Una Champions League de miedo

Una vez cerrado el capítulo de LaLiga, Madrid y Barça vuelven la vista a sus respectivos compromisos europeos, donde los nombres no le garantizan favoritismo a ninguno

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Foto EDH / AFP

Por Mario Reyes | Twitter: @MarioDR

2020-07-21 5:30:20

En las próximas dos semanas, Real Madrid y Barcelona pasaran del cómodo ambiente que les ofrece una Liga Española donde son amplios favoritos a ganarlo todo, a una Liga de Campeones de la UEFA donde tendrán que pagar una alta cuota de esfuerzo para mantener su derecho de piso y seguir aspirando al máximo trofeo del viejo continente.

Tanto blancos como azulgranas dejaron inconclusas sus eliminatorias de octavos de final del torneo, ante Manchester City y Nápoles respectivamente, y el próximo mes la UEFA requerirá que ambos se pongan al día para definir si califican o no para la especie de “Eurocopa” que tendrá lugar en Lisboa del 12 al 23 de agosto, con el resto del campeonato disputándose a partido único.

Antes de ese evento, Madrid y Barça tienen que mirar al presente inmediato. Un City muy sólido y desafectado ya por lo que siga ocurriendo en suelo inglés, así como un Nápoles entonado gracias a su alirón reciente en Copa Italia, amenazan con apear a dos de los grandes candidatos a la lista de espera por la “Orejona”.

Ciudad incómoda

Los madrileños tendrán que echar otra vez de la mística blanca en copas europeas si quieren remontar en 1-2 que les endosó el Manchester City en el Santiago Bernabéu, una costosísima derrota en lo anímico y lo moral que también se saldó con la expulsión del capitán Sergio Ramos.

Si bien el Madrid no ha perdido en Mánchester desde 2003 (aquel mítico 4-3 ante el United), ni tampoco ha perdido sus últimas cuatro eliminatorias ante rivales de esa ciudad, los blancos aún no han logrado vencer a los “Citizens” en sus últimas dos visitas al estadio Etihad (1-1 en 2012 y 0-0 en 2016).

Por si este ante antecedente no pesara demasiado, cabe recordar que solo hay un antecedente de una remontada a un equipo que ganó de visita 1-2 en una eliminatoria europea: el Ajax de Ten Hag liquidó este mismo Real Madrid en octavos de la temporada pasada, con un 1-4 en Chamartín que desencadenó una crisis que hasta hace pocas semanas pudo capitular el cuadro merengue con la conquista de la Liga Española.

Foto EDH / AFP

Sin Ramos, segundo mejor goleador de la campaña liguera (12) y defensa con más tantos en España, el Madrid volverá a tirar de algo más que su fútbol con un Thibaut Courtois reivindicado en la portería, con Modric, Casemiro y Kroos otra vez consolidados en la media del equipo y un Karim Benzema confirmado como referente ofensivo de la era post-CR7.

Con 21 goles en liga, el ariete francés intentará conseguir esos dos o más goles de diferencia que el Madrid necesita ante un City que solo encaja un tanto cada dos partidos tras el confinamiento. Los ingleses, además, promedian 2,7 dianas en ese lapso y esperan que el delantero Sergio Agüero alcance la recuperación para sumar a ese registro.

En el Madrid, Zidane ordenó el domingo siete días de vacación para que los jugadores se desconecten y vuelvan luego a preparar ese encuentro. Será tiempo para esperar las altas físicas de Jovic y Lucas, pero también para que Eden Hazard pueda llegar a ese gran estado de forma que no se le vio aún vestido de blanco.

Trampa napolitana

Por otra parte y pese a que no cuenta con ninguna ventaja deportiva tras el partido de ida, el Nápoles amenaza también con la estancia en Europa del Barcelona, cuya tranquilidad obtenida tras el 1-1 en San Paolo se fue disipando con los resultados de este tramo pos cuarentena.

La continuidad de Lionel Messi puesta en duda por medios catalanes, las evidencias de una ruptura entre jugadores y cuerpo técnico, más el descalabro en LaLiga y una posible sentencia para al entrenador Quique Setién si no gana la Champions, ponen en los hombros de la plantilla mucho más peso del que supone defender aquel corto resultado, a fin de salvar una maltrecha temporada.

El técnico cántabro deberá echar mano de una plantilla que no lo contempla para tratar de recuperar los mejores pasajes de juego del equipo (Celta, Atlético, Villarreal) y así consolidar un modelo de juego que aunque sea le alcance para el éxito, o tal vez para la estética que piden algunos de sus aficionados.

La depresión barcelonista se contrapone a un realce napolitano que cobró fuerza con la conquista de la Copa Italia el mes pasado, ante la Juventus, y una racha de cinco triunfos, cuatro empates y solo una derrota en Serie A desde ese momento.

Lo que intimida a los culés del Nápoles no será su contundencia ni sus resultados, sino esa solidez anímica y esa unidad de grupo que hoy sí parece tener el conjunto del sur de Italia, y un Gennaro Gattuso al ser un técnico primerizo tiene mucho más margen de mejora que de retroceso.

El míster italiano aún debe sortear cuatro fechas del “calcio” antes de pensar en el Barcelona, pero eso supone un riesgo para sus jugadores más importantes: el goleador Dries Mertens, tocado pero sin gravedad el pasado fin de semana; y José María Callejón y Arkadiusz Milík, que llegan en buena forma ofensiva hasta el momento. Entre los tres suman ocho de los 15 goles napolitanos de esta recta final.

Contrario a la otra serie, aquí los antecedentes pesan y mucho a favor del equipo de LaLiga. Mientras el Barcelona ganó cinco y empató dos de sus últimos siete partidos como local en la Liga de Campeones, el Nápoles apenas consiguió dos victorias, tres empates y dos derrotas en ese mismo número de encuentros pero actuando de visitante..