Los migueleños aprueban la decisión del alcalde de San Miguel, Miguel Pereira de suspender el carnaval, que se celebra el último sábado de noviembre como cierre de las fiestas en honor a la Reina de La Paz, así como el resto de actividades turísticas en el mes.
“Es una decisión muy acertada, no estamos en época de pensar en fiestas, no sabemos en noviembre como estarán los casos (Covid). Aun cuando se hubieran normalizado los casos no estoy de acuerdo, es lo más sensato que ha hecho el alcalde” comentó José Flores, ciudadano.
En tiempos normales, San Miguel recibe en noviembre a medio millón de personas, en especial durante carnaval, que se aglutinan a lo largo de la avenida Roosevelt Sur y calles principales del centro de la ciudad, animados por unos 50 grupos musicales. A esto se suman 30 carnavalitos previos en barrios, colonias y cantones por todo el mes.
Esto significa un movimiento turístico que beneficia los negocios locales como hoteles, restaurantes, bares, tiendas y mercados.
Ignacio Corda administra un hotel en la avenida Roosevelt, y piensa que para este año la pérdida, respecto a 2019, será de no menos del 90%.
Sin embargo agregó que “como hotelero, desde el punto de vista humanitario, nos parece muy acertada la decisión, porque debemos ser solidarios con las personas que han perdido a sus seres queridos”.
Durante tres años José Rodríguez, propietario de un comedor, ofrece sus platillos la noche del carnaval, lo que “nos deja ganancias a nosotros y a nuestros proveedores, pero con esta pandemia creemos que lo más correcto es no realizar el carnaval, ya que el afluente de personas es grande y sería un foco de infección para el municipio y para el país, ya que mucha gente se desplaza de todos los departamentos para esas actividades” comentó.
El presupuesto de las fiestas novembrinas del 2019 rondó los $800,000. De estos, $550,000 vinieron del pago del 5% de tasa municipal destinado a las fiestas, y el resto del aporte de empresa privada.
Para la próxima semana se espera que el alcalde Miguel Pereira informe en qué será invertido el dinero recolectado para las fiestas.
Algunos ciudadanos piensan que la comuna debe invertir lo recaudado en paquetes alimenticios destinados a personas afectadas con la cancelación de las fiestas, como comerciantes, payasos o artistas, así como en la entrega de mascarillas y alcohol gel.