Foto EDH/ Francisco Campos
Pero estar tan cerca la Policía no inhibió al o a los asesinos. Acabaron con la vida del sacerdote, que era muy querido en esa comunidad.
Algunos vecinos aseguran sentirse frustrados porque a pesar de que es el primer homicidio que se registra en este año, tienen la sensación de que cuando los criminales quieren matar a alguien no importa que haya policía en el pueblo.
Algunas personas que viven cerca de la iglesia parroquial dicen que escucharon unos disparos, como a las 11:00 de la noche.
En ese momento llovía en ese sector. Algunos presumen que quizá por eso los policías no escucharon las detonaciones, aunque no falta quienes crean que simplemente no quisieron salir a mojarse.
Sobre el crimen, la Policía y la Fiscalía han dicho lo obvio: que mataron al sacerdote, que hallaron casquillos cerca del cadáver y un papel que decía que lo habían matado por no pagar a extorsión a la Mara Salvatrucha (MS-13).
Sin embargo, algunos parroquianos se niegan a creer que eso haya sido el motivo para matarlo.
Recuerdan que el padre Cecilio era muy querido entre la población a tal punto que, tras su llegada a esa parroquia y por su forma de predicar, se notaba que había más asistencia a las misas.
El padre Cecilio también prodigaba mucho apoyo a los jóvenes. Tenía un grupo de jóvenes organizados bajo el nombre de Monseñor Romero.
“Yo creo que así como era el padre, él lo hubiera dicho en las misas que lo estaban extorsionando; no creo que lo hubiera callado, es que no se andaba con rodeos para decir las cosas”, afirmó una mujer.
¿Y cómo era el padre Cecilio? Decía la verdad a cualquiera aunque eso supusiera dolor, afirman.
Recuerdan que durante la misa de cuerpo presente del ingeniero Álvaro Alexis Beltrán Díaz, de 59 años, asesinado por miembros de pandillas en una hacienda del cantón Cuntán, municipio de Izalco, el párroco hizo un fuerte llamado a las pandillas en general para que dejaran de asesinar a gente inocente.
Por su parte, ayer en la tarde, el cardenal Gregorio Rosa Chávez, admitió que los sacerdotes no están exentos de ser víctimas de extorsión por parte de grupos de pandillas.
“Hay casos que conocemos, otros que quizá no, nadie está exento de eso; nos duele por la gente tan sencilla… es una cosa que pareciera sin solución pero hay que hacerle frente a este drama”, dijo el jerarca católico, según información publicada por la periodista Roxana Ruiz.
Consternación y asombro en un lugar apacible
Con el asesinato del padre Cecilio Pérez Cruz, son dos los sacerdotes asesinados en poco más de un año.
El 29 de marzo de 2018, el sacerdote Wálter Osmir Vásquez fue acribillado en una zona rural del municipio de Lolotique, departamento de San Miguel, una zona con mucha presencia de grupos de pandillas y con altos índices de muertes violentas, según la Policía.
Sin embargo, el asesinato del padre Cecilio, además de consternación, ha causado asombro, puesto que en el cantón San José La Majada no es mucha la presencia de pandillas, según explicaron fuentes policiales que pidieron el anonimato.
Vecinos de ese poblado también aseguraron a El Diario de Hoy que si bien es cierto hay algunos jóvenes que podrían estar vinculados a estructuras de pandillas, no consideran que sean capaces de ejecutar un crimen como el cometido contra el párroco.
San José La Majada, no obstante, esta muy cercano a otros cantones de Nahuizalco, como El Canelo, donde hace algunos meses, miembros de la Mara Salvatrucha asesinaron a seis personas, cinco de ellas eran parientes de Omar Pimentel, entrenador de un equipo de la Liga Mayor del fútbol salvadoreño.
Juayúa, al que pertenece este cantón, es un municipio con bajo índice de homicidios y con poca presencia de pandillas, pero es vecino de Nahuizalco, un municipio con elevados índices de asesinatos y con marcada presencia de grupos de pandillas (MS-13 y 18)que controlan territorialmente varios de sus cantones.