Yibuti, un pequeño país africano, le debe el 70% de su deuda a China y está a punto de perder su soberanía

El pequeño país en el Cuerno de África es otro al que China ha prestado dinero bajo la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda.

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Foto / AFP

Por Agencias/Karen Molina

2021-05-11 10:00:42

Yibuti es un pequeño país ubicado en el Cuerno de África caracterizado porque su territorio alberga bases militares de Francia, Italia, Estados Unidos y Japón. Pero desde 2017 China también puso sus ojos en esta nación, liderada por un gobernante que está en el poder desde 1999 y en abril obtuvo su quinto periodo.

La promesa de China fue convertirla en la “Singapur de Africa” y para ello invirtió y prestó más de $14,000 millones entre 2012 y 2020, por lo que Yibuti le debe a la fecha el 70% de su deuda al régimen chino.

Los analistas temen que Yibuti corra la misma suerte que Sri Lanka, que tuvo que ceder el control de un puerto a empresas chinas porque no pudo devolver los préstamos que había firmado con este país.

Según un artículo publicado por France24, Beijing ya tenía la mirada puesta en Yibuti desde principios de 2000, por lo que comenzó a invertir en la construcción de escuelas y estadios y renovando carreteras y edificios oficiales, incluido el Ministerio de Relaciones Exteriores. “La inversión china se intensificó después de que el presidente Xi Jinping asumiera el poder en 2012 e inaugurara la Iniciativa de la Franja y la Ruta el año siguiente”, indica el artículo.

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“Ahora, Yibuti se encuentra en una situación de dependencia económica tal que ‘corre el riesgo de amenazar su autonomía’”, escribió la especialista en el Cuerno de África de la Universidad Católica de Lille, Sonia Le Gouriellec, en la revista Revue de Défense Nationale (Revista de Defensa Nacional).

Pero una de sus mayores inversiones la hizo en 2017 cuando construyó una base militar y un puerto multipropósitos considerado por el gobierno como un “centro logístico”.

El redactor del artículo en France24, Sebastian Seibt, explica que en muchos sentidos la relación entre Yibuti y China es un caso de estudio sobre cómo el régimen está utilizando su estrategia de inversión en infraestructura global, conocida como la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda, para aumentar su influencia económica y fortalecer su posición como el principal inversor en África, una de las principales prioridades geopolíticas ahora que sus economías están en auge y hay un crecimiento de la población.

Gérard Prunier, historiador del Institut des Mondes Africains (Instituto de Mundos Africanos) también agrega que Yibuti es solo la puerta de entrada para los objetivs expansionistas de China.

“Yibuti es una cabeza de puente hacia los países del interior de África, incluidas naciones mucho más prometedoras económicamente como Etiopía”, dice.

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La atracción por los fondos de China

Otro analista citado por el reportaje de Sébastian Seibt indica que lo que le atrajo a Yibuti de China fue su necesidad de financiamiento y su creencia de que este país asiático y todos sus avances en tecnología impulsaría la “Singapur de África”.

“Yibuti vio beneficios obvios en la afluencia de inversiones y préstamos chinos. El país tenía una clara necesidad de financiación y no había nadie más a quien acudir”, dijo Thierry Pairault, experto en relaciones chino-africanas del grupo de expertos CNRS de París.

“Las élites de Yibuti creen que las finanzas, la tecnología y el volumen comercial de China pueden... impulsar a su país a convertirse en el ‘Singapur de África”, escribió Zach Vertin, ahora asesor principal del embajador de Estados Unidos en la ONU en un informe para The Brookings Institution, publicado en junio de 2020.

Sin embargo, ese encanto ha comenzado a desvanecerse con el paso de los años y los ciudadanos de Yibuti ya no ven muchos beneficios de hacer negocios con China.

“El dinero chino ha tenido un impacto muy limitado para los yibutianos. Los chinos se están dando cuenta de que los proyectos que han financiado no necesariamente obtienen recompensas”, dijo Pairault.

“Están comenzando a sentirse un poco apretados en su base militar, con los estadounidenses al lado y los franceses también cerca”, añadió Prunier.