Chanel se sometió este martes a un “lifting” en la pasarela parisina, donde presentó una colección primavera-verano juvenil y ligera, rica en pantalones cortos, mallas ajustadas, prendas brillantes con tejidos metalizados y falditas de vuelo inspiradas en el cancán francés.
La apuesta por el menos es más es la vencedora, según Virginie Viard: siluetas más fluidas con vestidos de seda casi transparentes y que se mueven como si se tratase de humo y zapatos planos con una discreta sandalia negra de tacón bajo y pedrería al frente.
Incluso la confección en “tweed”, el tejido estrella de la casa, fue más suave que de costumbre.
Los colores no salieron apenas del negro y el blanco, con algunos toques en rojo, especialmente en una chaqueta larga combinada con mallas negras y un estilismo formado por vaqueros y chaqueta blanca y roja.
El vaquero fue también otra gran jugada, abombado en los pantalones y redondeado en una cazadora decorada con volantes de encaje.
Las bermudas en denim y los monos, también cortos, en “tweed”, transformaron el estilo de Chanel en clave más casual y sensual.
Entre las modelos destacaron Kaia Gerber, Gigi Hadid, Rebecca Longendyke y Rianne Van Rompaey.