ante asistentes que se mostraban conmovidos.

Fue compañero de promoción del cura asesinado en Lolotique

A la misa de cuerpo presente del padre Cecilio Pérez Cruz asistieron decenas de sacerdotes de Guatemala, de la diócesis de Sonsonate y de otros departamentos, entre ellos estaba monseñor William Iraheta, obispo de Santiago de María, Usulután, a donde estaba destacado el padre Walter Vásquez, quien fue asesinado, el 29 de marzo de 2018.

El homicidio fue cometido el Jueves Santo, cuando el sacerdote se dirigía a realizar una actividad religiosa y circulaba por el cantón Las Ventas, de Lolotique, San Miguel. Más de un año ha pasado y ese crimen que golpeó a la comunidad católica sigue en la impunidad.

Monseñor Iraheta recordó durante la misa del padre Pérez que este y Vásquez fueron de la misma promoción en el seminario.

Pero ambos religiosos tenían una característica en común: denunciaban las injusticias sin importan que eso incomodara a algunas personas.

El mes pasado, un feligrés de Lolotique que dijo conocer a la perfección a Vásquez relató a El Diario de Hoy: “El padre Walter expresaba la cosas de frente, hablaba con la verdad en su boca, así como lo hacía monseñor Romero. A muchos no les gustaba esa parte de él, era incómodo”.

“Los que pensaron que se llevaban algo (los homicidas) se equivocaron, al verlos a ustedes aquí nos damos cuenta de que no se llevaron nada; dejaron una semilla grande…Hoy, en el sufrimiento del padre Cecilio, ha pasado la salvación para esta iglesia. Si pasa esto por hacer el bien, bendito sea Dios. El padre Cecilio está en el cielo, por eso se equivocaron (los asesinos), vieron solo la vasija, no vieron el tesoro que había en la vasija”, expresó monseñor Iraheta en su mensaje a los fieles católicos.

Al finalizar su intervención, para homenajear a Pérez, pidió aplausos, los cuales extendieron por varios minutos y resonaron en el templo. Algunos asistentes, incluidos algunos sacerdotes, no pudieron evitar llorar.

“Ojalá a todos nos puedan dar un aplauso así cuando finalice nuestra vida”, señaló Iraheta.

Durante el homenaje al padre Cecilio sus compañeros reflexionaron que será recordado por sus carácter alegre, por su cercanía con la gente y por el trabajo pastoral que hizo, sobre todo con jóvenes.