En la Grecia clásica el vino representaba la inmortalidad y hasta la vida eterna. En otras regiones europeas, esta bebida es símbolo de amor. Sin importar el calificativo que le apropiemos, no cabe duda que en la actualidad es una de las bebidas que vive uno de sus momentos de máximo esplendor.
Margarita Machón, una especialista que después de trabajar como gerente de marca para vinos y licores, decidió irse a estudiar a la Escuela de Sommeliers de Chile durante más de un año, y luego a México, donde obtuvo la cualificación nivel II de la Wine Spirit Education Trust ( WSET ), afirma que el interés por el vino ha crecido en El Salvador debido a su apasionante mundo.
“Es un mundo muy interesante porque nos enseña cómo una fruta (uvas para vinificar) nos entrega tantas variedades de vino; y de ellas los enólogos, profesionales (agrónomos especializados en la parra), crean diferentes estilos de vino alrededor del mundo”, sostiene.
Margarita Machón, sommelier.
La experiencia profesional de Margarita le ha permitido detectar que el consumo del vino en el país tiene una marcada tendencia de crecimiento, ya que el consumidor se ha vuelto más exigente.
“El Salvador es uno de los países con mejor representación en los países vitivinícolas”, añade la sommelier, quien actualmente ofrece servicios de asesoría a distribuidoras e importadoras de vinos y licores, restaurantes o bares y en eventos sociales y corporativos.
La experta considera que para que esa cultura se posicione más en el país se necesita educar al consumidor con información sobre estilos de vino, regiones y países productores.
En cuanto al consumo, la sommelier sostiene que el segmento que más crece es el de personas entre 25 y 50 años (hombres y mujeres) con un criterio de estilo de vinos ya establecido y con un poder adquisitivo medio.
Al respecto, la Asociación de Distribuidores de El Salvador (ADES), estima que el 60 % del consumo lo hacen las mujeres y el resto los hombres.
Jorge Andreu, director de La Barrica, una tienda especializada en vinos y otro tipo de licores, coincide al afirmar en que el mercado de este tipo de bebidas está creciendo porque los consumidores ahora son más exigentes, y quieren conocer más sobre este producto.
“La gente está buscando más productos sofisticados. Nosotros en La Barrica tenemos más de 600 vinos distintos. La feria que hicimos en mayo de este año fue la feria de vinos más exitosa que se ha realizado en el país, especialmente por demostrar que existe mucha variedad y productos de buena calidad”, dijo.
Daura estima además que las importaciones de vino crecieron 6% este año, comparado con el año previo.El ejecutivo, detalla que son alrededor de 175 mil cajas de 9 litros las que importa el país de los mercados internacionales.
Tanto Machón, como Daura coinciden en que los principales importadores de vino son: Chile, España, Argentina, Estados Unidos, Italia y Francia.
Una mayor oferta y una variedad de precios impulsan el aumento de la demanda, pues hoy día hay tiendas especializadas.
Entre estas tiendas están: La Barrica (ya mencionada), Drinkit, The Premium Wine Shop, una cadena de tiendas de vinos y licores que buscan “crear la experiencia y cultura de tomar vino en El Salvador”; y sin faltar Wines by Diprisa, que también promueve dicha cultura.
Las ferias y catas de vino que con frecuencia organizan este tipo de negocios, sin duda son una expresión de interés a través de la cual se promueve la cultura de esta bebida.
Importaciones
Según la base de datos del Banco Central de Reserva (BCR), en los últimos años las importaciones de vino han mostrado una tendencia de crecimiento.
Entre 2015 y 2018, las importaciones de vino (espumoso; con capacidad inferior o igual a dos litros; con capacidad superior a dos litros, pero inferior o igual a 10 litros; los demás y los demás mostos o pulpa) pasaron de $4.8 millones a $5. 5 millones.
Dando un vistazo más atrás puede observarse que en 2009 las importaciones de este producto, sumaron $3.6 millones.
Los datos de la fuente revelan que a noviembre de este año, El Salvador importó casi los $6 millones en vinos (2.6 millones de kilogramos) procedentes de alrededor de 33 países.
