Ciego viaja 136 kilómetros para aprender taekwondo
Debido a que en San Salvador no encontró quien le enseñará el arte marcial, Josué Campos viaja tres veces por semana a San Miguel para recibir lecciones.
SAN MIGUEL. Josué Ernesto Campos Mendoza, de 31 años, tiene cinta verde en taekwondo, cinta café en karate, azul en yudo y su ceguera no lo ha detenido en esa pasión por las artes marciales.
En su infancia Josué Ernesto solo podía ver con un ojo. Cuando cumplió 18 años se quedo ciego y paso varios días embargado de temor porque no sabía cómo salir adelante.
En la Casa de la Cultura del Ciego, en San Salvador, encontró lo que necesitaba y, además, descubrió su pasión por las artes marciales.
“Iba una profesora de yudo a enseñar a los no videntes. De curioso fui a escuchar y le pregunte si podía ingresar. Ahora soy cinta azul”, dice Josué.
En 2014 comenzó a practicar karate y el pasado 9 de marzo realizó el examen para obtener la cinta café o marrón de taekwondo. “Fue un poco complicado porque el examen es pesado” , explica.