Ciudadanos denuncian más casos de ancianas que “bolsean” a pasajeros en la capital

Una joven relata cómo dos señoras le sacaron el teléfono de la cartera en un microbús; otro cuenta cómo una señora robaba en el centro de San Salvador.

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Por Mirella Cáceres

2019-06-17 9:30:54

Ciudadanos han denunciado en redes sociales más casos de señoras dedicadas a “bolsear” a pasajeros del transporte público cuando abordan las unidades en distintos lugares de San Salvador, pero también las ubican fuera de la ciudad capital.

La descripción física de estas señoras es la misma: tienen más de 60 años, pelo canoso usan delantal y un bolso ara ocultar los objetos que van despojando a sus víctimas.

Su modus operandi es también similar: aprovechan el tumulto de pasajeros cuando suben o bajan de los autobuses para meter mano.

A continuación les compartimos las historias de dos víctimas.

Le sacan el celular a pasajera pero el cable del cargador las delata

“Yo me subí en una unidad de la R-52 en plaza Salvador del Mundo, e iba a Galerías; se subieron dos mujeres, una notablemente viejita y la otra cincuentona; como vi que adelante me costaría bajarme, me fui hacia atrás, yo que doy vuelta y siento un jalón, yo qué me volteo y ¡veo mi cartera abierta!”, comienza su relato Lupita Avelar.

Pero con lo que no contaban las carteristas, dice la joven, es que su teléfono celular iba conectado a un cargador portátil, por lo que el cable había quedado expuesto y le siguió el rastro. “Me voy siguiendo el cable hasta dar a mi teléfono, el cuál iba en el bolso de la viejita que se hacia la de los panes”, relata.

Inmediatamente, dice Lupita, les quitó el celular y les dijo: “ustedes mañosas son… la otra mujer me decía que estaba loca; en fin todo pasó muy rápido; me bajé ofuscada, pero no me quitaron mi celular”.

La otra historia compartida por un ciudadano que prefiere no identificarse ocurre afuera de los autobuses. Se trata de una anciana con delantal y bolso de cuero grande.

Aprovecha el tumulto para robar

Esa señora tiene unos 60 años, asegura, tiene el pelo blanco, calza yinas y tiene apariencia de campesina.

La primera vez la vio en la parada de la R-41 sobre la Primera Calle Oriente por el mercado Ex-Cuartel.

“Se ponía atrás de los que se iban a subir al bus pero no se subía. Me llamó la atención y le comenté a un vendedor sobre eso y me responde: esa viejita es ladrona, echate la manta papá”.

Y en efecto, añade, cuando se detuvo otro bus de la R-41, la gente volvió a agolparse para subir y también la anciana; se puso detrás de la gente y comenzó a meter mano en las carteras y los pantalones de los pasajeros. Luego metía lo robado en el bolso que andaba.

“La vi hacer eso en cuatro ocasiones; luego que robaba se retiraba y se hacía la loca. Y un mes después la vi en la plaza Soyapango cerca de una muchacha que decía que le habían sacado el celular”, afirma.